Esta vez, por las comentadas lluvias, la preparación del herbario durante la semana previa no fue nada fácil, pero la experiencia de Constancio y el empeño en que todo salga bien permitió alcanzar las 130 especies expuestas y correctamente clasificadas como ya es habitual.
Con el herbario preparado el viernes por la tarde, el sábado por la mañana, con un día espectacular, unas 25 personas nos dispusimos a aprovechar las jornadas de este año.
Antes de realizar el recorrido habitual dimos una pequeña vuelta por el Camping de Ansó mientras se añadía algún rezagado.
Las plantas se iban acumulando, al igual que sus usos y aplicaciones. Unos optaban por tomar notas y otros intentaban quedarse con lo que les interesaba. En cualquier caso, todos dispuestos a aprender de una fuente de sabiduría inagotable como es todo lo que transmite Constancio.
Había gente nueva y gente que repetía. Los que ya conocíamos las jornadas jugábamos con ventaja en el sentido en que no nos sorprendía la cantidad de información y el entusiasmo con que la trasmite nuestro ponente y los que venían por primera vez se lamentaban de no haberse enterado antes de la existencia de estas jornadas.
Tras el intenso paseo matutino y antes del taller de galio preparado por Pedro, unas veinte personas decidimos quedarnos a probar el menú vegetariano preparado para la ocasión en el restaurante del Camping de Ansó. Después del taller una sesión de diapositivas pusieron fin a un intenso día en el que la gente se fue contenta con su obsequio en forma de muestra de crema de galio para utilizar en cualquier momento.
El domingo por la mañana amaneció despejado y fresco. La gente vino animada para disfrutar de una mañana espectacular en la que no faltaban preguntas y curiosidades que Constancio resolvía con naturalidad y solvencia.
El recorrido habitual por los alrededores de Ansó resultó, como siempre, entretenido. La habilidad de Constancio para introducir pequeñas charlas de la relación del hombre con la naturaleza desde la época primitiva hasta nuestros días permite que la mañana se pase sin darnos cuenta.
El empeño de Constancio en transmitir que la sabiduría popular, a través del uso continuado de elementos que aporta la naturaleza, por semejanzas o incluso por la fe, ha creado ciencia, es algo que me llama mucho la atención y más cuando la ciencia actual ha demostrado que existen pruebas que demuestran que esos usos son correctos.
Otro año mas, hemos disfrutado de unas jornadas espectaculares, donde el tiempo ha acompañado. Desde el herbario natural, las salidas al monte para identificación de especies, el taller de galio con la información correspondiente, obsequio con la muestra, algún extra con utilidades del propóleo, las charlas de Constancio no solo de plantas sino de creencias y relaciones ancestrales entre el hombre y la naturaleza, hasta la proyección de diapositivas distribuidas en bloques de plantas tóxicas, de usos veterinarios y usos mágicos entre otros, han completado las actividades de las jornadas de este año.
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