Ahora en estas fechas vuelve a apetecer circular cómodamente por la carretera de Zuriza, después de haber pasado Agosto con su afluencia masiva de turistas que hacen incómodo, cuando menos, el ir con la bici valle arriba.
Según voy avanzando me encuentro entrando en los límites del Parque Natural de Los Valles Occidentales, como nos anuncia el cartelón que estorba la vista de la hermosa peña de la Cueva Marcón.
En seguida paso por Zabalcoch, donde aún podemos ver la caseta del antiguo vivero forestal allí ubicado. Actualmente está totalmente abandonado y eso que ahora está de moda la sostenibilidad...??? pero claro,.... igual es más rentable importar pinos de la China en estos momentos de crisis.
Superadas las rampas más fuertes del tramo entre Ansó y Zuriza, dejo atrás la Cueva de los Cuchareros o Cuchareteros, formada por la caída de un espectacular bloque de caliza, que ha hecho y hace de resguardo natural para cualquiera que pase por allí y lo necesite. Pasado esto afronto la última rampa de la Cleta de Zuriza, que da paso a este espectacular valle.
El tramo entre Zuriza y Linza es un paseo suave y cómodo donde el sorteo de obstáculos se hace entretenido.
Llegando a Linza decido entrar por la pista que sube a la Foya de los Ingenieros. Aunque la tarde continúa avanzando, aún hay tiempo para dar una pequeña vuelta por esos parajes.
El ganado está muy bajo debido a las inclemencias meteorológicas de estos días pasados donde el frío, el cierzo y el agua han empujado para los fondos de valle a los rebaños.
Cruzar la Foya de los Ingenieros siempre es una gozada, da igual que vayas a pie, con esquís, con raquetas,...o como ahora en bici.
El reloj corre rápido, pero cuando llego al final de la foya me lo pienso y decido que total, por un pelín más, me subo hasta la Foya Manaté y remato la tarde.
Una vez allí y total por otro pelín más, me acerco al llamado Refugio de Acherito donde pillo los últimos rayos de sol del día.
Vuelvo a la realidad, y me doy cuenta de que voy a tener que apretar mucho para llegar con algo de luz a Ansó. Conforme bajo, sigo dándome cuenta de que por algo más de un pelín me han fallado los cálculos.
Como ya no tiene remedio, sigo disfrutando del paisaje de Linza, bajo por la pista de fondo, por la parte del solano, completando así una pequeña circular. En una de las curvas no se quien sorprende a quien, pero la que sale corriendo es una espectacular cierva que avanza ligera por el hayedo.
He empezado escribiendo que buscaba algo sencillo y agradable. Lo he conseguido y además, con esos calificativos y estando en Linza, es imposible no recordar a Miguel, ... seguro que él hubiera disfrutado tanto como yo.