El fin de semana pasado, 12 y 13 de septiembre, nos fuimos con Elia a San Nicolás de Bujaruelo. En realidad fue el plan B, ya que nos fue imposible conseguir plaza en los refugios de montaña del Pirineo que teníamos previstos.
El sábado plantamos la tienda de campaña en el Camping de San Nicolás de Bujaruelo y nos dedicamos a disfrutar de unos frescos paseos junto al Ara.
El domingo madrugamos y salimos temprano hacia el Ibón de Bernatuara, compartiendo camino en principio, en dirección al Puerto de Bujaruelo.
El desvío hacia el
Barranco de Lapazosa está perfectamente señalizado y no deja lugar a dudas, tras remontar por un sendero serpenteante entre abundantes tejos.
Tras dejar el bosque y la última de las llamativas torres de la linea eléctrica observamos la caseta de la
Plana Sandaruelo. Aún nos daba la sombra y subíamos con el frescor de la mañana.
Entrando a la
Mallata de Bernatuara otra vez retomamos la sombra antes de dar el último empujón a la subida. Antes habíamos localizado el
Valle de Otal desde las alturas.
De nuevo, las vueltas del camino hacían más llevadero el ascenso. Elia no paraba de hablar como siempre. Yo ya estoy acostumbrado, pero una moza que bajaba por el tramo más pendiente, comentaba que se sorprendía de que no se fatigara al subir por esos tramos tan pendientes y sin parar de hablar. Le comenté que es a lo que estábamos habituados, pensando que no será muy buena señal si un día avanzara callada.
Entre tantas charradas, cuando nos asomamos al Ibón de Bernatura, Elia quedó sorprendida, ya que imagino que no se lo esperaba. Así me lo comentó diciendo que se le había hecho corto.
Echamos un pequeño tentempié y sin perder mucho tiempo decidimos continuar hacia el
Pico Bernatuara, no sin antes pasar por la muga con Francia, señalizada como estamos acostumbrados a verla por nuestros collados ansotanos.
Las vistas hacia todos los lados resultan espectaculares. Desde el mismo ibón, hasta el
Taillón pasando por el
Puerto de Bujaruelo, o el valle francés de
La Canal, el cercano
Pico Crapera o el
Valle de Ordiso sobre el del
Ara.
Después de la foto de rigor que nos hizo la única persona que estaba en el pico, decidimos continuar con la circular prevista. Para ello teníamos que descender al
Collado de la Crapera y bordear el pico del mismo nombre por la parte francesa en busca del
Collado del Cardal. Como ponía en la reseña que miré en la página del
Refugio de Bujaruelo, no había camino, pero siguiendo trazas de vacas se llegaba bastante bien.
El largo descenso por el
Barranco del Cardal me encantó. Allí paramos a comer. También ponía en la reseña que no había camino y así fue. No me lo podía creer, estando en un lugar tan concurrido del pirineo, en un valle accesible, con ganado, con paso cómodo a Francia,... no podía imaginar que así fuera, pero si.
Una vez que salimos al
Valle del Ara, volvimos a la normalidad de los caminos y, sin aglomeraciones, empezamos a cruzarnos con gente después de una mañana de soledad por el
Barranco del Cardal.
Pasado el
Puente de Oncins, decidimos ir por la pista ya que comprobamos que había mas sombra que por el camino dada la hora que se había hecho. Llegamos al
Refugio de Bujaruelo con buena gana de comer, pudimos hacerlo de buena manera, además de por la gana, por el buen y agradable servicio del lugar del que ya habíamos disfrutado en la cena del día anterior.
Solo quedaba volver para casa después de pasar un buen fin de semana recorriendo zonas nuevas para Elia y en parte también para mí, al quedarme prendado del Barranco del Cardal por la sorpresa comentada. ...¡Para repetir!
Track del recorrido
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios