domingo, 5 de septiembre de 2021

Senda de Camille, 7 etapas

 El pasado 15 de Agosto iniciamos con Elia la "Senda de Camille" desde Lizara. Elia soñaba desde hacía tiempo con hacer la senda. No se había podido hacer antes por unas cosas o por otras, pero esta vez y pese a la dichosa pandemia, arrancamos con muchas ganas.

Iniciamos el recorrido desde Lizara, todo condicionado por los únicos huecos que había para pernoctar en Arlet, que por sus dimensiones, no era fácil elegir fecha.




El domingo 15 era el último día de la ola de calor más potente del verano, por eso salimos temprano, intentando evitar en lo posible el mayor esfuerzo con calor.




En el valle de Aspe ya se dejaba notar el cambio de tiempo previsto y eso ayudó a llevar mejor el previsto calor. 
Disfrutamos de guindas de la senda como la Paúl de Bernera, el Ibón Viejo, el Valle de los Sarrios, Estanés o la Golochera de Esper. 




Al día siguiente, el lunes 16, amaneció con la habitual "boira" en Somport. El cambio de tiempo anunciado había llegado y el ambiente fresco se agradecía y ayudaba en la marcha. El paso entre la niebla por el bosque de Sansanet y el queso de Jean Louis que nos comimos en la Espelunguera resultaron de lo mejor para pasar la mañana.



La llegada a Arlet entre niebla, dio paso a una tarde fresca-fría que hizo que nos acostásemos pronto y durmiéramos bastantes horas tras una, también, temprana cena.

El martes día 17, partimos hacia Lescún acompañados de Javi, Germán, Bakarne y Edu . Ya habíamos coincidido con ellos cenando en Lizara y tras la tarde entretenida que pasamos el día anterior, arrancamos juntos en la etapa.




Un par de horas duras que nos pusieron a prueba y donde tuvimos que aguantar el frío, el agua y el viento, dieron paso a un descenso más tranquilo hasta Lescún tras pasar la Collada del Palo.



El miércoles 18 pasábamos el ecuador de la senda en una etapa dura pero que Elia ya conocía y había realizado. La compañía, la mejoría del tiempo y que Elia ya no notaba las molestias en los hombros del peso de la mochila, hicieron que el día pasase de la mejor de las maneras.



La salida de la niebla de camino a la Collada de Petrachema, las vistas de las Agujas de Ansabere y lo entretenido de la compañía, que se mantenía desde el día anterior, pusieron la guinda a la etapa en dirección al Refugio de Linza.





Una comida de despedida en el Refugio de Linza con los que habían sido unos muy buenos acompañantes pusieron fin a la cuarta etapa.

La etapa Linza-Oza del jueves 19 era una etapa más suave. Gran parte del recorrido también era conocido por Elia y se presentaba como mucho mas llevadera en cuanto a lo físico. La realidad es que ya estábamos hechos al esfuerzo diario y daba igual lo que nos tocara, pero algo más tranquilo nunca viene mal.




En la Collada de Anzotiello coincidimos con una familia bien maja, Aimar, Leire y los pequeños Lur y Manex. Ellos tambien habían empezado la senda desde Lizara y ya nos íbamos viendo cada día. Desde allí completamos juntos la etapa llegando a Oza con tiempo para comer y disfrutar de una tarde en las tirolinas del "Bosque de Oza".



Lur y Manex sorprendían a todos por su desparpajo y su caminar. Niños entretenidos y divertidos que en ningún momento pensaban en no pasarlo bien. ¡Una maravilla!.


El viernes 20 partimos de Oza hacia Gabardito. De nuevo, la buena compañía y el paisaje hicieron que la etapa fuera de lo más entretenida y agradable. Un bonito día donde los colores y el entorno del Castillo de Acher, la Costatiza y la Foya de Secús fueron la guinda de la etapa.




Un atardecer bien majo en Gabardito nos entretuvo a todos. Elia estaba encantada con sus nuevos amigos y las carreras alrededor del refugio fueron la pauta de la tarde.



El sábado 21 terminábamos todos la senda, pero la intención de la familia de subir al Bisaurín para completar la etapa no coincidía con la nuestra. Nosotros habíamos decidido no subir y comer juntos para celebrar el final de la Senda de Camille. Así, por la mañana nos hicimos una foto de grupo y partimos con ritmos diferentes para completar la etapa.



Llegamos muy pronto a Lizara, de forma que al poco de pasar las 11 de la mañana ya teníamos la camiseta de la Senda de Camille puesta y todos los sellos colocados en la tarjeta.



La ilusión de completar la travesía, junto con la experiencia de compartir etapas con gente agradable fue de lo mas gratificante. El monte tiene estas cosas. Supimos que la familia completó la ascensión al Bisaurín y también mantenemos contacto con el resto de "camileros". Toda una experiencia para recordar y disfrutar.


¡Nos vemos en el monte!

viernes, 6 de agosto de 2021

Circular desde Tachera, Ansó. Barranco Chipeta-Faja Catalán

 El pasado domingo, 1 de Agosto, nos fuimos con Elia a dar un paseo por Tachera. En las fechas que estamos, si acudes a los lugares habituales, puedes llegar a saturarte con la cantidad de gente que se mueve por la zona. Pero eligiendo bien puedes caminar solo prácticamente y disfrutar tranquilamente de nuestro monte durante todo el día.




Los chaparrones del sábado habían refrescado el ambiente y aunque no madrugamos mucho, la mañana estaba fresca y resultaba ideal para caminar.




Enseguida salimos del bosque y nos encontramos con los pastos como han estado siempre, aprovechados por el ganado. Toda una gozada disfrutar de la ganadería extensiva en una zona como esta.



 
Bajando al Barranco de Chipeta, Elia empezó a recordar la zona por la que ya había pasado hace algunos años al ver el haya que en su día se empeñó en abrazar




Esta vez, íbamos a alargar el recorrido un poco más, avanzando por el GR que pasa a Guarrinza por la Collada de Petraficha.




Un poco antes de la Foya de Chipeta nos desviamos por una buena traza pero algo confusa al principio hacia la caseta de la Faja Catalán. De no saber dónde se coge este desvío, resulta difícil localizarlo por la cantidad de chinebros (enebros) que hay y que se apoderan de la traza, pero una vez en la pedrera resulta fácil seguirlo y más con los abundantes mojones que hay.




A Elia le encantó la caseta de la Faja Catalán y eso que su interior contrasta con el reciente lavado de cara realizado en su exterior. Una marmota ha encontrado un buen lugar para dar salida (o entrada) a alguna de sus galerías en el maltrecho suelo del refugio.




No obstante, las vistas de Zucaca y Alano hacen olvidar todo lo negativo y continuamos con el paseo después de pasar allí un ratillo.



La bajada por la Loma de Tachera hasta el coche resultó entretenida recordando las veces que habíamos pasado por allí y cómo Elia no había estado nunca en ese rincón tan chulo donde se sitúa la caseta de la Faja Catalán. Otro día de disfrutar aprendiendo por el monte como suele ser habitual.




Track del recorrido