lunes, 16 de febrero de 2015

Circular a la Paquiza de Linzola con esquís de travesía. Ansó

El viernes pasado ya pudimos subir a Linza. Como habíamos previsto, por la experiencia de otras ocasiones, pasó lo que tenía que pasar. La semana completa resultaba necesaria para abrir desde Zuriza a Linza con una pala cargadora.
La previsión meteorológica daba cierta ventana de buen tiempo hasta la tarde y había que aprovecharla. Nos juntamos Pablo, Jose Antonio, Jaime, Alberto y yo y arrancamos por detrás del refugio de Linza para buscar la arista de la Paquiza tras atravesar el bosque.




Después de que Pablo nos guiara por el bosque, dando un recital de esquiar por las matas, como es habitual en él, salimos al claro donde rápidamente hubo que ponerse ropa ya que el aire se empezaba a notar. El día no terminaba de despejar pero seguíamos teniendo la esperanza, al menos yo, de que lo hiciera.




En la arista encontramos unos centímetros de nieve nueva que tapaba la capa dura de debajo. Parecía que quería despejar pero la punta de la Paquiza seguía sin verse y el nublado iba y venía.




Poco antes de llegar al cono final nos pilló el marrón de lleno. Viento, niebla, frío y casi nula visibilidad resumen bien la situación. Colocamos los crampones y tiramos para arriba.




Mientras íbamos llegando todos arriba, parecía que Pablo echara una plegaria, con reverencia incluida, ante la caseta cimera para que despejara,..???.
Hicimos la habitual foto de cima, bajamos para buscar algo de resguardo y mientras echabámos un bocado esperábamos a ver si el día se abría. Ya habíamos descartado bajar por la pala sur por encontrarse demasiado dura y aún no teníamos muy claro si bajar hacia la Hoya del Portillo o hacia la Hoya de la Solana.




Al final, como suele pasar en estos casos no hicimos ni una cosa ni otra. Cuando empezamos a bajar esquivando placas de hielo que afloraban por casi todos los sitios se empezó a abrir algo el día. Antes de llegar a la Hoya de la Solana decidimos remontar, colocando las pieles, hasta un collado que hay entre el de Linza y la Paquiza par ir a buscar el camino de verano de Petrachema y la Mesa.




Cuando parecía que ya se había terminado la bajada, lo mejor estaba por llegar. Aunque el aire no paraba, el sol se impuso y la nieve mejoraba ya que la orientación no daba lugar a saliera el hielo de debajo debido a las acumulaciones de nieve.




Las irregularidades de la nieve venteada resultaban una "chorrada" frente a la buena calidad de la nieve y la buena visibilidad que encontramos. Disfrutamos todos bajando por el Sobrante de Linza hasta el aparcamiento del refugio y lo celebramos echando una buena cerveza.


Para ser viernes trece no estuvo mal. Aunque en la subida no vimos mucho, el sol salió lo justo para disfrutar de una agradable esquiada en buena compañía.