lunes, 19 de agosto de 2019

Circular desde Guarrinza. Ibón de Lacherito-Lac d´Ansabere

El sábado pasado nos fuimos con Elia a dar una vuelta. Ella tenía muchas ganas, ya que desde que se fue a Inglaterra a finales de julio no habíamos tenido la oportunidad de ir al monte. También le apetecía estar por la noche con sus amig@s, y más la noche del viernes, ya que había cine al aire libre, dentro de las numerosas actividades del verano en Ansó y no se lo quería perder.
Con toda esta situación, adaptamos el horario de salida para llegar a todo. No madrugamos tanto como teníamos previsto y asumimos pasar algo más de calor en el ascenso al Ibón de Lacherito.




Hasta el Estrecho de Las Foyas, donde se separa el camino que se adentra en el puerto de Las Foyas y alcanza la Collada del Palo, fue el tramo donde más se dejó notar el calor. A partir de allí, algo de viento nos permitía mitigar la temperatura de mejor manera.




Elia ya se conocía el camino, ya que hacía años que había subido por primera vez y posteriormente había estado con el campamento de verano. Así que una vez repostamos agua en la fuente, ya sabía que prácticamente habíamos llegado.




Esta vez pasamos de largo del ibón en busca de la divisoria con Francia observándolo desde las alturas y disfrutando de él de otra forma diferente. Incluso se atrevía a encontrar parecidos entre la lámina de agua y formas diferentes de cosas y animales.




Al llegar a la divisoria pudimos ver el Lac d´Ansabere, mucho más pequeño que el Ibón de Lacherito pero enclavado en una pequeña cubeta con un entorno inmejorable.




Con vistas a Lescun y abducidos por el "charco" decidimos bajar hasta su orilla y disfrutar de él mas cerca.




Buena y agradable sorpresa nos llevamos cuando vimos que entre un numeroso grupo de personas que allí estaban, conocíamos a unos cuantos del valle vecino cheso, que estaban acompañados de un grupo de franceses de los valles vecinos. Elia se puso las botas de comer de todo lo que allí le ofrecían, no decía que no a nada.




Me costó hacerle ver que nos teníamos que ir, no quería moverse de allí. No me extraña, con todas las viandas que le estaban ofreciendo y el buen ambiente que se había montado. Aún aplaudimos desde la distancia una jota que escuchamos mientras remontábamos de nuevo a la divisoria.




Decidimos subir al Pic de la Chourique o Pico Lacherito, buena atalaya con ambiente donde disfrutar de las vistas y del espectacular entorno.




En la bajada, y cuando se pudo, como siempre a correr. Tramos empinados se combinaban con otros mas suaves en dirección a la Foya de Lacherito.




Un trago de agua en la caseta nos refresco lo suficiente para disfrutar de la bajada placentera por el Valle de Lacherito.



Día espectacular por el monte con sorpresas incluidas. Un buen baño en Guarrinza completó una jornada de lo más entretenida y donde aprendimos que cualquier rincón del monte puede tener encantos importantes.












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