miércoles, 11 de julio de 2012

Ansó-Puyeta-Calveira-Zaburría en BTT

El sábado 7 por la tarde decidí ir a dar una vuelta con la bici. Esta vez fui solo y decidí dar una vuelta por la falda de Calveira, no hubo discusión por el recorrido.
Salí del pueblo con la vista puesta en Calveira, pero antes de llegar allí había que subir hasta Puyeta.



Como siempre que uno sube hacia Puyeta, no se puede evitar echar una mirada al valle y disfrutar con la vista del lugar donde vivimos.



Justo enfrente de la entrada de la pista que lleva a la ermita de Puyeta, nuestra patrona, entra otra pista en dirección a Calveira. Ésta discurre por el monte, jugando con la linea limítrofe de navarra.




La pista tiene un buen piso, y salvo las cortas rampas iniciales, todo el tramo es bajada y llano. En casi todo el recorrido tengo a la vista la falda de Calveira que me he propuesto cruzar. También se aprecia el valle formado por el barranco de Santiago desembocando en Ansó después de pasar por la espelunga Zorna (cueva Zorna).




Pronto llego a la collada Dominchenti, o al menos así la conoce la gente que ha pasado la vida por esta zona y después rápidamente llego al final de la pista.




Empieza la trocha y lo que aparentemente se plantea algo cómodo, ya que la pendiente es muy suave, se convierte en un rodar farragoso. La irregularidad del suelo, junto a las sorpresas en forma de piedra que nos esconde la hierba crecida, hacen que solo se pueda ir despacio.



Pronto llego al cruce del camino que sube al cerro Calveira desde el Puente Veral, a la altura de la borda Mendiara. Continúo llaneando siguiendo las indicaciones que me mandan a Zaburría.




A la altura de la Loma Malcarau tomo el camino de bajada hacia Zaburría, dejando el camino llano que me llevaría hasta la Borda Alterau y después al cerro Calveira.
Aquí comienza la verdadera bajada, así que a bajar el sillín y a disfrutar.




Pasada la loma Malcarau, entramos en sombra por una larga diagonal con pendiente mantenida hasta que llegamos a la loma Curro. Otra vez hierba y otra diagonal hasta que salimos al cerro donde hay que estar hábil para tomar las curvas cerradas.




Con el aumento de la pendiente por el cerro, la llegada al puente de Zaburría es rápida. Solo queda un kilómetro escaso para llegar a casa.



Contento por el recorrido, y contento también por haberme librado de la amenaza continua de las tormentas, decido ir a las fiestas de Fago donde Elia ha pasado el día entre sus amigas y juegos. Allí nadie se libró de la tormenta, pero ninguno dejamos de disfrutar de las fiestas.