lunes, 20 de marzo de 2017

Vuelta a la Sierra de Secús con esquís desde Guarrinza

El pasado sábado 18 nos fuimos con Pablo a Guarrinza con la intención de dar una vuelta por la zona. La previsión era de día primaveral como casi todos los días últimamente. Sabíamos que en la pista de Guarrinza había un talud que permitía llegar hasta Agua Tuerta con los esquís calzados desde el coche y eso había que aprovecharlo.




Como siempre, la llegada a Agua Tuerta tiene algo de especial. Da igual que esté blanco o verde. El valle es impresionante de cualquiera de las maneras.




Mientras cruzábamos Agua Tuerta decidíamos como realizar el paseo, y una vez que cruzamos el río, ya teníamos claro que íbamos a entrar por Estanés al Valle de los Sarrios.




La zona de Las Cabretas estaba redonda de nieve, y una vez que llegamos al primer collado y con vistas a un Ibón de Estanés, camuflado de blanco, realizamos la primera de las múltiples transiciones que íbamos a realizar a lo largo de la mañana.




Volvimos a poner pieles para, remontando La Trinchera, acceder al Valle de los Sarrios. Otro lugar para admirar en cualquier época del año. La cantidad de nieve que había por la zona permitía disfrutar de un monte espectacular.




A la altura del Ibón Viejo, límite de los términos de Ansó y Aragües, aparece la mole del Bisaurín y el Collado de Secús, nuestro siguiente objetivo. 




Para alcanzarlo, esquiamos por una nieve espectacular hasta la Plana Mistresa, donde cogimos agua, y empezamos la remontada más dura del día. Echando la vista atrás en el ascenso, vemos por donde hemos bajado y también observamos la bajada de Bernera que le empieza a entrar el sol poco a poco. 





En el Collado de Secús hacía fresco y nos tuvimos que poner una chaqueta mientras veíamos lo concurrido que estaba el corredor norte al Bisaurín. Habíamos pasado calor con el sol en la espalda en la subida al collado, pero en la bajada se preveía una nieve todavía dura en donde no le hubiese dado el sol. Pero buscando un poco la nieve trasformada, la bajada hasta la Foya de Secús se convirtió en la esquiada del día.





El ambiente que imprime la cara norte del Bisaurín, unido a la pendiente, la longitud, el desnivel y el cómo estaba la nieve, ...¡pura crema!, hicieron que la bajada hasta la Foya de Secús resultase espectacular. Allí, volvimos a coger agua porque tocaba remontar otra vez hasta el Achar de Secús.




Un último vistazo a la cara norte del Bisaurín y la bajada realizada desde el Achar de Secús nos metieron en otra zona no menos espectacular que forman las paredes de La Costatiza y el siempre llamativo Castillo de Acher. Una bajada cañera, donde encontramos incluso nieve fresca, dio paso seguir avanzando en nuestra vuelta.





Volvimos a poner pieles para alcanzar la cabecera del Barranco del Barcal y las quitamos de nuevo para descender, disfrutando de lo lindo, hasta buscar el mejor lugar para hacer la última remontada del día. Pero antes había que disfrutar del espectacular entorno.





El objetivo era ir al Barranco de La Loma, y para ello, elegimos el paso que hay entre la Peña Marcantón y La Ñetera.




Una vez en La Loma volvimos a tener vistas a buena parte del recorrido que habíamos realizado al principio, antes de entrar en el Valle de Los Sarrios. Y solo nos faltaba elegir por donde bajar ante la inmensidad que ofrece todo el Barranco de La Loma hasta Guarrinza, donde nos esperaba el coche.




Nieve hasta el coche, en una vuelta que resulta espectacular por el paisaje que la envuelve y donde el quita y pon de las pieles (esta vez fueron once transiciones), resultaron protagonistas en un día para recordar.