Pequeños y no tan pequeños nos pusimos en marcha en una mañana fresca en la que el cierzo se dejaba notar. Las nubes estaban ceñidas a la cabecera del valle y todo hacía presagiar que seguirían allí apretadas permitiéndonos disfrutar del día.
La subida hasta Puyeta resultó cómoda. Pasamos el primer control y aprovechamos el primer avituallamiento al amparo de una de las flamantes carpas adquiridas por la asociación organizadora.
En vista de todo lo acontecido decidimos continuar por el recorrido largo, ya que la ermita de Puyeta era el lugar donde se tenía que tomar la decisión. Así que partimos animosos hacia Fago.
Tras remontar posiblemente el repecho mas fuerte de la jornada, alcanzamos la Collada Repatauda, desde donde la bajada era continua y suave hasta Fago.
La llegada a Fago también resultó cómoda. No había prisa, el tiempo acompañaba y el ambiente también. Los pequeños se entretenían con sus cosas y los no tan pequeños con las nuestras.
La foto en la puerta de la ermita de San Cristobal dio paso al segundo punto de control y también al segundo avituallamiento dentro de las calles de Fago.
De nuevo las carpas para los avituallamientos llamaban la atención. Merecido es felicitar a la junta de la Asociación Deportiva Linza en su gestión, ya que en poco tiempo no solo han renovado el material técnico de montaña sino que lo han aumentado considerablemente para uso de los socios y además han sido capaces de conseguir estas carpas tan chulas y necesarias para estos eventos. Todo esto, además, en tiempos de crisis...
Después de unas pizcas de chorizo y unos buenos tragos de vino, nos pusimos en marcha de vuelta a Ansó.
Los peques a lo suyo, esta vez creo que la cosa iba de películas de terror, y los demás disfrutando de las vistas hacia las paredes de la Escuela de Escalada de Repatauda separada en dos sectores por el túnel carretero.
Una improvisada carrera hasta la Loma Escalerilla, que algunos continuaron hasta Ansó, nos puso en el último collado de esta vuelta. Solo restaba la bajada hasta Ansó para concluir la marcha de este año.
El último de los controles dio por finalizada la caminata pero aún quedaba la comida y, como todo había ido sobre ruedas, también nos daba tiempo a tomar un vermu. Buen día, buen ambiente, mejor organización e imprescindible colaboración completan un evento bien majo "made in Ansó", o mejor dicho, "feito en o lugá".