Partimos de la carretera, antes de llegar al puente que cruza el río Veral. Dejamos a nuestra izquierda la borda Florentina y continuamos hacia el cerro siguiente, ascendiendo por él a través de unos zigs zags por trocha hasta la borda de Lo Pallar.
Pasada esta borda y observando su contrafuerte, llegamos a uno de los tramos de camino que se han limpiado. Lo cogemos en ascenso para llegar pronto a la Ralla Bizarro, lugar curioso y determinante para la caza del jabalí.
Observamos como las inclemencias meteorológicas afectan a la flora del lugar haciendo que, tanto el chinebro como el chaparro, aguantan como pueden el cierzo y la nieve. También comentamos con Pablo que la limpieza del camino se ha hecho con gusto, respetando las dos especies que ahora nos llaman la atención por su curiosa adaptación.
Pronto llegamos al Campo Quilero donde vemos los restos de la borda de Lo Viejo. También vemos el refugio nuevo que se mantiene en muy buen estado y limpio.
Poco nos queda para subir a la divisoria natural de los valles de Ansó y Hecho a la altura de la Collada de los Artolez. Desde este punto ampliamos la visión del horizonte y decidimos verlo mejor echando un bocado.
Desde este collado tomamos el camino que nos llevaría a empalmar con el camino de Santa Lucia a Hecho a la altura de la Sierra de los Ríos. Pasamos el primer cerro donde se sitúa la borda Corradasa y decidimos bajar por el siguiente cerro donde encontramos la borda Periton, hasta empalmar con otro camino que seguimos más o menos bien hasta alcanzar las trazas de caminos limpios.
Al final del cerro se ve clara la Ralla Bizarro, a la que ahora no llegaremos.
El camino nos provoca y terminamos siguiéndolo cómodamente hasta llegar a la traza por la que habíamos subido por la mañana a la altura de la borda Lo Payar. Allí nos tienta aventurarnos por otro camino, esta vez no limpio, que creemos que nos llevará hacia los casales de Pena Verde otra vez, pero ahora por encima de las cuevas. Lo seguimos bastante bien y nuestros pensamientos acaban siendo acertados, empalmamos con el camino que antes nos había llevado a los casales de Pena Verde.
Echamos un trago en la fuente y continuamos otra vez por camino limpio bajando hacia el coche para completar la excursión. En el tramo de bajada pasamos por los restos de la borda Madrilejo, donde destacan unos chaparros bien gordos. Desde este punto ya vemos la borda Florentina que nos llevará en muy pocos pasos hasta la carretera y hasta el coche.
Desde la borda Florentina echamos la vista atrás y observamos la zona por la que hemos paseado y disfrutado. Adivinamos la roca que forma las cuevas, y las trazas de los caminos limpios y no limpios por los que hemos pasado.
Tenemos que agradecer a Chilburro, Jerónimo, Carles y Chaniqué que nos situaran con los nombres de las bordas por el recorrido que hicimos.
¡Que bueno es pedir ayuda y que la gente responda!, ...GRACIAS
¡Que bueno es pedir ayuda y que la gente responda!, ...GRACIAS