El pasado domingo 1 de Mayo, quedamos Peyo, Javi y yo para ir a esquiar. Los días previos no había habido buen rehielo así que decidimos madrugar para llegar pronto a Candanchú con la intención de subir al Aspe.
Desde el aparcamiento de
Candanchú ya vimos que la porteada estaba asegurada hasta la
Cueva de los Contrabandistas. Así que sin perder tiempo nos pusimos manos a la obra y en aproximadamente cuarenta minutos nos calzamos los esquís.
Una placentera foqueada por Loma Verde nos plantificó en la entrada al flanqueo que nos introduce en el Circo del Aspe. Allí decidimos poner cuchillas al ver que, a diferencia de los días anteriores, el rehielo había sido efectivo.
Después de un flanqueo con nieve dura y muy incómodo por las abundantes coladas que habían barrido la trayectoria, llegamos a la base de la
Brecha del Aspe. La nieve permitía seguir con las cuchillas y continuamos con ellas todo el ascenso hasta el collado que separa los picos de
Aspe y
Llena de la Garganta.
Tras unas cuantas zetas que suavizaron la fuerte subida, llegamos al collado de la
Brecha del Aspe. Aunque el viento no era fuerte, si resultó necesario ponerse algo de ropa que no quitaríamos hasta la cima.
Dejamos los esquís en la entrada de la
Canal Norte que separa la antecima de la cima del
Aspe. Veíamos que subía gente con crampones pero se intuía que la nieve iba transformando, lo que aumentaba las posibilidades de descender esquiando por allí.
Un rato en la punta del Aspe, con fotos y bocata incluidos, jugaron a favor de la transformación necesaria para el descenso. Así que al llegar a los esquís la decisión ya estaba tomada y nos echamos para abajo.
Dura por un lado y "crema pirenaica" por el otro, descendimos la canal sin complicaciones. Una vez pasada la pendiente fuerte, a disfrutar del entorno alpino del
Circo de Tortiellas y vuelta a colocar pieles para remontar hasta
La Tuca.
Una pequeña remontada nos permitió entrar cómodamente a buscar la entrada del Tubo de la Zapatilla. Por la mañana habíamos visto que una lengua de nieve continua nos dejaba en la cota más baja posible descendiendo por allí.
El disfrute fue total al ver que llegábamos hasta abajo con los esquís calzados y descendiendo por este clásico recorrido. Bien es verdad que había bastantes piedras sueltas entre la nieve, pero eso pasó a un segundo plano después del día tan redondo que habíamos completado.
Una visita a Perico, en el Albergue Aysa donde repusimos fuerzas con un buen ambiente, pusieron casi fin a un día bien aprovechado donde la aventura continuó hasta llegar a casa.
Track del recorrido