Los tres primeros, rodeados de bojes, parece que estén preparados para una toma de contacto con la arenisca. El cuarto largo arranca con unos bloques chulísimos que dan un aspecto muy diferente a la vía.
El quinto largo es una placa fina fina donde se pone a prueba la adherencia de los gatos en la arenisca.
Un arranque que picaba en el sexto largo da paso a una travesía muy maja que termina en una chimenea estrecha y con techo. En este largo tanto en el arranque como en la salida del pequeño techo hice mis primeras trampas. Mirando reseñas por ahí ya había visto que se comentaba que había algún 6a escondido. Para mi que los encontré por allí.
La travesía a la izquierda del sexto largo da paso a otra a la derecha en el séptimo. Esta última es mucho más aérea pero se pasa sin complicaciones.
La salida por un pequeño diedro nos pone en el último largo. Es un gran bloque que se puede rodear caminando. Aquí el grado se va no se donde, pero entre lo equipado que está y mi habilidad en las trampas me permiten salvarlo.
El descenso lo hacemos rapelando y comentamos lo contentos que estamos de haber acudido a la zona. El lugar es majo, la arenisca curiosa, la vía variada aunque destacan la adherencia y las travesías, en fin, que mientras nos comemos el bocata en el coche comentamos que mientras tenemos los esquís aparcados, igual nos animamos a repetir por aquí.
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