martes, 10 de junio de 2014

Circular desde Fago en BTT. Val d´as Fuens-Beleis

El pasado viernes 6 de Junio por la tarde, disponía de un par de horas antes de dar las cenas en casa. No era mucho tiempo pero lo suficiente para acercarme a Fago y estrenar las recién limpiadas trochas de Beleis. El recorrido estaba claro: subir por la pista de Val d´as Fuens hasta la collada de Beleis, bajar por las trochas hasta empalmar con el camino que sube hasta la Punta Altiva y descender por él hasta la carretera pocos metros más abajo de la entrada de la pista de Val d´as Fuens.




Después de pasar el amplio campo del fondo de valle nos adentramos en el estrecho y húmedo tramo de la Val d´as Fuens. Este tramo resulta impactante. Los abetos de la margen derecha desafían al sol y el calor tórrido de un típico bosque mediterráneo con predominio de robles, pinos y encinas de la margen derecha. Todo este contraste está separado por el barranco y la pista, ya que no hay sitio para más.




Era el primer día de la primavera donde el calor pesado se dejaba notar y saliendo del tramo más frondoso, pese a lucir el sol, aunque algo velado, eso sí, me cayeron cuatro gotas no se ni de donde.




Una vez en el alto continué por la pista en dirección a Majones, abandonando a la derecha el único desvío que hay en el tramo. La pista transcurre por una divisoria con pocas sombras, pero la linea de cerro por la que discurre, además de aportar unas amplias y bonitas vistas, permitía disfrutar del poco aire que corría.




Rápidamente llegué a la collada de Beleis donde me aparté de la pista definitivamente y me dispuse a disfrutar de las trochas que discurren en suave pendiente junto al barranco. Resultaba incómodo pararse a hacer alguna foto, ya que el disfrute provocado al descender con bici por terreno recién desbrozado y sin encontrarte piedras por el suelo era grande.





Casi sin darme cuenta, llegué al empalme del camino que lleva a la Punta Altiva. El camino también estaba desbrozado y despedregado con lo que, aún quedaba mucho por disfrutar.
En un "periquete" me planté en las saleras de Beleis. Estaba tan ensimismado con el descenso que hasta que no oí un potente trueno no me había dado cuenta de se acercaba una buena tormenta por el sur. La pesadez del día y las cuatro gotas que me habían caído antes, no eran más que el preludio de lo que suele pasar en primavera y en días como el que estábamos.





Por un lado quería seguir echando fotos, pero por otro escuchaba los truenos cada vez más numerosos y potentes que parecía que me empujaran hacia abajo.




Todo el camino resulta fácil y cómodo para la bici. Solo un corto tramo con mayor pendiente necesita mayor destreza. En cualquier caso, en menos de un minuto, montado o desmontado está salvado y se puede seguir disfrutando del resto del camino.


Llegando a la carretera, los rayos y los truenos eran contínuos y lo peor era que el agua también empezaba a llegar empujada por un potente viento, típico en las tormentas.


Definitivamente deje de hacer fotos, salí a la carretera y apreté todo lo que pude. El agua mojaba la carretera, pero yo ya entraba en las calles de Fago. Aunque tenía el coche aparcado, decidí dirigirme a Casa Alejos, donde siempre me reciben bien. Mientras el agua mojaba hasta la fachada y la rueda trasera de la bici se deshinchaba por culpa de un pincho de harto, Casilda me invitó a una buena cerveza e incluso se puso "pelma" en ofrecerme una toalla para que me secara.


Cuando acabó el chaparrón cargue la bici en el coche y volví para Ansó. Lo había pasado en grande con la bici, con la tormenta y todo rematado con el buen trato recibido en Casa Alejos.