lunes, 23 de abril de 2012

III Trancs de les Maladetes-Pico Alba (3118 mts.)

El viernes por la tarde Pablo y yo nos pusimos rumbo a Benasque con la intención de coger los dorsales para participar el sábado 21 en el III Trancs de les Maladetes, organizado por la A.D. Hospital de Benasque por tercer año consecutivo.
Como la previsión del tiempo no estaba muy clara para la tarde-noche, decidimos pernoctar en el Hostal Parque Natural. Acertamos, tanto por el tiempo como por el lugar. Tomamos una muy buena cena mientras caía un buen chaparrón, nos trataron como a todo el mundo le gusta que le traten y descansamos en una habitación limpia y con todas las comodidades.
El sábado a las siete de la mañana salíamos del Hospital de Benasque unas cincuenta personas, con tiempo despejado en dirección al Refugio de La Renclusa.




Como suele ser habitual salimos los últimos, la nieve estaba dura ya que la mañana era fresca y, mientras no cogimos el camino de invierno y la pendiente se empezaba a notar, mis pieles aguantaban, pero a partir de ese momento me tenía que buscar la vida fuera de la huella ya que si no los patinazos me sorprendían una vez si y otra también.




Cuando llegamos a La Renclusa nos tomamos un té caliente que nos sentó de maravilla, estuvimos reagrupándonos, mientras la televisión nos grababa y hacía entrevistas. Cuando volvemos a retomar la marcha, de nuevo, nos quedamos en el vagón de cola y como siempre Pablo pone el tí-tá, tí-tá (como dice nuestro amigo Castán) y otra vez nos unimos al grupo de delante.




Otra vez nos paramos para reagruparnos, esta vez el motivo es dar la salida al tramo cronometrado.
Los chavales jóvenes están muy motivados y merece la pena ver la salida y hasta echarles una foto,... otra vez salimos los últimos y lo consideramos un defecto natural. Pablo vuelve a poner el tí-tá y vamos ganando posiciones. Yo no voy nada cómodo y me resulta extraño que Pablo no me saque mucha distancia. Un resfriado inoportuno como todos, me hace tomar las cosas con calma y Pablo añade el tema de la edad,...graciosillo.
 



Al llegar al final del tramo cronometrado entramos en los puestos 16 y 17. Descubro por qué Pablo no me sacaba tiempo....ha debido de subir con unos cuantos kilos de nieve pegada bajo sus esquís, la cera que le ha dado a sus pieles no ha funcionado tan bien como la parafina que utiliza Maiveral para hacer sus velas, y que me he puesto yo por la mañana.




Al final Pablo tiene que rendirse a la parafina milagrosa que le soluciona sus problemas de zueco. Vamos remontando y cogiendo cota, y aquí el tiempo empieza a cambiar, el empeoramiento que pronosticaban para la tarde se va dejando notar.



En la base de la cresta del Alba la situación es bastante mala y excepto uno de los guías, más cinco que nos animamos a asomarnos a la cresta para ver si podemos acceder al pico, el resto decide quitar pieles y empezar a bajar.




....¿Quién se ha dejado la puerta abierta?...

Cuando nos asomamos a la cresta del Alba, nos damos cuenta de que se ha terninado la ascensión en la cota 3020, nos quedan menos de 100 metros para llegar a la cima pero se va a quedar allí para otro día.



Lo mejor de todo es que no hemos perdido ni un metro de esquiada y la bajada nos está esperando con buena y abundante nieve.




Quitando los primeros giros en los que la visibilidad era bastante escasa, la bajada, como siempre, resulta espectacular y más con la guinda de los Tubos de Paderna para terminar.


Justo cuando llegamos al aparcamiento, nos empieza a caer un chaparrón. Eso no va a influir para disfrutar con buena gana de la abundante y buena comida que como siempre nos preparan en el Hospital de Benasque. Todo esto hace que nos queden ganas de participar al año que viene, además de por lo bien organizada que esta la prueba.











martes, 17 de abril de 2012

Un rato en Vadiello-Pared del Elefante

El pasado 25 de enero, aprovechando que teníamos que bajar a Huesca con Pablo, para una de las charlas teóricas del curso de esquí de montaña de Peña Guara, pasamos por Vadiello y escalamos un rato.


Todavía no había llegado el temporal de febrero que nos dejó nevadas y bajas temperaturas, con lo que el tiempo permitía estar en manga corta al sol.
De camino a la Pared del Elefante nuestra vista se entretiene con los conglomerados de la zona, que acaban sumergidos en las aguas del pantano de Vadiello, ...¡que agujero debe haber allí!.



Caminando hacia la pared del elefante, observamos cómo están haciendo trabajos de mantenimiento de los caminos del Parque.


También observamos con curiosidad, la utilización de caballerías para el transporte de materiales, en otros parques que no disponen de éste servicio las personas hacen el papel de la caballería.



Una vez en la zona, observamos las reseñas, y vemos que entre la Pared del Elefante y La Momia existen trece sectores diferentes.
Solo en el sector del collado que es el que hemos decidido probar, hay veinte vías de unos 15 metros.




La apariencia de la pared, en este sector, es que no es en absoluto vertical. El grado predominante de las vías es IV y V, llegando en alguna ocasión al 6a+. Es un buen lugar para iniciarse, el conglomerado es bastante pequeño si lo comparamos con Riglos, y muchas veces el tamaño de un garbanzo se convierte en la mejor presa para progresar.



En el momento que nuestros cuerpos dejan de hacer sombra, la temperatura empieza a bajar, y pies y manos se empiezan a enfriar. Decidimos recoger y emprender el camino de vuelta, después de completar unas cuantas vías.



Observamos los mallos de Ligüerri, que junto con La Mitra y el Puro, forman un espectáculo para la vista.




Echamos un bocado, acompañados de un petirrojo algo descarado, que primero se chulea de mi bota y luego pretende llevarse el casco de Pablo, al final congeniamos y nos permitió echarle unas fotos.





Antes de ir a Huesca echamos un último vistazo, ésta vez desde la presa, a los Mallos. Nos han quedado ganas de repetir alguna visita a ésta zona, surcada por el río Guatizalema.

sábado, 7 de abril de 2012

Cuevas de la Olla-Collada de los Artolez

Este invierno tan seco daba para disfrutar del monte sin necesidad de ponerse los esquís, vamos, que hubo momentos que casi no quedaba otro remedio.
Uno de estos días nos lanzamos con Pablo a averiguar que caminos habían limpiado los chesos en los alrededores de Santa Lucia.


Partimos de la carretera, antes de llegar al puente que cruza el río Veral. Dejamos a nuestra izquierda la borda Florentina y continuamos hacia el cerro siguiente, ascendiendo por él a través de unos zigs zags por trocha hasta la borda de Lo Pallar.



Pasada esta borda y observando su contrafuerte, llegamos a uno de los tramos de camino que se han limpiado. Lo cogemos en ascenso para llegar pronto a la Ralla Bizarro, lugar curioso y determinante para la caza del jabalí.
Observamos como las inclemencias meteorológicas afectan a la flora del lugar haciendo que, tanto el chinebro como el chaparro, aguantan como pueden el cierzo y la nieve. También comentamos con Pablo que la limpieza del camino se ha hecho con gusto, respetando las dos especies que ahora nos llaman la atención por su curiosa adaptación.



Seguimos caminando a gusto por el camino limpio, disfrutando de las vistas y obsevando que tenemos más tramos limpios, que nos permitirán volver por otras zonas sin necesidad de repetir.



Pronto llegamos al Campo Quilero donde vemos los restos de la borda de Lo Viejo. También vemos el refugio nuevo que se mantiene en muy buen estado y limpio.



Poco nos queda para subir a la divisoria natural de los valles de Ansó y Hecho a la altura de la Collada de los Artolez. Desde este punto ampliamos la visión del horizonte y decidimos verlo mejor echando un bocado.



Desde este collado tomamos el camino que nos llevaría a empalmar con el camino de Santa Lucia a Hecho a la altura de la Sierra de los Ríos. Pasamos el primer cerro donde se sitúa la borda Corradasa y decidimos bajar por el siguiente cerro donde encontramos la borda Periton, hasta empalmar con otro camino que seguimos más o menos bien hasta alcanzar las trazas de caminos limpios.






Al final del cerro se ve clara la Ralla Bizarro, a la que ahora no llegaremos.



Ahora nos dirigimos hasta los Casales de Pena Verde, donde encontramos los restos de las bordas de Juan Antonie y Margarita. Allí empalmamos con el camino limpio que nos lleva por debajo de donde hemos pasado hasta las Cuevas de la Olla, espectaculares abrigos a los que llegamos por un camino no menos espectacular.



El camino nos provoca y terminamos siguiéndolo cómodamente hasta llegar a la traza por la que habíamos subido por la mañana a la altura de la borda Lo Payar. Allí nos tienta aventurarnos por otro camino, esta vez no limpio, que creemos que nos llevará hacia los casales de Pena Verde otra vez, pero ahora por encima de las cuevas. Lo seguimos bastante bien y nuestros pensamientos acaban siendo acertados, empalmamos con el camino que antes nos había llevado a los casales de Pena Verde.



Echamos un trago en la fuente y continuamos otra vez por camino limpio bajando hacia el coche para completar la excursión. En el tramo de bajada pasamos por los restos de la borda Madrilejo, donde destacan unos chaparros bien gordos. Desde este punto ya vemos la borda Florentina que nos llevará en muy pocos pasos hasta la carretera y hasta el coche.



Desde la borda Florentina echamos la vista atrás y observamos la zona por la que hemos paseado y disfrutado. Adivinamos la roca que forma las cuevas, y las trazas de los caminos limpios y no limpios por los que hemos pasado.


Tenemos que agradecer a Chilburro, Jerónimo, Carles y Chaniqué que nos situaran con los nombres de las bordas por el recorrido que hicimos.

¡Que bueno es pedir ayuda y que la gente responda!, ...GRACIAS