sábado, 9 de septiembre de 2017

Reconocimiento de mugas 2017. Collada Acué, Ansó

El sábado pasado, 2 de septiembre, nos apuntamos con Elia a la propuesta que lanzó la Asociación Deportiva Linza, para participar en el reconocimiento de mugas que se realiza anualmente entre representantes del Ayuntamiento de Ansó y Ayuntamientos de los pueblos franceses del Valle de Aspe que comparten frontera con el extenso término municipal de Ansó.




Este año tocaba el reconocimiento de la cruz 279 situada en la Collada de Acué. Todas las cruces y mojones están geoposicionadas de tal forma que cualquier interesado puede localizarlas. Con las tecnologías GPS y con un mínimo manejo de los aparatos, la exactitud y precisión es practiamente perfecta. Todos los mapas de IGN Francés las señalan, e incluso los mapas habitualmente utilizados en los aparatos los tienen, con lo que las labores de búsqueda se facilitan de manera extraordinaria.




Partimos hacia Aguatuerta una veintena de personas y nos acercamos hasta el Achar de Aguatuerta con vehículos autorizados por el Ayuntamiento de Ansó para facilitar el ascenso hasta la Collada de Acué. Representantes de varias asociaciones invitadas y sus acompañantes nos pusimos en marcha en una mañana bien fresca.




Mi anterior participación fue en el año 2013 cuando se retomó esta buena e interesante costumbre. En aquella ocasión se intentó reconocer la cruz 297. De la publicación en este blog de dicho evento partió una interesante aportación anónima que informaba de la resolución de la desaparición de dicho mojón. Desde hace unos años, el Ministerio de Asuntos Exteriores publicaba en el BOE la modificación de la linea fronteriza y la nueva ubicación del mojón.




En esta ocasión las cosas estaban mucho más claras y eran más sencillas. Existe un blog francés que me parece muy interesante, de entre los muchos que tratan estos temas, que aclara muchas situaciones de este tipo y que afectan a toda frontera pirenaica.




Tras el encuentro con los franceses en la muga y hacernos las fotos de rigor con la cruz de la Collada de Acué, bajamos a las casetas francesas sin perder tiempo. La boira y el frío apretaban pero pronto llegamos al resguardo de las bordas y con unos vinos españoles y franceses pronto entramos en calor.




Mientras se preparaban las viandas Elia inspeccionaba todas las instalaciones. De todo lo que vio lo que más le gustó fueron los columpios que tienen para ordeñar las ovejas. "No me extraña que salga bueno el queso ordeñando así a las ovejas, ...tiene que ser divertido", decía. No creo que al pastor le haga tanta ilusión sentarse en esos columpios como le hizo a Elia, pero el resultado del sabor del queso si que es del todo bueno como pudimos comprobar.




El ambiente y la buena comida hicieron que el sol ganara a las nubes y permitió que la estancia fuera de lo más agradable.




Las formalidades institucionales pusieron fin a un rato de charla sincera y acorde con el ambiente entre viejos conocidos, algunos ausentes, que dan valor al encuentro en sí. Unas palabras interesantes pronunciadas por uno de los representantes franceses comentaban lo interesante del encuentro y de la necesidad de mantenerlo y de extenderlo a todos los sectores, para que todos sean partícipes de este valor patrimonial que precisamente es de todos.




Unas cuantas "cantarulas" sirvieron de despedida a la interesante jornada. Arrancamos con la tripa llena hacia la Collada Acué para retornar a España por Ansó en dirección a Aguatuerta.




Otro rato entretenido pasamos junto a la cruz mientras se reagrupaba el grupo antes de iniciar el descenso hacia los coches. 




Unas preciosas vistas del espectacular valle de Aguatuerta despidieron una interesante y agradable jornada. 



Tras la reanudación del reconocimiento de mugas en el 2013, el Ayuntamiento de Ansó invitaba a todas las asociaciones locales de forma que todos los sectores quedaban mas o menos representados. Este criterio cambió y en las tres últimas ediciones la invitación institucional recae solo en unas cuantas asociaciones. Interesante aportación la del representante francés en relación al interés patrimonial de este evento que es de todos y del que se debería tomar nota, y que un ambiente tan cordial fuera disfrutado por todos los que con su esfuerzo realizan sus aportes.













martes, 5 de septiembre de 2017

Cirular en BTT desde Ansó. El Vedau

El pasado viernes 1 de septiembre tenía decidido ir por la tarde a dar una vuelta con la bici. Entre lo que había visto, lo que me habían comentado y un poco de intuición, pensé que habría terminado de abrir camino la máquina que estaba trabajando y recuperando unas antiguas trochas en desuso para rutas de BTT y me permitiría completar una circular que hacía años que no se podía realizar por el deterioro de las pistas.




No se muy bien porqué, pero el caso es que se me hizo bastante tarde. No me quedaba otra que no entretenerme ni por la carretera ni por la pista del Vedau recién planchada por la máquina. Si llegaba a las ocho a la Borda Cheso y las trochas de bajada hasta el Barranco de Capité, junto a la Borda Techinero, estaban abiertas, aún me daría tiempo de completar la circular.




Atrás dejé la opción de bajar por la Borda Botero siguiendo el GR entre Hecho y Ansó, viendo que no iba mal.




A las ocho en punto llegué a la Borda Cheso, entrando así, en los márgenes que me había propuesto. Tenía la opción de bajar por el camino del Cerro Capité que une Ansó con la  Punta del Raso, pero lo que pretendía era bajar por las trochas que se estaban recuperando. 




En el arranque de la trocha, por la que ya había pasado la máquina, había una cuerda cruzada con una cinta que me hacía pensar que quizá no estuviesen los trabajos terminados y no pudiese enlazar hasta la Loma de Chunillas para desde allí bajar hasta Ansó por terreno limpio. Tras unos momentos de duda, decidí echarme hacia abajo y probar. Siempre quedaba la opción de remontar por la pendiente trocha con la bici al hombro y bajar por el camino o, si quedaba muy poco, asumir unos cuantos arañazos en las piernas y salir a la Loma Chunillas a la brava.




La recuperación de esta trocha corresponde a la ruta número cuatro, que se realiza en sentido contrario al que yo lo estaba realizando. Para gustos colores, pero yo me atrevo a contradecir a los expertos diseñadores de la ruta y recomendar el sentido realizado, por la experiencia de pedalear por estos montes y por el número de embarcadas en las que me he metido por aquí. No me convence remontar por estas pendientes en las que hay que arrastrar la bici y después bajar por asfalto siete kilómetros hasta Ansó. No obstante, para los que quieran probarse por estas subidas y no quieran recorrer tanto asfalto, recomiendo bajar por Romendía, que aunque no esté tan limpio como estos tramos recién abiertos, si que es una trocha ciclable y evita prácticamente todo el puerto por carretera, dando una recompensa algo más entretenida que la bajada completa por asfalto.




Tuve suerte y la bajada hasta el Barranco de Capité estaba terminada. Resulta el tramo más entretenido de todo el recorrido por su fuerte pendiente, que se salva sin ninguna dificultad por encontrarse la trocha recién planchada por la máquina. Una pequeña remontada me colocó en la Loma de Chunillas, donde se enlaza con la ruta número cinco que viene del Socalá y que también se está arreglando (no se si se habrá terminado, pero tampoco me daba tiempo de comprobarlo).


Una rápida bajada hasta la carretera de Ansó a Zuriza, junto al pueblo, me permitió completar la ruta, que no era desconocida, pero de la que no se podía disfrutar hacía ya unos cuantos años.