Tomamos el camino, de reciente limpieza, que sube por el Cerro de Santa Cruz en dirección a la borda Cheso. El camino sube en suave pendiente directamente hacia nuestro objetivo, la Punta del Raso.
La recuperación del camino ha sido espectacular, no solo por mantener parte de nuestro patrimonio, sino porque permite ascender y disfrutar de forma suave lo que hasta hace muy poco tiempo solo se podía hacer por trochas de pendientes muy fuertes que quitaban las ganas de pasear por estos parajes tan utilizados por los ansotanos durante años.
Rápidamente, y casi sin darnos cuenta, pasamos por la Fuente del Raso. Aunque no sale agua por la toma, el abrevadero está lleno y se escurre algo de agua por el suelo. No deja de dar pena ver las fuentes casi secas en este año con tan poca lluvia.
Llegamos al Campo Chorchis y las vistas del pueblo son espectaculares. También vemos la Collada Baja casi en la misma cota que en la que nos encontramos. En lugar de subir directamente a la Punta del Raso desde este punto, decidimos llegar en suave paseo hasta la Collada Baja y luego seguir el cordal hasta la punta.
Este último tramo de camino no se ha limpiado aunque se sigue muy bien y sin dificultad. En la planificación de los trabajos de recuperación no habrá llegado el dinero, ...o el sentido común.
Las vistas desde el collado son alucinantes, y nos aparecen imponentes los picos del valle vecino como son el Castillo de Acher, Agüerri y Bisaurín.
Siguiendo la divisoria de valles llegamos a la Punta del Raso. Su altitud no llega a los 1700 metros pero sus vistas son amplias hacia todos los lados.
Después de echar un trago de agua, decidimos continuar con la divisoria entre los valles de Ansó y Hecho, esta vez hacia el sur. Aunque en otro tiempo estas divisorias creaban verdaderos conflictos, ahora no dejan de crear entretenimiento con nuestros comentarios y acciones.
Pronto llegamos a la pista del Vedau a la altura del GR que une Ansó y Hecho. Lo tomamos en dirección a Ansó adentrándonos en el Vedau por la Borda Botero.
Por estos tramos los chaparros son los protagonistas en el bosque, y la agradable pendiente del camino permite continuar con la tertulia.
Después de pasar por la Espelunga Pabirrio, y llegar a la borda Techinero comentamos con cierta nostalgia que todavía recordamos a Tio Primo y sus temporadas allí, hoy solo quedan unos pocos restos de ella.
Pasadas las ocho de la tarde llegamos a Ansó habiendo dado una vuelta preciosa sin necesidad de coger el coche. ¡Que bueno es vivir tan cerca del monte!
hola, que tal, soy Sergio, un ciclista que estuvo este viernes durmiendo para participar en Larrau, un saludo.
ResponderEliminar¿Que tal te fue la prueba?, ¿y al resto de la cuadrilla?,...¿pasasteis mucho frio?.
EliminarMe agrada que hayas encontrado el blog y que nos sirva de medio de comunicación.