miércoles, 14 de enero de 2015

Circular desde Santa Lucia, Hecho. Pena Verde-Cuevas de la Olla-Sierra la Rota-Ralla Bizarro

Siguiendo con los paseos invernales, en espera de la nieve para poder sacar los esquís a pasear sin rayarlos, el lunes me decanté por dar una vuelta por Santa Lucia. Apetece, y mucho, disfrutar de los caminos recuperados por la zona. En principio, me encaminé hacia el puntal de Pena Verde, gran atalaya de tasca sobre una gran zingla y visible desde muchos sitios. El arranque lo efectúo por la Borda Florentina y la remontada por el sol en la fresca mañana resulta agradecida.




Pese al enésimo día soleado y estar ya acostumbrados a las temperaturas benignas hacia el mediodía, la advertencia de una persona cuando salía desde Ansó, de que intentase no ir por la sombra en mi paseo era de lo más acertado en las primeras horas de la mañana. No obstante, observé como las bellotas quizá inicien su proceso de germinación engañadas por la climatología favorable de los últimos días.





Al llegar a la fuente Madrilejo, decido acercarme a las Cuevas de la Olla recordando como disfrutó Elia cuando la traje por aquí con la linterna que recientemente le habían regalado.




En lugar de volver por el mismo camino, di un pequeño rodeo y voví hacia el puntal de Pena Verde por un camino que también ha sido recuperado y que cruza desde la borda de Lo Payar hasta empalmar con el camino de Santa Lucia a Hecho pasando por el Puntal y los "Casals" de Pena Verde.




Caminar por un trazado tan bueno, viendo el objetivo desde lejos y llegar entre "catellas" a los "Casals" de Pena Verde, formados por dos bordas (de Madrilejo y de Lo Pallar según me dijeron amigos chesos) resultaba muy gratificante para los sentidos.




Dejé el camino para ver los restos de las bordas, las eras, ... y cruzar la gran tasca para averiguar que se veía desde el último rincón de la zingla. Se veía Santa Lucia y también en la zingla contigua el "agujero de Santa Lucia", lugar resguardado donde los haya, ideal para cobijarse y echar un bocado en días de cierzo y frío. 




Retomando el camino y disfrutando de él llegué a empalmar con el camino de Santa Lucia a Hecho. Una pequeña remontada y rápidamente me planté en la divisoria de la Sierra de Los Ríos. Las vistas de Peña Forca y Agüerri no resultan muy alentadoras de cara a estrenar la temporada de esquí pero de momento seguimos disfrutando de lo mucho que hay por el valle y más donde los chesos han puesto interés en recuperar caminos.





Decidí cruzar la Sierra de la Rota en dirección a Los Artoléz, observando desde arriba la zona por donde hasta entonces había estado dando vueltas y disfrutando sin parar.




Antes de llegar a Los Artoléz, en la Borda Peritón decidí empalmar a la altura de la Ralla Bizarro con el camino que va al Campo Quilero. Este tramo de camino no está limpio y la traza se pierde a ratos aunque las dificultades para orientarse no son complicadas ya que siempre se tiene a la vista el característico paso árido de la Ralla Bizarro y la bajada por el cerro claro de vegetación resulta fácil.




Siguiendo de bajada el camino limpio que va al Campo Quilero, enseguida se llega a la otra Borda Lo Pallar. Esta tiene un contrafuerte característico que no deja indiferente a nadie. Desde ese punto ya observé en la parte baja del valle la Borda Florentina que es de donde había partido. 


Había hecho gana de comer, había ido buscando el sol como me habían recomendado en todo el recorrido y había disfrutado del monte, de los caminos, de las cuevas, de las bordas,...en fin, ¡todo un lujo!





sábado, 10 de enero de 2015

Paseo por la Borda Iguarte, Cuevas de Susuei. Hecho

Viendo que no quiere nevar, aprovecho los días de buen tiempo para dar buenos paseos por zonas que en verano pueden resultar incómodas por el calor. Ayer me bajé valle abajo hasta Val d´asieso, en término municipal cheso y me dispuse a cruzar el puente romano sin un rumbo pensado, solo se trataba de disfrutar del monte y aprovechar el buen tiempo reinante.




Ya sabía que el ayuntamiento de Hecho había invertido en la señalización de numerosos caminos recuperados en la zona de Santa Lucia, la Sierra de los Rios y las Pardinas. También sabía que se habían interesado en reponer la señalización vieja deteriorada, y justo antes de arrancar ya comprobé que las cosas se habían empezado a llevar a cabo...¡cuanta ventaja nos llevan por los alrededores!.




El monte estaba como corresponde a un mes de enero, por muy anticiclónico que sea. Las huellas del trabajo incesante del agua también se dejaban notar en alguna barranquera que cruza el camino.




Tras pasar por las viejas escaleras que invitar a "alparcear" los restos de la Borda Volante, otra vez me quedo perplejo observando el trabajo del agua, ¡que maravilla!. Observar el fluir del agua resulta gratificante siempre, pero si además las coincidencias dan lugar a cosas como estas, es para dar un bofetón a los que dicen que da lástima el agua que "se pierde" cuando la ven bajar por los ríos, ...¡hasta los niños pequeños han oído hablar del ciclo del agua!.




Cambiando rápidamente los pensamientos por otros más positivos voy dando vista a las cuevas de Susuei, tan imponentes como siempre. 




Superada la zingla que las forma, las vistas proporcionan mucha más amplitud y jugando con esos contrastes se sigue disfrutando de lo lindo.




Grandes chaparros acostumbran a acompañar a las bordas por aquí tan numerosas. Además, los años que el clima ha sido favorable, la producción de bellota es abundante como ocurre este año a tenor de lo que voy viendo por el camino. Los jabalís bien lo saben y se aprovechan de ello. También deben saber que estamos en temporada de caza ya que al sorprender a uno, éste salió corriendo en estampida sin importarle hacer ruido con las piedras al correr, ni sin mirar si chocaba con alguna mata de boj en su escapada.




Para mí, una de las bordas más bonitas de la zona es la Borda Iguarte. Su situación, su orientación sus lastras, sus campos, sus fajas, la era, ... cada vez que voy me quedo un buen rato pensando como viviría allí la gente, lo que les costaría construir todo eso, la relación con sus vecinos de las numerosas bordas cercanas,...




Bajando, y aún habiendo pasado hacía rato el mediodía, observé como en las umbrías eternas de invierno la acumulación de escarcha se mantenía, aunque también vi como el sol empezaba a entrar donde hasta ahora no lo había hecho, ganando terreno a cada día que pasa.




En el río también se veían las influencias de la orientación como en el monte. Todo el medio resulta como una enciclopedia gigante e intensa dispuesta a enseñar a todo aquel que quiera aprender, ¡allí que volveré siempre que pueda!
Para haber improvisado la ruta sobre la marcha los resultados fueron espectaculares como siempre en cualquier salida.