Salimos pronto y no se veía mucha gente por la zona, aunque con un par de montañeros coincidimos en el Collado de Linza.
En el collado de Linza confirmamos lo del viento, aunque, de forma extraña en ese punto, que suele ser de los de agarrarte donde puedas en un día ventoso, apenas se dejaba notar y para nada era molesto.
Igual que hacía unos días para ir a Budoguía, cruzamos la Hoya de la Solana, en donde ya va apareciendo la caseta, para dirigirnos a la Hoya del Portillo.
A partir de allí buscamos los tubos más cómodos para subir hacia Ukerdi. El otro día, desde Budoguía ya le echamos el ojo a la pala del pico y nos dejó con las ganas de esquiarla. La nevada del jueves pasado nos permitía subir desde Linza con los esquís puestos y bajar por la Paquiza y el Sobrante hasta el coche sin descalzarlos, esta situación no se podía desaprovechar.
Aunque íbamos a resguardo, el viento fuerte se intuía y se veía, aunque no nos afectaba demasiado por el momento y disfrutábamos de una subida cómoda y entretenida por un paisaje realmente bonito.
Al llegar a la arista final, mientras todo estaba en calma, todo resultaba agradable, pero cuando alguien dejaba "la puerta abierta" las cosas cambiaban drásticamente.
La afilada arista del pico resultaba espectacular, pero con el aire todo se centraba en prestar atención para evitar salir volando con las rachas que llegaban.
Poco tiempo perdimos allí arriba. Ni foto de cima, ni leches. Todo tiempo de estar en la punta era demasiado. Ponernos ropa y quitar pieles fue lo único que hicimos. Cuando Pablo se echó para abajo se me ocurrió echarle una foto en un momento en el que parecía que el aire aflojaba, pero de inmediato la cortina de nieve me envolvió otra vez.
Prácticamente esa fue la última foto del día, ya que, no se cómo, pero la nieve entró en el objetivo de la cámara de forma que se fue empañando por dentro y todo lo que salía estaba borroso. Continuamos descendiendo por nieve polvo hasta la Hoya del Portillo, para después remontar a La Paquiza y descender directos a Linza como habíamos hecho el día que estuvimos en Budoguía.
Buena esquiada y buena nieve polvo de abril. Solo la incomodidad del aire en las cimas deslucieron una inmejorable jornada.