El pasado sábado 10 de octubre, decidí hacer una ruta que tuve que posponer por el dichoso confinamiento. Durante el verano es un terreno en el que no apetece meterse por el calor, pero con la bajada de temperaturas, la situación "de cierzo" que teníamos y que no facilitaba los movimientos por la cabecera del valle, pensé que sería un buen momento para hacerlo.
La ruta parte desde el mismo pueblo de
Biniés y durante un buen tramo sigue el
GR 65.3.3 que corresponde con el
Camino de Santiago que une esta localidad con
Hecho.
El camino baja a buscar las orillas del
Río Veral y durante un rato discurre cercano a su orilla, hasta que decide remontar para salvar la espectacular
Foz de Biniés. En ese tramo es fácil encontrar numerosos fósiles hasta el punto que en determinadas zonas lo que aparentemente es grava resultan ser multitud de conchas y caracolillos.
Ganando altura hacia el
Barranco de San Miguel, se obtienen unas buenas vistas de la ansotana
Pardina de Cillas y de la cada vez más lejana localidad de
Berdún.
Una vez rebasado el
Barranco de San Miguel dejé el término de
Berdún para adentrarme en término cheso por la
Borda Capeta. Precioso lugar resguardado y aislado de todo para poder disfrutarlo al gusto.
Pasado un pequeño collado observé a mis pies unos preciosos campos donde se encuentra la
Ermita de Navasal y las bordas de
Marín y
Pipau.
Poco a poco fui avanzando dejando debajo la zona conocida como
La Fonteta, y cruzando el espectacular
Paco Boyé y
Piedra Castillo diviso la finca de la
Borda García que no pasa desapercibida por los muros abundantes en su orientación sur.
Ganando altura poco a poco y pasando cerros como el de la Borda Malaño, empecé a localizar cosas dispares como las cuevas de Susuei o el Achar de Alano. También, llegando a la Collada de Chaime donde se encuentra la borda del mismo nombre, pude localizar hasta el Mallo de los Lecherines, Las Blancas y hasta la Ermita de Puyeta de Ansó y eso pese a estar, en buena parte cubierto. En resumen unas buenas y completas vistas de gran parte del Parque Natural de los Valles Occidentales.
En la citada
Collada de Chaime abandoné el
GR 65.3.3 y enlacé con el
PR HU-19 que va hasta el
Puerto de Ansó pasando por
Los Artoléz. Hasta
Los Artoléz se encuentran hasta tres posibilidades de bajar hacia
Hecho, a las que se une otra más desde el
Puerto de Ansó, con los caminos en buen estado.
Al llegar a
Los Artoléz y de ahí en adelante, las vistas del
Valle de Hecho son una gozada. Además allí tuve la suerte de mover un buen bando de perdices y retratar a un buitre que estaba posado en la afilada arista.
La cresta de la Sierra de los Ríos permite disfrutar del cambio de vegetación, pasando del frondoso Paco Boyé con sus hayas y arces, a las carrascas y chaparros de la orientación sur de la sierra.
Desde el
Puerto de Ansó inicié el descenso por el
Camino de Forquiello. Es un camino espectacular, con tramos empedrados y muros para mantener el tamaño de su caja en las zonas más escarpadas. Lamentablemente su estado no es bueno y el descuido y la maleza se van apoderando de él hasta el punto de que además de dificultar el paso, hay momentos en los que cuesta seguir su traza.
Desgraciadamente es una tónica generalizada en los caminos del
Valle de Ansó y que en los últimos diez o doce años se ha visto acentuada, haciendo que se vayan perdiendo los que se empezaron a recuperar hace unos veinte y que permitía cierta ilusión en avanzar poco a poco y creer en la recuperación de buena parte de los muchos que hay y recorren sus maravillosos bosques.
Pasada la
Era Orná, y ya acercándonos al
Río Veral otra vez, pasamos por el desvío a la
Escuela de Escalada de Forquiello (punto que he geolocalizado en el track). Como las otras dos que hay en el valle (
Repatauda y
Fuente Pierra) fue equipada por Gerardo Telletxea. Se trata de una pared con desplome y orientación suroeste en la que hay unas 50 vías equipadas de entre 15 y 25 metros mas o menos. Aunque el grado predominante es el séptimo con 30 ó 35 vías entre el 7a y el 7c, también cuenta con una docena entre el 6a y el 6c y el resto se enmarcan en el octavo grado. Con 12 cintas aproximadamente y 70 metros de cuerda el que quiera puede ir a probarse.
Aunque faltan dos kilómetros para llegar a
Ansó, el camino termina en el conocido como
Puente de la Casilla que era el último puente sobre el
Río Veral antes de llegar a
Ansó de la antigua carretera que llegaba desde
Biniés.
Una preciosa ruta de buenas vistas y contrastes que recorre la margen izquierda del
Río Veral desde casi su desembocadura hasta
Ansó. Recorriendo los términos de
Berdún,
Hecho y
Ansó por caminos de ensueño, unos más cuidados que otros.