Ayer domingo, 11 de julio, salió un día caluroso en Ansó. Habíamos pensado en ir al monte con Elia, y en vista de la previsión, que fue acertada, preparamos una salida donde hubiese sombra al menos en buena parte del recorrido.
Decidimos subir a Linza con la intención de ascender a la Punta Maz. Pero como ya era la tercera vez que subía allí, pensamos hacer algo diferente y nos preparamos una pequeña circular alrededor de este monte.
La ascensión se hace siempre entretenida, el bosque permite avanzar cómodos y cuando se llega a la base de la arista, ésta se sube rápido con unas vistas espectaculares de toda la zona.
Igual que
las veces anteriores que había estado allí, lo de llegar al vértice geodésico le hizo ilusión y me pidió que le hiciera alguna foto para ella.
Aunque el día era caluroso como he comentado al principio, la sombra del bosque y después el viento de la arista nos permitieron subir sin agobios.
Para completar la circular que habíamos pensado, nos teníamos que dirigír hacia el oeste recorriendo el largo lomo del monte hasta el punto donde se separan los caminos de las dos variantes de la
Ruta de la Golondrinas en su etapa
Mata de Haya-Linza.
En este tramo el viento del sur era fuerte, llegando a resultar incómodo, pero también nos permitió no pasar calor en este trozo soleado. Ya habíamos llegado al punto más alejado de la circular y solo restaba volver a
Linza.
Tan solo un tramo de pista donde nos daba el sol de lleno hizo que notáramos el calor, pero al ser corto, resultó muy llevadero.
De nuevo a la sombra del bosque fuimos en busca del
Collado de Maz y de ahí a la pista de
Maz, ya en terreno ansotano. Allí, Elia se llevó un buen disgusto al ver el socavón que había dejado la ruptura del puente sobre el barranco de
Maz, cortando la pista.
Un pequeño alcorce por el monte nos permitió salir a Linza después de dar la vuelta prevista y con menos calor del que pensábamos. Todo un lujo poder dar estos paseos en la puerta de casa y con un montón para elegir.