El pasado domingo, 24 de Octubre, y en vista del buen tiempo reinante, decidimos subir al pico Midi D´Ossau. Quedamos temprano en Ansó Edurne, Elia, Pablo y yo con la intención de hacer la ascensión en el día.
A Elia no le gusta mucho hacer viaje largo en el coche para ir al monte, pero tratándose del
Midi y teniendo en cuenta que el
Refugio de Pombie está ya cerrado, fue de lo más contenta. Avisó antes de subir al auto que iba a dormir en el trayecto, pero... mentira, no calló en todo el viaje.
Pese a no hacérsele largo el tramo al
Collado de Suzon, y sobre todo desde que teníamos cercano el pico del día, no paraba de repetir: "¿cuando empiezan las trepadas?".
Pronto nos plantamos en la base de la primera chimenea y todo cambió. Nos encordamos para subir, bueno, yo no, de ahí que no haya ninguna foto de ese tramo. Bastante tenía con la trepada como para pensar en echar fotos.
En la segunda chimenea nos tocó esperar un poco ya que había algo de atasco pese a las fechas. Aún siendo mas sencilla que la primera, decidí encordarme y así pude tirar tranquilo y cómodo unas cuantas fotos tanto de Elia como de Edurne.
Una vez pasada la segunda chimenea ya no usamos la cuerda. La tercera chimenea es la más sencilla de las tres y fuimos probando poco a poco viendo que no resultaba necesario asegurarnos.
A Elia no le gustó cuando le dijimos que al final de la tercera chimenea había una cruz de hierro que determinaba el final de las trepadas, y menos cuando comenzó a verla desde abajo.
Un tramo de caminar entre rocas con espectaculares vistas del
Pirineo Central y Occidental y un último paso entretenido nos pusieron en la cima del
Pico Midi D´Ossau.
En la punta estuvimos un buen rato. Comimos y hablamos mientras disfrutábamos del panorama. Parecía mentira que estuviésemos mas de una hora en manga corta y en esas fechas sentados a casi 2900 metros y tan a gusto. A Elia también le parecía mentira estar en el
Midi con las ganas que tenía de subirlo. Ahora observaba desde el
Midi D´Ossau todos los picos que desde ellos siempre lo veía y además los reconocía uno a uno, y ya son unos cuantos
No quedó más remedio que ponerse en marcha para iniciar el descenso. Quedaba un buen rato de entretenidos destrepes y un par de rápeles, ya que la chimenea más alta la destrepamos sin cuerda.
Un tapón en la segunda chimenea nos hizo perder bastante tiempo. Un numeroso grupo de franceses rapelaban despacio desde el anclaje. Después de un buen rato y con las chaquetas puestas, ya que la sombra y el parón hicieron que tuviésemos que abrigarnos, decidimos rapelar desde un anclaje improvisado.
Un segundo rapel nos colocó a pie de las chimeneas. Allí nos despedimos de los destrepes, así como del casco, cuerda y arneses y comenzamos a andar por camino normal comentando las mejores jugadas mientras echábamos las últimas miradas a la mole que acabábamos de conquistar.
Terminamos el día igual que lo habíamos empezado con los rayos de sol en el mismo tramo, esta vez con los últimos del día en lugar de con los primeros como por la mañana.
Otro buen día de monte, con muy buena compañía y siempre sin parar de aprender, como es habitual. Mas tarde de lo previsto llegamos al coche donde no hubo mucho tiempo para celebrar el día... ¡Pablo y Edurne!, habrá que tomar algo en que nos volvamos a juntar los cuatro con más tiempo.
Track del recorrido