viernes, 6 de enero de 2017

Salto del Gitano, Castillo de Monfragüe y Puente del Cardenal. Parque Nacional de Monfragüe. Cáceres

El pasado 28 de diciembre, aprovechando una corta estancia vacacional en Plasencia, decidimos acercarnos al Parque Nacional de Monfragüe. Entre todas las opciones que ofrece, nos decantamos por visitar uno de los lugares más representativos y acercarnos a Villareal de San Carlos para dar un paseo.




Desde el centro de visitantes, situado en esta última localidad, nos recomendaron acercarnos con el coche hasta la Fuente del Francés para realizar un recorrido señalizado.




Al poco de empezar ya empezamos a disfrutar con la sorpresa de observar el aprovechamiento del corcho que se obtiene de la corteza de los alcornoques. Es algo que había visto en fotos y documentales pero que nunca lo había tenido delante. Resulta curioso ver como se queda el tronco una vez descortezado y observar la gruesa y esponjosa corteza de otros alcornoques en los que no se ha realizado el aprovechamiento.




Al ir avanzando, íbamos teniendo mejor perspectiva de lo que allí había. Rápidamente llegamos al Salto del Gitano. Es una gran brecha rocosa por donde el río Tajo se abre camino a su paso. Resulta un perfecto mirador para la observación de buitres, aunque también campan por allí el buitre negro, águila imperial, alimoches, cigüeña negra y búho real.




Tras pasar un rato de observación de aves, nos dirigimos hacia la Ermita y Castillo de Monfragüe en plena Sierra de Monfragüe. En realidad son unos pequeños restos pero que están situados en el lugar perfecto para disfrutar de muy buenas vistas de la zona y donde las interminables dehesas cacereñas se aprecian en toda su dimensión.




El ascenso, a tramos por asfalto, es suave y solo al final se empina un poco, haciendo que el sol del mediodía se dejase notar.




Mientras observábamos todo lo que teníamos alrededor, consideramos que era un buen momento y lugar para echar un bocado disfrutando de unos buenos curados ibéricos de la zona.




Las ruinas del Castillo de Monfragüe y el entorno, daban para disfrutar y dejar pasar el tiempo, algo que aceptamos de buen grado.




La bajada por la umbría no fue menos entretenida. Además de un espectacular paisaje musgoso, fuimos encontrando cosas a las que no estamos habituados, y otras a las que si, y que no dejaron de sorprendernos estando tan lejos de casa.




Mientras observábamos con curiosidad los frutos de los madroños, buena sorpresa nos dimos al encontrar un par de  buenas caperaneras llenas. Claro, se trataba de un Parque Nacional y allí ese aprovechamiento no se podrá realizar ...o quizá en la zona no se cojan estas setas?.




Terminando el recorrido decidimos acercarnos al Puente del Cardenal. Este queda sumergido por el agua cuando el nivel sube, pero su imagen invita a acercarse, y más cuando te cuentan cosas sobre él. Parece ser que en su día se trataba de un puente de pago, es decir, para pasar había que pagar. Cuando esta circunstancia desapareció y el paso quedó liberado, los bandoleros aprovecharon para custodiarlo y exigir su cuota. Parece ser que éstos no se andaban con chiquitas y aunque legalmente no se pagaba, los usuarios seguían teniendo que apoquinar bajo amenazas que seguramente se cumplieran en caso de negarse a la aportación solicitada.




Un paseo por el Parque Nacional de Monfragüe de lo más interesante y entretenido, fácil de realizar y con el disfrute asegurado por todo lo que allí se vé.