Los trece grados bajo cero hacían que se me helaran las orejas, y eso con el pelo largo. Pronto entré en zona de sol y las cosas cambiaron. La nieve estaba espectacular y abundante, incluso en el barranco donde casi siempre hay que descalzar los esquís, en el tramo de bosque, se podía pasar sin problemas.
En la ladera del Chinebral se notaban los habituales movimientos de nieve. Mientras, yo iba avanzando sin un rumbo definido pero con la tentación de subir al Mallo de Lacherito.
Me dirigí hacia el puerto de Plana Diego, observé que el cerro del Chinebral estaba muy pelado, como todos los lomos, y decidí hacer el flanqueo por el camino de verano. Tramo orientado al norte y con nieve escasa y dura pero que con cuchillas pude pasarlo sin problemas.
Una vez metido en la vaguada del puerto ya tenía el objetivo a la vista, la Punta Plana Diego o como se suele conocer, Mallo de Lacherito. Se avanzaba muy bien. Entre que la pendiente es suave, y que daba la sombra y no permitía parar, me planté en el collado a pie de pala en un periquete.
En esas cotas empezaba a correr el aire y aunque en el collado paré para echar un bocado y un trago de agua, la pala también la subí rápido sin que apeteciera parar para nada.
El último tramo, como de costumbre estaba duro, pero como no había quitado las cuchillas, con mucho cuidado, lo pasé sin descalzar los esquís. Las vistas como siempre espectaculares, y esta vez, la cornisa colgando sin acabar de soltarse, daban un ambiente bien majo.
Al empezar a bajar me junté con Josu, guipuzcuano también solitario con el que compartimos un rato de esquiada y compañía. El bajaba a Linza y yo tenía el coche en Gamueta. El día y la nieve tan buenos ayudaron a que me animara a subir también al Chinebral de Gamueta después de despedirnos con Josu.
Si el lomo estaba tan pelado como había visto al subir, a algún lado habría tenido que ir a parar esa nieve. Me decía a mi mismo y pensando en los muchos tubos y vaguadas de su cara sur.
Realmente el lomo estaba pelado, pelado. Aún así trampeé como pude para no quitarme los esquís salvo en la brecha de antes de la punta. Resultaba imposible bajar por allí esquiando.
Buenas vistas de los tres clásicos de la zona Mallo Lacherito, Petrachema y Mesa de los Tres Reyes. Una última mirada más cercana de la pala del Mallo Lacherito que acababa de bajar mientras comía algo y, como bien había pensado, tenía por delante una bajada hasta el coche espectacular, con una nieve polvo prensada que dejaba hacer de todo.
Día aprovechado y buena esquiada. Solo faltó la continuidad de compañía y el buen funcionamiento del GPS para grabar la ruta. Esto último lo he medio solucionado creando la ruta sobre mapa, que mientras no solucione el problema tendrá que valer.
(Creado sobre mapa)
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