El pasado domingo, 1 de Agosto, nos fuimos con Elia a dar un paseo por Tachera. En las fechas que estamos, si acudes a los lugares habituales, puedes llegar a saturarte con la cantidad de gente que se mueve por la zona. Pero eligiendo bien puedes caminar solo prácticamente y disfrutar tranquilamente de nuestro monte durante todo el día.
Los chaparrones del sábado habían refrescado el ambiente y aunque no madrugamos mucho, la mañana estaba fresca y resultaba ideal para caminar.
Enseguida salimos del bosque y nos encontramos con los pastos como han estado siempre, aprovechados por el ganado. Toda una gozada disfrutar de la ganadería extensiva en una zona como esta.
Bajando al
Barranco de Chipeta, Elia empezó a recordar la zona por la que ya había pasado
hace algunos años al ver el haya que en su día se empeñó en abrazar
Esta vez, íbamos a alargar el recorrido un poco más, avanzando por el GR que pasa a
Guarrinza por la
Collada de Petraficha.
Un poco antes de la
Foya de Chipeta nos desviamos por una buena traza pero algo confusa al principio hacia la caseta de la
Faja Catalán. De no saber dónde se coge este desvío, resulta difícil localizarlo por la cantidad de chinebros (enebros) que hay y que se apoderan de la traza, pero una vez en la pedrera resulta fácil seguirlo y más con los abundantes mojones que hay.
A Elia le encantó la caseta de la
Faja Catalán y eso que su interior contrasta con el reciente lavado de cara realizado en su exterior. Una marmota ha encontrado un buen lugar para dar salida (o entrada) a alguna de sus galerías en el maltrecho suelo del refugio.
No obstante, las vistas de
Zucaca y
Alano hacen olvidar todo lo negativo y continuamos con el paseo después de pasar allí un ratillo.
La bajada por la Loma de Tachera hasta el coche resultó entretenida recordando las veces que habíamos pasado por allí y cómo Elia no había estado nunca en ese rincón tan chulo donde se sitúa la caseta de la Faja Catalán. Otro día de disfrutar aprendiendo por el monte como suele ser habitual.
Track del recorrido