El pasado 31 de Julio decidimos acabar el mes realizando el segundo y definitivo intento de rodear La Zapatilla por la linea equipada que allí hay.
El nombre de esta linea es
"Ruta de la Suela de la Zapatilla" y en su arranque hay una placa que muestra información de su apertura y de su mantenimiento. A Elia le llamó la atención que el ayuntamiento de
Ansó participara en el reequipamiento, pero al darse cuenta de que el pico forma parte del término municipal de
Ansó haciendo muga con
Aísa, lo entendió todo.
Unos días antes habíamos intentado realizar esta ruta pero la intensa niebla reinante nos hizo desistir y cambiar a un
plan "b" que al final resultó de lo más interesante. No obstante teníamos ganas de hacerlo y parece que esta vez "la meteo" nos iba a respetar y permitir completar el objetivo.
Todas estas cosas siempre tienen recompensa y justo a mitad de camino nos encontramos con abundantes flores de nieve que siempre llaman la atención.
Después de ir ganando altura por unos tramos iniciales sencillos, aunque algo aéreos, y de disfrutar de la terraza llena de flores, nos metimos de lleno en el tramo más exigente de la ruta. Una curiosa chimenea interior nos planta encima de la suela de
La Zapatilla.
Desde arriba las vistas son espectaculares y, de nuevo por unos tramos sencillos y esta vez para nada expuestos, nos plantamos en la cima sin mas dificultades.
El descenso también está equipado y va a buscar el collado que da entrada al conocido por los esquiadores como
"Tubo de La Zapatilla". Inicialmente más sencillo, va cogiendo ambiente poco a poco hasta llegar al citado collado.
Ya teníamos pensado ir a buscar la
Sima de Tortiellas para completar la excursión, así que allí fuimos y compartimos la aventura con Laura y Josito, con los que habíamos coincidido en el ascenso y nos habían hecho la foto de cima.
Tres rápeles para los que se necesita una cuerda de 60 metros recorren el interior de la roca para salir un poco más abajo con nuevas sensaciones. A Elia le encantó eso de meterte dentro de la tierra, recorrerla rapelando con frontales y volver a salir al exterior tan ricamente... y justo antes de que empezáramos a tener frío.
Desde allí bajamos por las pistas de esquí hasta el coche. También le llamó la atención a Elia el hecho de bajar caminando por donde habitualmente bajamos esquiando. Al final, una mañana mas por el monte donde disfrutamos de unas actividades de lo más entretenidas.
Una visita a Perico en el
Albergue Aysa donde comimos de maravilla, como siempre, completó una mañana redonda.
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