sábado, 2 de febrero de 2019

Iniciándose en el esquí de travesía desde casa. Ansó

Hoy era el día elegido para estrenar el equipo de travesía de Elia que le llegó de regalo estas navidades pasadas. Hasta ahora no había nevado y el fin de semana pasado no pudimos hacerlo. Nos hemos levantado blancos y nevando y la subida a la cabecera del valle no era apetecible, así que hemos decidido hacer nuestras primeras pruebas desde la puerta de casa.




No había gran cantidad de nieve pero para una primera toma de contacto teníamos suficiente. Todo era nuevo, las botas, las fijaciones, las tablas, las pieles, ...uff ¡cuanta cosa para negociar!




Poco a poco hemos ido probando por terreno conocido como funcionaban las herramientas. Elia me llevaba por sus habituales sitios de juego pero de una manera diferente.




En el campo Achés, junto a las escuelas y lugar habitual de jugar con los trineos durante generaciones, hemos empezado a probar las "vueltas marías" para crear nuestra primera traza. Con la que estaba cayendo no había nadie jugando con los trineos.




Elia estaba sorprendida de cómo aguantaban las pieles y ha querido probar a subir a las escuelas para ver si no patinaba por la rampa de acceso. Una vez en el recreo hemos comprobado que todo estaba en orden...





...incluso los juguetes del arenero.




La nevada seguía fuerte y las gafas se empañaban pero aún no apetecía volver a casa, así que hemos decidido seguir probando y tanteando el equipo.




Elia me decía que no iba a poder comer porque se estaba empachando de nieve. Yo le comentaba que eso es lo que tiene ir con la boca abierta cuando nieva, mientras ella me replicaba que no lo podía evitar aunque lo intentaba.




Cuando tuvimos la oportunidad de ir hacia casa, Elia volvió a decidir alargar el paseo ya que eso de ir con los esquís por la calle "molaba". Me decía que era algo que no había hecho nunca y, como siempre que dice algo así, le cae la frase que ella misma repite... "ya no lo dirás de más choven".




Otro apretón de la nevada me dejó el objetivo de la cámara mojado pero la vuelta por las calles continuó otro rato.




Casi tres horas dando vueltas por Ansó, bajo una buena nevada, estrenando los nuevos esquís de travesía, nos han permitido disfrutar de la mañana de una forma muy diferente a lo habitual. Nos habíamos ganado un vermú que también hemos disfrutado después de una reconfortante ducha.  
Buen día de estreno donde todo ha funcionado correctamente y nos hemos quedado con ganas de seguir utilizando estas herramientas que nos permiten disfrutar de la nieve de una manera entretenida.