Cogí el camino del Cerro de Socalá que asciende dando infinidad de vueltas hasta el Campo Cortés. El camino se reabrió hace unos tres años pese a los impedimentos de la "burocracia local" y aunque no se terminó de dejar en condiciones, el trabajo realizado permite transitar por él de manera aceptable.
El camino abierto no solo supone un recurso turístico o de ocio. Además de los usos ganaderos y cinegéticos contrastados, su apertura provocó la implicación de ganaderos locales en la limpieza de otro tramo de camino que une éste cerro con el de la Loma Picoya, demostrando que la recuperación de los caminos resulta necesario para todos los sectores. También permitió el acceso cómodo, que de otra forma hubiera sido imposible, para la realización de trabajos forestales en el control de plagas y su eficaz solución. Imposible olvidar el interés patrimonial que suponen dichas recuperaciones y además, sin costes adicionales para las arcas municipales. ¿Quien puede negarse a la recuperación de caminos en el valle y a una gestión de su mantenimiento acorde a la categoría de estas infraestructuras?
Las nubes seguían quedándose en la parte alta sin rebasar los límites geográficos del valle, lo que permitía disfrutar del sol, que apetecía, ya que la temperatura para nada era alta.
Al llegar al Campo Cortés voy cogiendo otras perspectivas del valle. Allá donde miro me quedo embobado. Ni que fuera la primera vez, pero es que siempre me pasa igual. ¡Que manera de disfrutar!.
Decidí dejar para otra vez el ascenso hacia Espildoya por el cerro y trazar una diagonal suave hacia la Collada Baja pasando por unos tramos de bosque espectaculares.
Al llegar a la Collada Baja, y como siempre, a disfrutar de las vistas, Bisaurín, Agúerri, Castillo de Acher, Sierra de los Cuellos de Lenito, Picoya,...
Al llegar a la umbría eché de menos al sol y aceleré el paso para llegar cuanto antes al Campo Chorchis donde, de nuevo, disfruté de las vistas y del sol.
Cerro abajo, el reencuentro con la caseta de Alberro siempre resulta agradable y curioso. El deterioro de la estructura indica que me tocará verla caer..., una lástima que no se solucionen estas cosas.
Decidí bajar al sol por una antigua trocha que permite caminar relativamente cómodo hasta llegar a la pista recién repasada para los recorridos de BTT. Concretamente utilicé la que está numerada como Ruta 5 BTT en sentido contrario al señalizado para llegar hasta donde había dejado el coche
Que suerte poder moverse por estos parajes y disfrutar como si fuera la primera vez. Tener estas maravillas naturales en la puerta de casa es todo un privilegio.