Alrededor de 30 personas nos pusimos en movimiento desde el Camping de Asolaze que es de donde partía este año el recorrido. Éste realizaba una circular desde el mismo camping alrededor de Maz-Txamantxoia.
El monte estaba precioso y el día prometía ser cálido como todos los de la semana, aunque en el bosque, las sombras permitían no sufrir los efectos del sol.
El bosque, las praderas y el buen ambiente se combinaban a la perfección y aunque saliéramos al sol de vez en cuando, una ligera brisa permitía llevar el tema del calor con facilidad.
El trazado de la ruta nos permitió disfrutar de parajes alucinantes con vistas espectaculares antes de salir al largo lomo cimero.
Tras rodear el monte nos echamos decididamente hacia arriba, no sin antes correr alguna que otra aventurilla. Al encaramarnos al lomo de Maz, el aire aumentó por zonas y, cada uno a su ritmo, disfrutó de la subida y las vistas que ofrecían las nuevas perspectivas.
Un buen rato en la punta permitió un almuerzo con bota y todo. Tertulia agradable donde siempre se aprenden cosas si se escucha a los que saben y pose para la foto de familia donde salió hasta el perro.
Bien comidos, decidimos tomar el camino de vuelta hacia el Camping de Asolaze, aunque casi tentaba bajar hacia Linza, por la cercanía y por las bromas sobre echar una cerveza, o incluso bajar a buscar unas cañas al refugio, para tomarlas en la punta.
Finalmente se impuso el orden y nadie, pese a las tentaciones, se saltó el recorrido previsto. La bajada, más directa que el ascenso, se convirtió en coser y cantar, y tras un par de reagrupamientos nos plantamos abajo sin darnos cuenta.
Una muy buena comida en el Camping de Asolaze, bien regada de sidra y risas, completaron la original travesía organizada este año.
Buena actividad, bien organizada y con unos componentes que ayudan a mantener un buen ambiente, hacen muy recomendable la participación.
¡Felicidades a los organizadores y hasta el año que viene!