Salimos del refugio temprano y tras atravesar el bosque y trampear el paso por el barranco, nos encontramos con un potente alud. La acumulación de nieve era considerable y para nada nos dejó indiferentes. Fuimos pasando como pudimos entre bolas de nieve apretadas y de todos los tamaños y seguimos avanzando por el cauce del barranco. Había abundantes pasos y también abundantes hundimientos de nieve que en ese momento se encontraban duros como piedras.
Seguimos por el barranco de Tacheras en dirección a Secús. Avanzamos por el cauce todo lo que pudimos. Salvamos un primer resalte con los esquís puestos, un segundo resalte lo pasamos descalzando los esquís y al tercero ya salimos fuera del cauce para rebasarlo. Pablo no se quedó muy conforme con salir, y comentaba que aún se podía haber salvado por un lateral, pero a mí no me hacía ninguna gracia tener un fallo y terminar remojado hasta el cuello en un agua tan fría a esas horas y donde nos encontrábamos.
Llegamos a la Foya de Secús con bastante tiempo y la nieve estaba aún algo dura. Supusimos que si íbamos directos a Agüerri tendíamos que esperar para enfrentarnos a las pendientes de su cara sur, así que decidimos subir a Secús para hacer un poco de tiempo y disfrutar de su esquiada.
Después de disfrutar de las vistas y de observar las posibilidades que ofrecen los collados cercanos nos dispusimos a disfrutar de la esquiada.
Después volvimos a poner pieles para remontar hasta la collada Costatiza y después seguir el cordal que nos llevaría hasta Agüerri. Allí escaseaba la nieve y tuvimos que colgar a la mochila los esquís, incluso hubo un tramo que fueron necesarios los crampones ya que la nieve permanecía bastante dura.
Al llegar arriba nos dimos cuenta que habíamos acertado en el horario y que la nieve, en la orientación sur que era por la que íbamos a bajar, estaba en su punto. Perdimos poco tiempo y nos preparamos enseguida para disfrutar de una bajada realmente espectacular.
La pendiente pronunciada de la salida da paso a la posterior amplitud del resto de la bajada, con pendiente mantenida, aunque menos que en su tramo inicial. Poco a poco se va suavizando y se completan casi 900 metros de desnivel en bajada directa hasta el barranco, ¡es la hostia!.
Mientras en la Foya de Secús no vimos la caseta por ningún lado, por donde bajamos ya iba apareciendo alguna que otra.
Aunque en la parte más baja la nieve se ponía bastante pesada, en la bajada por el camino hasta Gabardito se mantenía bastante bien a la sombra, lo que hizo que no nos costara mucho llegar hasta el coche.
El resultado fue un muy buen día de esquí con una remontada entretenida por el barranco de Tacheras, una suave y placida esquiada por Secús y una bajada de película por la cara sur de Agüierri,... ¡toma ya!.