sábado, 7 de abril de 2012

Cuevas de la Olla-Collada de los Artolez

Este invierno tan seco daba para disfrutar del monte sin necesidad de ponerse los esquís, vamos, que hubo momentos que casi no quedaba otro remedio.
Uno de estos días nos lanzamos con Pablo a averiguar que caminos habían limpiado los chesos en los alrededores de Santa Lucia.


Partimos de la carretera, antes de llegar al puente que cruza el río Veral. Dejamos a nuestra izquierda la borda Florentina y continuamos hacia el cerro siguiente, ascendiendo por él a través de unos zigs zags por trocha hasta la borda de Lo Pallar.



Pasada esta borda y observando su contrafuerte, llegamos a uno de los tramos de camino que se han limpiado. Lo cogemos en ascenso para llegar pronto a la Ralla Bizarro, lugar curioso y determinante para la caza del jabalí.
Observamos como las inclemencias meteorológicas afectan a la flora del lugar haciendo que, tanto el chinebro como el chaparro, aguantan como pueden el cierzo y la nieve. También comentamos con Pablo que la limpieza del camino se ha hecho con gusto, respetando las dos especies que ahora nos llaman la atención por su curiosa adaptación.



Seguimos caminando a gusto por el camino limpio, disfrutando de las vistas y obsevando que tenemos más tramos limpios, que nos permitirán volver por otras zonas sin necesidad de repetir.



Pronto llegamos al Campo Quilero donde vemos los restos de la borda de Lo Viejo. También vemos el refugio nuevo que se mantiene en muy buen estado y limpio.



Poco nos queda para subir a la divisoria natural de los valles de Ansó y Hecho a la altura de la Collada de los Artolez. Desde este punto ampliamos la visión del horizonte y decidimos verlo mejor echando un bocado.



Desde este collado tomamos el camino que nos llevaría a empalmar con el camino de Santa Lucia a Hecho a la altura de la Sierra de los Ríos. Pasamos el primer cerro donde se sitúa la borda Corradasa y decidimos bajar por el siguiente cerro donde encontramos la borda Periton, hasta empalmar con otro camino que seguimos más o menos bien hasta alcanzar las trazas de caminos limpios.






Al final del cerro se ve clara la Ralla Bizarro, a la que ahora no llegaremos.



Ahora nos dirigimos hasta los Casales de Pena Verde, donde encontramos los restos de las bordas de Juan Antonie y Margarita. Allí empalmamos con el camino limpio que nos lleva por debajo de donde hemos pasado hasta las Cuevas de la Olla, espectaculares abrigos a los que llegamos por un camino no menos espectacular.



El camino nos provoca y terminamos siguiéndolo cómodamente hasta llegar a la traza por la que habíamos subido por la mañana a la altura de la borda Lo Payar. Allí nos tienta aventurarnos por otro camino, esta vez no limpio, que creemos que nos llevará hacia los casales de Pena Verde otra vez, pero ahora por encima de las cuevas. Lo seguimos bastante bien y nuestros pensamientos acaban siendo acertados, empalmamos con el camino que antes nos había llevado a los casales de Pena Verde.



Echamos un trago en la fuente y continuamos otra vez por camino limpio bajando hacia el coche para completar la excursión. En el tramo de bajada pasamos por los restos de la borda Madrilejo, donde destacan unos chaparros bien gordos. Desde este punto ya vemos la borda Florentina que nos llevará en muy pocos pasos hasta la carretera y hasta el coche.



Desde la borda Florentina echamos la vista atrás y observamos la zona por la que hemos paseado y disfrutado. Adivinamos la roca que forma las cuevas, y las trazas de los caminos limpios y no limpios por los que hemos pasado.


Tenemos que agradecer a Chilburro, Jerónimo, Carles y Chaniqué que nos situaran con los nombres de las bordas por el recorrido que hicimos.

¡Que bueno es pedir ayuda y que la gente responda!, ...GRACIAS

Pic d´Anie (2507 m)

El último día de marzo y aún reciente lo de Larra, Peyo y Jaime se animan a salir con los esquís, ...y conmigo. Para compensar las dos embarcadas anteriores, había que buscar un sitio cercano, cómodo y con nieve. La decisión no da lugar a la duda, habrá que hacer otra visita al Anie.
Salimos temprano desde la curva helicoidal y eso se traduce en que la nieve está como una piedra, pero queda día por delante, y además la meteo promete.



Aún sin darnos el sol, la ropa excesiva empieza a estorbar. A los dos les hago mirar hacia atrás y les recuerdo nuestra aventura por los agujeros de Larra. Al mantener una distancia prudencial la respuesta se adivina solamente en la mirada de Peyo.



Así como vamos avanzando tenemos a la vista el pico que, como siempre que hace buen tiempo, se muestra con muy buena cara. También asoma el Soum Couy por el otro lado para recordanos que él también está allí.


Así como pasa la mañana, el disfrute es total. Solo por las vistas ya merece la pena. Echamos un pequeño bocado al cuerpo y continuamos hacia nuestro objetivo de forma directa y sin titubeos.




Pronto encaramos la pala del pico y Peyo enseña a Jaime cómo le puede grabar con el móvil, mientras sube por la pala.



Al llegar a la pala final la nieve se mantiene bastante dura y hay que extremar las precauciones. Conseguimos subir con las cuchillas, sin poner crampones, pero por los pelos. En vista de lo que hay, Peyo se queda sin ser grabado por Jaime, no se puede perder la concentración.




Viendo el día que tenemos se puede imaginar como nos sentimos ahí arriba y más a la hora de almorzar. Hay bastante gente que ha elegido el Anie para este día, y no me extraña, teniendo en cuenta como está la cosa por el resto de la zona y cómo está aquí.



Estando en la cima llegó la anécdota del día. Había llevado el casco puesto hasta para almorzar, pero en un momento dado, y sin recordar por qué, me lo desabroché y al agacharme a coger un esquí para quitar las pieles, allá que fue todo decidido a bajar la pala del Anie. Toda la gente que ahí había estuvo pendiente de si continuaba o se paraba, pero el jodido de él aprovecho su momento de libertad y se bajó toda la pala como un señor.
Intenté bajar lo más rápido posible para llegar a donde se había parado, para ver las consecuencias de su aventura, y salió bastante bien parado. Me lo puse bien atado y continuamos la bajada los dos juntos.



Tras la pequeña remada para pasar la vaguada de la base del Anie, continuamos con la bajada disfrutona y con la nieve en su punto, haciendo que incluso perdiéramos el control en alguna que otra ocasión por crecernos demasiado.



Al final otra pequeña remada por la pista de esquí de fondo en la Contienda, y con buena hora nos dirigimos a comer muy a gusto en el Camping Zuriza, donde, como siempre, nos tratan de maravilla.

Con esto, Peyo que hacía bastante tiempo que no estaba en el Anie, y Jaime, que ha hecho su pico más alto con esquís, parece que han olvidado la aventura de Larra, aunque estemos muy cerca de la zona.