jueves, 12 de febrero de 2015

Esquí de travesía en Ansó. Quimboa Alto

El martes pasado se cumplieron las previsiones meteorológicas y con una fría mañana nos enfrentamos con Pablo a un día bien despejado. Como los trabajos para despejar la carretera hasta Linza siguen siendo intensos, dejamos el coche en Zuriza y nos calzamos los esquís en dirección a Pinaré.




Recorrimos el tramo de bosque con abundante nieve polvo, pero al salir al claro, la nieve empezó a encontrarse dura, lo que nos hizo colocar las cuchillas. Esta nieve dura se alternaba con nieve venteada y muy prensada hasta que, y como consecuencia de los vientos fuertes del domingo, tuvimos que descalzar los esquís y colocarlos en la mochila.




Pudimos volver a calzar los esquís antes del "campo de aviación", pero para llegar a la punta de Quimboa Bajo, y en vista de lo pelado del terreno volvimos a descalzar los esquís y además esta vez vimos necesario el uso de los crampones para continuar con seguridad.




Menos mal que habíamos decidido hacer la circular en este sentido, ya que si la hubiésemos hecho al revés nos hubiéramos tragado toda la bajada con los esquís en la mochila,...¡ufff!.




Pasado Quimboa Bajo volvimos a calzar los esquís y ya no hizo falta quitarlos hasta la punta de Quimboa Alto. Bien es verdad que no sobraba nada de nieve y el hielo afloraba por todos los sitios teniendo que esquivarlo para avanzar más cómodos. 




Desde arriba se veía muy bien todo. También se observaba donde había ido a parar la nieve que faltaba donde se la había llevado el aire, que en esta última parte de la ascensión se dejaba notar, haciendo que la chaqueta no estorbase en ningún momento.




Tras la foto de rigor, fuimos en busca de la nieve acumulada en vaguadas, ventisqueros, fondos de valle y como no, en la carretera de Zuriza a Linza. Por el camino nos cruzamos con unos sarrios que seguramente no pensaban en las acumulaciones, ni en las placas de viento, ni en las posibles fragilidades del manto nivoso, ... pero que daba gusto ver como corrían.




En las partes bajas la nieve va transformando más rápido y la diferencia con las cotas más altas es grande, sobre todo en determinadas orientaciones más expuestas a los rayos del sol.


En la pista de Tachera nos esperaba una buena huella que vamos mejorando cada día que pasa, ya que mientras no se abra el tramo de carretera hasta Linza no hacemos nada más que dar vueltas por la zona y aparecer en esta pista un día si y otro también.