domingo, 29 de diciembre de 2013

Mazandú desde Zuriza con esquís. Ansó

El domingo 22 quedamos José Antonio, Pedro y yo para dar un paseo matutino con los esquís. Pedro y yo teníamos comida familiar en el Campig Zuriza y José Antonio la tenía en Ansó. Decidimos acudir al siempre socorrido Mazandú, motivo por el cual se animó Pedro, ya que había estado mucho tiempo sin esquiar.



La mañana era despejada y la nieve caída el día anterior que se mantenía sin apenas transformación, debido a la baja temperatura, cubría toda la pista que lleva hasta Tachera.



El tramo de bosque estaba totalmente cubierto pero en absoluto sobraba nieve, así que al llegar al final de éste, y para remontar hasta la paridera de arriba, decidimos seguir por la pista para aprovechar el talud. Ya vimos que la nieve andaba algo justa (siendo optimistas) pero decidimos seguir con el paseo porque nos encontrábamos por el monte tan a gusto.




Hicimos un alto en el collado antes de descender al barranco de Mazandú para cruzarlo y ya teníamos claro que en la bajada tendríamos que ir buscando las vaguadas ya que lo demás estaba casi para que pastaran las ovejas.




En el ascenso notamos como la frialdad de la mañana desaparecía, dando lugar a un notable subidón de temperatura conforme avanzaba el día. 

  


También nos dimos cuenta que justo cuando íbamos a llegar arriba todo se estaba nublando por momentos y que no íbamos a poder almorzar al sol. Toda esta situación también llevaba a una rápida transformación de la poca y venteada nieve que allí había.




Aunque sin sol, no dejamos de echar un bocado, pero rápidamente quitamos pieles y nos echamos ladera abajo con una esquiada de supervivencia por lo justa y húmeda que había quedado la nieve con el cambio de tiempo.



Tras cruzar el barranco y remontar hasta la pista José Antonio decidió adelantarse ya que aún tenía que bajar hasta Ansó y la hora de la comida se acercaba peligrosamente. Pedro y yo nos lo tomamos con más calma ya que habíamos quedado a comer en Zuriza y además, el tiempo de inactividad de Pedro había hecho mella en sus piernas en una esquiada por Mazandú fuera de lo normal y no precisamente para bien.


No obstante, llegamos al Camping de Zuriza con abundante gana de comer y dando buena cuenta de lo que en los platos nos pusieron. Aunque no se puede resaltar la esquiada, si que se puede destacar lo bien que nos lo pasamos por el monte, lo buena que estaba la comida y el buen ambiente en el que nos encontramos a lo largo de toda la jornada.