Poco me costó convencer a Pablo para volver a la zona al día siguiente. Por supuesto, los cantos de los esquís están igual que terminaron la temporada pasada. Y el alza sin cambiar todavía. Menos mal que está la "buchaco-alza" (taco de madera de boj a la medida y sujeto con un trozo de cámara de bici para realizar la función del alza) para las emergencias como esta.
El aspecto general de la estación es espectacular para estas fechas. No hay cantidades grandes de nieve pero está todo bien cubierto y la calidad en las pistas pisadas es bastante buena, algo dura por la mañana temprano. Otra cosa es fuera de las pistas pisadas, muy helada y aún algo escasa.
Con el día espectacular que salió, la afluencia de gente con esquís y con raquetas en la estación, era abundante pero para nada era un inconveniente. Normal que todos nos concentremos en el mismo sitio tal y como está la cosa.
Ligeros como habíamos ido, pronto nos plantamos en la parte alta de la estación. Pablo me había comentado que el día anterior para subir al Soum Cuoy lo hicieron con crampones dejando los esquís abajo. Así, decidimos prescindir de peso y dedicarnos a esquiar cómodos olvidándonos de buena parte de material.
Cuando llegamos al aparcamiento de la estación nos encontramos con Popol, como casi siempre que campamos por la zona, que también él se había acercado a estrenar la temporada.Tras los habituales saludos nos despedimos con un "hasta pronto".
En vista de que era temprano y que el día todavía daba de si, decidimos volver a remontar por segunda vez, cambiando en lo posible tanto el ascenso como el descenso.
Popol nos comentó que allí no había hecho aire, de ahí que la nieve que había caído se había mantenido mientras que en el lado español la nieve ha volado literalmente.
Un descenso cómodo puso fin al primer día de toma de contacto con la nieve. Día espectacular en el que eliminé la envidia acumulada la jornada anterior y disfruté como siempre.
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