jueves, 23 de octubre de 2014

X Marcha Senderista Otoño Valle de Ansó

El domingo pàsado, tal y como estaba previsto se realizó la décima edición de la Marcha Senderista Otoño Valle de Ansó. El tiempo, tal cual se había solicitado por escrito, no falló. Sol y calor. La participación fue como corresponde y se merece la organización. Y como siempre que se va al monte el disfrute está garantizado, todo salió a pedir de boca.
Por la mañana temprano, el desayuno en la plaza ya auguraba una buena jornada. Mientras unos corrían y jugaban, otros esperaban el inicio de la marcha.



Una vez iniciada la caminata, empezaba lo bueno. Ya en el barranco de Santiago, vimos el desvío a la "Espelunga Zorna", esto dio pie a que Elia me propusiera la posibilidad de ir a cenar allí, e incluso ¡a dormir!.




Para Elia era su cuarta participación en la "marcha senderista" y estaba contenta e ilusionada por estar realizándola. El buen día hacía que en la subida la ropa estorbase y tuviéramos que quitarnos la chaqueta para avanzar más cómodos. El ascenso al avituallamiento lo realizamos rápido, aunque no tanto como Pedro Luis de Hecho, que nos adelantó como una "furrumbia".




En la llegada al espectacular avituallamiento, Javi nos pidió el número de senderista para tenerlo todo controlado. Lo apuntó perfectamente, ya recuperado de su corte en el dedo que se hizo al preparar las varas con las que nos obsequió el Club Linza como regalo de la marcha. Un original regalo que aunque no costó dinero si que costó sudor y sangre, además de las horas invertidas en recogerlas y prepararlas.



En el avituallamiento no faltaba de nada, y mientras unos decidían si hacer el recorrido corto u optar por el largo, ya que este era el punto donde se separaban ambos, otros se dedicaban a seguir jugando.



Elia tuvo sus momentos de duda en cuanto al itinerario a elegir, pero finalmente optó por realizar el corto y disfrutar jugando con su amigo Martín.



Tras observar de cerca una oruga y ponernos el pantalón corto, como era de esperar, en la bajada las carreras fueron las protagonistas. Elia y Martín (y hasta algún rato Sonia) no paraban de correr y los adelantamientos llegaban a rozar la temeridad. Incluso tanta velocidad hizo que en más de una ocasión la pareja se despistara y se saltara alguna curva de la traza del camino teniendo incluso que retroceder para volver a cogerlo.





Con esta situación, la bajada se nos hizo bastante corta y rápidamente llegamos a Ansó, no sin antes hacer algo de ejercicio en Narancoba, y hacer un poco de gana para la comilona que nos tenían preparada como todos los años en el Trinquete.



Nos dió tiempo a darnos una buena ducha e incluso a disfrutar de algún que otro vermú antes de disfrutar de unas buenas migas y panceta, longaniza y chistorra a la brasa. Algo de queso y fruta completaron la "lifara" bien regada con vino tinto y refrescos para los más pequeños.


La colaboración de ese día resulta imprescindible como es evidente, pero para que todo funcione, incluida esta colaboración, la organización, que recae sobre el Club Linza que lleva varias semanas preparando todo con una ilusión y ganas difíciles de superar, bien merece este comentario.

Puedes ver la anterior edición pinchando aquí.

Para mí, también merece comentario el homenaje que se realizó a Miguelón este mismo día en Linza y en el que una talla preciosa junto al refugio nos lo recordará para siempre.




domingo, 12 de octubre de 2014

Circulares por Calveira. Ansó

Fin de semana de preparativos para la "X Marcha Senderista Otoño Valle de Ansó". El próximo domingo 19 de Octubre se celebra la décima edición de este evento arraigado en Ansó.


Como cada año toca hacer la limpieza y señalización de los dos recorridos de los que consta la marcha.





Este año nos ha tocado esquivar los chaparrones que han caído y lo hemos conseguido sin mojarnos.





Además de no mojarnos, hemos disfrutado de las vistas que ofrecen los recorridos. Como el otoño avanza a buen ritmo, seguro que la semana que viene los tonos característicos de esta época del año ganan intensidad creando más aliciente.




Aunque la organización de la Marcha recae en el Club de Montaña Linza, buena parte del pueblo se vuelca en la colaboración para que todo salga bien.




Como siempre, todo esfuerzo tiene su recompensa, y ésta vez no podía ser de otra manera. Además de sentirnos privilegiados en transitar los recorridos y disfrutar del monte como siempre, las lluvias y la época del año, unido a las suaves temperaturas, propician que vayan apareciendo gran cantidad de setas por el monte. Bajamos cargados y con ganas de cenar con la cuadrilla un buen revuelto de caperanes.


Toda la información sobre la Marcha Senderista de este año en Blog del Club Linza 


Tracks de los recorridos:



jueves, 2 de octubre de 2014

Agua Tuerta-Cabretas-Estanés. Ansó

Hacía tiempo que no podíamos salir en familia Elena, Elia y yo. El domingo pasado el trabajo nos lo permitió y aunque la previsión meteorológica no era muy buena, lo aprovechamos. La previsión del tiempo daba una tregua por la mañana y a partir de las dos de la tarde empezaba a jarrear. Aprovechando el permiso para circular por las pistas de Ansó decidimos subir hasta el Achar de Agua Tuerta con el coche y disfrutar hasta que nos diera tiempo.



En una de las guindas del Parque Natural de los Valles Occidentales el sol lucía, e incluso picaba, mientras que nubes negras y gordas amenazaban desde el cielo. Agua Tuerta, como siempre, daba pie a disfrutar tanto a pequeños como a mayores.




Seguíamos avanzando y la situación meteorológica se mantenía según las previsiones. Elia echaba en falta palos, piedras y pendientes. Decía que eso era muy llano. El entretenimiento que encontró era dejar que nos alejáramos avanzando y cuando había cierta distancia, alcanzarnos corriendo, eso si, sin dejar de dar volteretas entretanto.



Cierta envidia provocaba un quebrantahuesos, al menos a mi, que sobrevolaba nuestras cabezas y tan pronto alcanzaba el Achar como daba la vuelta por el Rincón, pasaba de largo el Escalé, aparecía por Gabedallo y volvía por La Cema.



Pasado el río, remontamos hasta la Remoledera donde decidimos echar un bocado. Las nubes eran cada vez más amenazadoras y el ambiente indicaba que nos íbamos a mojar. No obstante Elia insistía en subir al Ibón de Estanés. 




Le comenté la posibilidad de subir rápidamente por Las Cabretas y si no había empezado a llover hasta ese momento, al menos lo podríamos ver. "Vale, pero si no llueve y podemos llegar nos mojaremos los pies".




Tomada la decisión, dejamos a Elena leyendo mientras nos esperaba, ya que su rodilla no se ha fortalecido lo suficiente en el monte durante el verano como para echar a correr si nos pilla el agua, que por otro lado era algo que estaba cantado.



Tras algunas volteretas más, en apenas veinte minutos nos plantamos a la vista del Ibón de Estanés, y como estaba previsto, pero con un poco de antelación las primeras gotas empezaban a caer. Poco o mejor dicho nada, me costó convencer a Elia de la imposibilidad de bajar al Ibón ante lo que se nos venía encima y decidimos dar media vuelta.



Pocos metros pudimos correr hacia abajo, ya que el chaparrón arreciaba y el suelo y las piedras empezaban a encontrarse muy resbaladizos. Tocó ponerse el chubasquero y bajar con cuidado mirando bien donde pisábamos.



Elia corrió al encuentro de su madre para contarle que estaba empapada, que había visto el Ibón y que había notado el calor que salia de una "marmotera" en su mano.


Cruzar todo Agua Tuerta bajo un buen chaparrón no fue cómodo. Elia no paraba de decirme que se le caían los pantalones ya que con el giro de la rodilla en cada paso se le agarraban y le tiraban, y además ¡estaban fríos!. Un cambio de ropa, unido a una buena comida y una buena "cherata" en la caseta del Achar hicieron que desaparecieran todas las incomodidades del remojete y todo quedara en una aventura.