La tarde dio para conseguir las especies que me había comentado y disfrutar como siempre por el monte.
En busca de la belladona me encontré con unos caperanes. La sorpresa fue mayúscula por tratarse de una especie otoñal y encontrarnos a las puertas del verano.
Después fui a ver si había florecido la genciana y me encontré con un atardecer espectacular en Zuriza.
Siguiendo el programa, Constancio se presentó a los participantes y comenzamos nuestro primer encuentro con la naturaleza. El tiempo era muy bueno y eso ayudó a disfrutar desde el principio.
Cincuenta personas dispuestas a aprender, disfrutábamos de lo que teníamos alrededor y al alcance de la mano gracias a la fuente de sabiduría con la que contábamos. Constancio nos explicaba sin parar las plantas que nos íbamos encontrando por el camino. Aprendimos a identificarlas, conocer sus usos, saber de sus principios activos,...
La gente participaba activamente con las jornadas, tomaba notas, preguntaba. Constancio no paraba de hablar y de resolver dudas. Sobre la marcha y entre todos, decidimos modificar el programa en vista del día tan bueno que hacía y lo que estaba cundiendo la salida al monte y dejar el herbario para mas tarde.
Antes de volver al Camping hicimos un descanso que Constancio aprovechó para contarnos anécdotas de su vida dedicada a las plantas y su labor investigadora.
La comida que nos preparó Pedro en el Camping fue de lo más agradable. Cuarenta personas dimos buena cuenta de lo preparado, llenando la parte de restaurante prevista para la comida. Además de digerir la comida tuvimos que digerir también la cantidad de usos de las plantas que habíamos conocido. Desde bajar la fiebre, hasta aliviar el estómago o limpiar el riñon. Desde sanar úlceras imposibles a curar los molestos callos de los pies o un catarro. Desde limpiar los ojos hasta aliviar golpes o torceduras,.... y todo ello con plantas que tenemos al alcance de la mano, ¡nada más salir de casa!.
Por la tarde, abrimos las puertas del herbario antes de proyectar una serie de diapositivas relativas a plantas tóxicas en las que Constancio hizo mucho hincapié y dedicó más tiempo que a otras de las que también nos contó curiosidades.
El herbario sorprendió a mucha gente, ya que además de la cantidad de especies recolectadas en tiempo récord, la posibilidad de tocar, oler e incluso morder cada una de las plantas para poder identificarla, supuso todo un lujo. Los asistentes aprovecharon esta circunstancia al máximo a la vista del desorden que había entre las plantas cuando terminó el día, lo cual nos gustó mucho a los organizadores ya que observamos que la gente lo había utilizado con el máximo entusiasmo.
El domingo comenzó el día con el mismo buen ambiente e interés que había predominado el sábado. Sin perder tiempo nos pusimos en faena y comenzamos a recorrer el segundo itinerario que habíamos preparado con Constancio.
Otra vez, "El Papa" de las plantas nos envolvía, no solo con sus conocimientos sino con la capacidad de trasmisión de éstos y de su entusiasmo por la naturaleza. La gente seguía con mucho interés y curiosidad cada una de las explicaciones que daba.
En un momento de relajación, Constancio hizo un espectacular resumen histórico desde 2500 años antes de Cristo hasta nuestros días, de como se han ido trasmitiendo los usos medicinales de las plantas. De cómo en las últimas generaciones se ha dado la espalda a la naturaleza y nos trasmitió el ánimo a recuperar todos esos conocimientos de nuestros antepasados que, como también nos demostró, han creado ciencia. Además del uso de las plantas también nos comentó cosas curiosas que solucionaban enfermedades como la tuberculosis en los niños, envolviéndolos en una piel de cordero e introduciéndolos en un montón de fiemo. O la aplicación en el cuello de excrementos de paloma para curar las anginas.
El itinerario elegido para el domingo hizo que viéramos que no hace falta irse muy lejos para tener la solución con plantas a problemas de nuestra salud y que en los muros de nuestros huertos contamos con una auténtica farmacia.
Volvimos al Camping donde una última visita al herbario y la proyección de las diapositivas de las plantas tóxicas dieron el cierre a unas exitosas jornadas de medicina natural y encuentros con la naturaleza.
Agradecimos a Constancio su interés por TODO y él obsequió a las dos alcarreñas con sendas ramas de laurel, de forma que fueron laureadas (recompensadas con honor y gloria, como dice la RAE) por su interés y esfuerzo en asistir a las jornadas.
Los organizadores también agradecemos a Luis, el interés en crear un cartel acorde al evento organizado, el cual añadimos en esta entrada junto con el programa.