El pasado sábado 17 de octubre nos fuimos con Elia a dar un paseo desde casa. El viernes por la tarde, comentando donde podríamos ir, me recordó que le había dicho muchas veces que le tenía que llevar a ver la Borda Capuch en "A Palangosa" y así conocer donde nació su bisabuela.
Poco le costó convencerme. La previsión meteorológica era de buen tiempo y así salió una mañana fresca de otoño.
Una vez pasada la Borda Catalán, como dice Elia, "comienza la aventura". Nos desviamos del GR que une Ansó y Hecho y nos adentramos en el abandonado camino antes citado.
En realidad el actual GR 15 era el antiguo camino que unía Ansó con Siresa, por eso va mas alto y ahora enlaza las tres localidades. Pero, aunque abandonado y sucio, cuando uno entra en el camino por el que íbamos a recorrer El Vedau, se da cuenta de la importancia del mismo.
Sus dimensiones, los muros que lo flanquean durante los tramos en los que era necesario para no invadir los campos, la prácticamente nula pendiente y los cómodos pasos de barrancos son una buena prueba de la categoría del camino.
Además de caminar, el nulo tránsito dan para todo. Desde observar como la vegetación se adapta por orientaciones a observar la variedad de hojas diferentes que encontramos. También los rastros que dejan los animales en su habitual convivencia, desde lugares de baño hasta lugares de comida y depredación.
El avance lento por la espesura de algún tramo resultaba de lo más entretenido para Elia por la aventura tan larga que estaba teniendo. "Otras veces nos metemos en algún lío, pero es que hoy estamos todo el rato metidos en un lío", decía.
Pese a todo, el camino se sigue bastante bien si se conoce. Tan solo no termino de seguir bien la traza principal para bajar de la Loma Monreal hasta el barranco de A Palangosa, donde está la Borda Capuch, y después el primer tramo de la remontada hacia la Collada Perpetua que limita con Hecho.
Tras un pequeño titubeo por lo descrito en el anterior párrafo llegamos directos a la Borda Capuch. Elia se quedó extrañada, además se enfadó con el chaparro que provocó el hundimiento de la borda y que aún está ahí adentro, y sobre todo no era capaz de asumir que allí podría haber nacido un bebé y que además fuera su bisabuela.
Con un buen bocadillo todo se veía de otra manera y decidimos proseguir con la ruta. Esta vez decidimos dejar el camino principal que se dirige hacia la Collada Perpetua como he dicho antes e ir a empalmar con el GR a la altura de la Borda Botero. Cruzamos el Paco Aniceto y por la Varella Cebadero llegamos al objetivo sin dejar la cuenca del Barranco de "A Palangosa".
Caminar por un sendero limpio no tiene nada que ver, ganas en comodidad y rapidez. Pero me encantó que Elia disfrutara conociendo y así poder valorar lo que tenemos y lo que podríamos tener. Estoy convencido que si las personas que toman decisiones hubieran tenido la oportunidad de conocer para valorar, el camino por el que habíamos pasado la mañana estaría limpio y en uso.
Otro día espectacular por el monte, descubriendo, conociendo y aprendiendo como siempre, desde la puerta de casa. ¡Todo muy bien!