viernes, 23 de junio de 2017

Ansó-Barranco de Ezpelá en BTT

El pasado martes 20 de junio nos fuimos con Elia a dar una vuelta con la bici. Ya le había comentado hacía unos días que podríamos ir a dar un paseo por un tramo de GR y así ir cogiéndole el tino a eso de ir con la bicicleta por un camino.




Desde el citado comentario no había pasado día en el que no me recordara que se lo había prometido. Por fin quedamos para hacerlo el martes por la tarde. Desde que me puse a comer me preguntaba cuándo nos íbamos a ir. Hacía mucho calor y yo prefería salir mas tarde, pero su insistencia y persistencia pudo conmigo y salimos a media tarde cuando aún apretaba el sol.




Aunque parecía no importarle eso del calor, al llegar donde la pista cruza el barranco de Ezpelá paramos a la sombra a echar un buen trago de agua. Me dijo que sudaba como un pollo, pero al ver que yo también sudaba parece que se quedó tan conforme y sin perder tiempo arrancó otra vez.




Parecía que algunas nubes evolucionaban hacia lo que podría ser tormenta, pero no parece que la cosa esté muy a favor de ese meteoro en la última temporada, así que nos quedamos tan tranquilos y como si nada, también por nuestra cercanía a casa.




Lo de haber entrado en sombra nada más pasar el barranco de Ezpelá se agradecía y se dejaba notar. Elia  llegó rápidamente a la entrada del camino y con unas ganas locas de bajarse el sillín de la bici y tantear "el camino de las hadas" (que es como lo han bautizado con sus amigos), sobre ruedas y no andando o corriendo como de costumbre, se echó hacia abajo sin ningún miramiento.




Yo solo oía gritos: ¡que chulo!, ¡que guay!. No podía echar ni una foto desde delante, así que le dije que parara y que me dejara avanzar un tramo y después que lo hiciera ella. 




Parece que eso de parar no le convencía mucho y para volver a ponerme por delante aproveché un par de zig-zags que le hicieron frenar un poco y tomárselo de otra manera.




El único tramo donde hay que desmontarse para remontar le pilló por sorpresa, no porque no lo conociera, sino porque me decía que no pensaba que hubiera llegado allí tan rápido.




Sin darnos cuenta, abandonamos la sombra y nos plantamos en la tejería. Nos hicimos una foto mientras me decía que se le había hecho muy corto. Le propuse dar la vuelta por la carretera en lugar de ir directos a casa y le pareció bien. 




Echamos otro buen trago de agua antes de arrancar y entonces me comentó que no había merendado y que tenía hambre, así que daríamos la vuelta por la carretera, pero sin perder mucho tiempo.




Así lo hicimos y al llegar a casa, un buen bocata de jamón sirvió de merienda. 


Después de un rato, unos truenos y cuatro gotas culminaron una tarde calurosa. A Elia le gustó el camino pero me comentó que le fuera buscando uno más largo para hacer cuanto antes











miércoles, 21 de junio de 2017

V Jornadas de Medicina Natural y encuentros con la Naturaleza. Ansó.

El pasado fin de semana se realizaron las V Jornadas de Medicina Natural y encuentros con la Naturaleza. Como todos los años anteriores había diferentes actividades como los recorridos en los que nos encontramos con multitud de plantas en un entorno natural, el herbario con más de cien especies correctamente etiquetadas, los habituales talleres en los que aprendemos a realizar cremas y aceites con diferentes usos y en los que además nos llevamos una muestra cada uno de los asistentes, sesión de diapositivas y unas entretenidas tertulias en donde todos nos sorprendemos con los temas que se preparan.


Este año el protagonista, sin duda, ha sido el calor. Tanto es así, que con los asistentes a las jornadas no dudamos ni un segundo en alterar el horario programado permitiendo así la mayor frescura posible en los recorridos previstos al aire libre.




De esta forma, el sábado salimos a primera hora, sin ver el herbario, a realizar el recorrido previsto para esa mañana. Unos buenos tramos de sombra en el camino y el buen horario matutino ayudaron a cumplir los objetivos.




Multitud de plantas, usos y curiosidades aparecían sin cesar a lo largo del recorrido. Como siempre Constancio la goza trasmitiendo información.




Detalles, curiosidades y el entorno formaban parte de las jornadas donde la mañana avanzaba casi sin darnos cuenta.



Para cuando el calor quiso apretar, nos refugiamos en el Camping de Ansó donde también disfrutamos de una buena comida antes de arrancar con las actividades vespertinas.



Un taller de árnica con el preparado de una crema y en la que cada asistente se llevó su correspondiente muestra, como todos los años, pusieron la guinda a un sinfín de aclaraciones y resolución de dudas que, como siempre, Pedro, de "Maiveral, Velas y Jabones de Ansó", resolvió con soltura.



Unas diapositivas en las que las plantas se clasificaban por grupos interesantes y comentadas por Constancio pusieron fin al primero de los días de las jornadas de este año.




El domingo amaneció también caluroso, y de nuevo alteramos el orden de las actividades para evitar el calor del mediodía en el paseo. Tras unas breves aclaraciones en el herbario y una pequeña muestra de material nos fuimos pitando para disfrutar de la segunda salida de estas jornadas.




Otro día de disfrute escuchando las posibilidades que nos ofrece la naturaleza y aprendiendo de todo lo que nos rodea bien guiados, como siempre, por Constancio que no escatima esfuerzos en contarnos multitud de cosas y repetir siempre que sea necesario hasta que todo quede bien claro.




Una asistencia más escasa que en otras ocasiones, con una horquilla que osciló entre 12 y 18 personas, según momentos y actividades, permitió un mayor aprovechamiento de las jornadas en donde todos aprendimos de todos, y un ambiente relajado ayudó a un intercambio de información intenso.




Una tertulia a la sombra y de lo más entretenida, nos llevó de la realidad a las leyendas y creencias, pasando por los mitos y costumbres que siempre han formado parte del entorno natural en el que nos encontramos y que, como se sigue demostrando, son de lo más actual aunque parezca que se hayan quedado en el olvido. 






¡Muchas gracias Constancio y Pedro por enseñarnos tantas cosas a cambio de nada.!