El pasado lunes día 8 decidí aprovechar la tarde y dar un paseo hasta la Gruta helada de Lecherines. Fue una decisión rápida del domingo por la tarde cuando me interesé por la posibilidad de acceder por la Pista de las Blancas. El permiso se saca muy fácilmente y de manera eficiente desde la página de inicio del Ayuntamiento de Borau
La pista de Las Blancas permite llegar hasta el mismo Refugio López Huici si la nieve en los taludes ha desparecido para esas fechas como fue el caso. La pista está en buenas condiciones pero conviene contar con un todoterreno para subir, aunque no es imprescindible. Independientemente del vehículo (evitar turismos bajos) hay que contar con una hora de recorrido.
Al llegar eran las seis y media de la tarde pasadas, así que sin perder tiempo tomé la ruta normal hacia Lecherín Bajo por el GR y poco antes de llegar a los refugios de la Majada de Lecherín Bajo una señalización de sendero local nos va llevando hacia la gruta con facilidad.
Asustando sarrios sin parar, es lo que tiene recorrer estas zonas a deshora y entre semana, llegué a la gruta para disfrutar de su estado. Pese a las altas temperaturas de las semanas previas aún quedaba hielo del que disfrutar.
Salí de la cueva y me puse a localizar el sendero de vuelta. Solamente señalizado con algún que otro mojón recorre unas fajas muy majas de forma muy intuitiva. Era tarde y no había ido nunca por allí. Justo entonces me di cuenta de que no llevaba ni siquiera una linterna frontal por si me liaba por la zona. Es lo que tiene salir corriendo de casa solo pensando en el objetivo.
Aún con la incertidumbre de si sabría seguir el sendero, no podía parar de echar fotos ante el atardecer tan especial que estaba viviendo.
Teniendo el refugio a la vista y calculando el tiempo de luz que me quedaba me autoconvencía de que tenía tiempo para llegar sin problemas...salvo imprevistos de última hora.
Hacia el Barranco de Iguer y el Valle de Aisa la cosa tampoco desmerecía. También, volviendo con el coche, no me quedó más remedio que parar sucesivas veces para disfrutar e intentar plasmar en fotos el atardecer desde el "Mirador del Pirineo" (experiencia muy muy recomendable)
Al entretenerme tanto por el camino de vuelta, llegué a casa bastante tarde para lo que es normal en un día habitual. El paseo hasta la gruta y las vistas del atardecer merecieron muchísimo la pena aunque perdiera algo de sueño para empezar la semana.