jueves, 29 de octubre de 2020

Circular desde Ansó por El Vedau. "A Palangosa", Borda Capuch.

 El pasado sábado 17 de octubre nos fuimos con Elia a dar un paseo desde casa. El viernes por la tarde, comentando donde podríamos ir, me recordó que le había dicho muchas veces que le tenía que llevar a ver la Borda Capuch en "A Palangosa" y así conocer donde nació su bisabuela.




Poco le costó convencerme. La previsión meteorológica era de buen tiempo y así salió una mañana fresca de otoño.




Empezamos la excursión por el camino de la Fuente Alta con la intención de volver por el GR y así completar una circular. Para ello íbamos a utilizar uno de los antiguos caminos que unían Ansó y Hecho y que cruza todo El Vedau de Ansó como si por una curva de nivel se hubiera hecho.




Una vez pasada la Borda Catalán, como dice Elia, "comienza la aventura". Nos desviamos del GR que une Ansó y Hecho y nos adentramos en el abandonado camino antes citado. 




En realidad el actual GR 15 era el antiguo camino que unía Ansó con Siresa, por eso va mas alto y ahora enlaza las tres localidades. Pero, aunque abandonado y sucio, cuando uno entra en el camino por el que íbamos a recorrer El Vedau, se da cuenta de la importancia del mismo.  




Sus dimensiones, los muros que lo flanquean durante los tramos en los que era necesario para no invadir los campos, la prácticamente nula pendiente y los cómodos pasos de barrancos son una buena prueba de la categoría del camino.




Además de caminar, el nulo tránsito dan para todo. Desde observar como la vegetación se adapta por orientaciones a observar la variedad de hojas diferentes que encontramos. También los rastros que dejan los animales en su habitual convivencia, desde lugares de baño hasta lugares de comida y depredación.




El avance lento por la espesura de algún tramo resultaba de lo más entretenido para Elia por la aventura tan larga que estaba teniendo. "Otras veces nos metemos en algún lío, pero es que hoy estamos todo el rato metidos en un lío", decía.




Pese a todo, el camino se sigue bastante bien si se conoce. Tan solo no termino de seguir bien la traza principal para bajar de la Loma Monreal hasta el barranco de A Palangosa, donde está la Borda Capuch, y después el primer tramo de la remontada hacia la Collada Perpetua que limita con Hecho.




Tras un pequeño titubeo por lo descrito en el anterior párrafo llegamos directos a la Borda Capuch. Elia se quedó extrañada, además se enfadó con el chaparro que provocó el hundimiento de la borda y que aún está ahí adentro, y sobre todo no era capaz de asumir que allí podría haber nacido un bebé y que además fuera su bisabuela.




Con un buen bocadillo todo se veía de otra manera y decidimos proseguir con la ruta. Esta vez decidimos dejar el camino principal que se dirige hacia la Collada Perpetua como he dicho antes e ir a empalmar con el GR a la altura de la Borda Botero. Cruzamos el Paco Aniceto y por la Varella Cebadero llegamos al objetivo sin dejar la cuenca del Barranco de "A Palangosa".




Caminar por un sendero limpio no tiene nada que ver, ganas en comodidad y rapidez. Pero me encantó que Elia disfrutara conociendo y así poder valorar lo que tenemos y lo que podríamos tener. Estoy convencido que si las personas que toman decisiones hubieran tenido la oportunidad de conocer para valorar, el camino por el que habíamos pasado la mañana estaría limpio y en uso. 




Hay cosas que no tienen remedio, pero la pena es que otras que si lo tienen no se valoren por desconocimiento y por desinterés en conocerlas. El no aprovechar los mejores recursos que tenemos, sin duda retrasa las posibilidades de avance en los sectores tradicionales y frena las expectativas de otros sectores que fundamentan junto con los tradicionales el desarrollo económico de la zona.


Otro día espectacular por el monte, descubriendo, conociendo y aprendiendo como siempre, desde la puerta de casa. ¡Todo muy bien!




Track del recorrido




martes, 13 de octubre de 2020

Biniés-Ansó (Puente de la Casilla)

 El pasado sábado 10 de octubre, decidí hacer una ruta que tuve que posponer por el dichoso confinamiento. Durante el verano es un terreno en el que no apetece meterse por el calor, pero con la bajada de temperaturas, la situación "de cierzo" que teníamos y que no facilitaba los movimientos por la cabecera del valle, pensé que sería un buen momento para hacerlo.




La ruta parte desde el mismo pueblo de Biniés y durante un buen tramo sigue el GR 65.3.3 que corresponde con el Camino de Santiago que une esta localidad con Hecho.




El camino baja a buscar las orillas del Río Veral y durante un rato discurre cercano a su orilla, hasta que decide remontar para salvar la espectacular Foz de Biniés. En ese tramo es fácil encontrar numerosos fósiles hasta el punto que en determinadas zonas lo que aparentemente es grava resultan ser multitud de conchas y caracolillos.




Ganando altura hacia el Barranco de San Miguel, se obtienen unas buenas vistas de la ansotana Pardina de Cillas y de la cada vez más lejana localidad de Berdún.




Una vez rebasado el Barranco de San Miguel dejé el término de Berdún para adentrarme en término cheso por la Borda Capeta. Precioso lugar resguardado y aislado de todo para poder disfrutarlo al gusto.




Pasado un pequeño collado observé a mis pies unos preciosos campos donde se encuentra la Ermita de Navasal y las bordas de Marín y Pipau.




Poco a poco fui avanzando dejando debajo la zona conocida como La Fonteta, y cruzando el espectacular Paco Boyé y Piedra Castillo diviso la finca de la Borda García que no pasa desapercibida por los muros abundantes en su orientación sur.




Ganando altura poco a poco y pasando cerros como el de la Borda Malaño, empecé a localizar cosas dispares como las cuevas de Susuei o el Achar de Alano. También, llegando a la Collada de Chaime donde se encuentra la borda del mismo nombre, pude localizar hasta el Mallo de los Lecherines, Las Blancas y hasta la Ermita de Puyeta de Ansó y eso pese a estar, en buena parte cubierto. En resumen unas buenas y completas vistas de gran parte del Parque Natural de los Valles Occidentales.




En la citada Collada de Chaime abandoné el GR 65.3.3 y enlacé con el PR HU-19 que va hasta el Puerto de Ansó pasando por Los Artoléz. Hasta Los Artoléz se encuentran hasta tres posibilidades de bajar hacia Hecho, a las que se une otra más desde el Puerto de Ansó, con los caminos en buen estado.




Al llegar a Los Artoléz y de ahí en adelante, las vistas del Valle de Hecho son una gozada. Además allí tuve la suerte de mover un buen bando de perdices y retratar a un buitre que estaba posado en la afilada arista.




La cresta de la Sierra de los Ríos permite disfrutar del cambio de vegetación, pasando del frondoso Paco Boyé con sus hayas y arces, a las carrascas y chaparros de la orientación sur de la sierra.




Desde el Puerto de Ansó inicié el descenso por el Camino de Forquiello. Es un camino espectacular, con tramos empedrados y muros para mantener el tamaño de su caja en las zonas más escarpadas. Lamentablemente su estado no es bueno y el descuido y la maleza se van apoderando de él hasta el punto de que además de dificultar el paso, hay momentos en los que cuesta seguir su traza.




Desgraciadamente es una tónica generalizada en los caminos del Valle de Ansó y que en los últimos diez o doce años se ha visto acentuada, haciendo que se vayan perdiendo los que se empezaron a recuperar hace unos veinte y que permitía cierta ilusión en avanzar poco a poco y creer en la recuperación de buena parte de los muchos que hay y recorren sus maravillosos bosques.




Pasada la Era Orná, y ya acercándonos al Río Veral otra vez, pasamos por el desvío a la Escuela de Escalada de Forquiello (punto que he geolocalizado en el track). Como las otras dos que hay en el valle (Repatauda y Fuente Pierra) fue equipada por Gerardo Telletxea. Se trata de una pared con desplome y orientación suroeste en la que hay unas 50 vías equipadas de entre 15 y 25 metros mas o menos. Aunque el grado predominante es el séptimo con 30 ó 35 vías entre el 7a y el 7c, también cuenta con una docena entre el 6a y el 6c y el resto se enmarcan en el octavo grado. Con 12 cintas aproximadamente y 70 metros de cuerda el que quiera puede ir a probarse.




Aunque faltan dos kilómetros para llegar a Ansó, el camino termina en el conocido como Puente de la Casilla que era el último puente sobre el Río Veral antes de llegar a Ansó de la antigua carretera que llegaba desde Biniés.


Una preciosa ruta de buenas vistas y contrastes que recorre la margen izquierda del Río Veral desde casi su desembocadura hasta Ansó. Recorriendo los términos de Berdún, Hecho y Ansó por caminos de ensueño, unos más cuidados que otros.