jueves, 29 de diciembre de 2022

Peña Gratal-Arco de Gratal-Gorgas de San Julián

 El pasado 19 de diciembre, para iniciar mis vacaciones, decidí bajar hasta la Sierra de Gratal. Hacía mucho tiempo que tenía entre ceja y ceja subir al impresionante cono de la sierra y sin pensarlo mucho me lancé a por ello.




Me bajé temprano hasta Nueno y dejé el coche en la parte alta de la urbanización "Parque de Guara" para empezar a caminar. En principio el objetivo era subir a la cima de la Peña Gratal e intentar después localizar el Arco de Gratal. Luego, si me daba tiempo, intentaría acercarme a las Gorgas de San Julian para terminar la jornada.




Desde niño me había llamado la atención el pico mas destacado de la Sierra de Gratal. Cada vez que pasaba entre Huesca y Ayerbe, y no eran pocas, siempre le echaba varias miradas a semejante cono.




Las expectativas se cumplieron de sobra cuando llegué a la cima. Impresionantes vistas hacia todos los lados. Tanto hacia el norte con los Pirineos nevados como hacia el sur con la Depresión del Ebro cubierta por las nieblas bajas y apretadas en el valle.




La Hoya de Huesca también estaba bien maja desde allí, y las vistas del Castillo de Loarre no desmerecían. Pese al día tan bueno que salió, el estar tanto rato parado en la cima, un viento que, aunque no era fuerte, si que recordaba que estábamos en diciembre me invitó a moverme y seguir con el segundo objetivo del día.




De camino hacia el collado que está junto a la Peña Mediodía empezó a entrar la niebla. Las reseñas que había mirado decían que desde el collado la senda no estaba muy clara pero como se veía el arco no era complicado llegar hasta él.




Cuando llegué al collado, la niebla tapaba todo y no localizaba el Arco de Gratal por ninguna parte. Seguí una traza observando ramas cortadas y tramos más pisados. Me tropecé con unas cabras montesas muy majas que salieron pitando (no sabía que habían llegado hasta la Sierra de Gratal) y finalmente me encontré con el Arco de Gratal.




A la vuelta del Arco de Gratal la niebla me impidió localizar una ruta que había visto al ascender a la Peña Gratal para realizarla de vuelta y no repetir el trazado de subida. No me fié y salvo un trozo de camino que cogí para probar, y que no fue lo mejor que hice, ya que estaba inundado de erizones, decidí volver por el camino que había realizado.




Finalmente al bajar vi que me daba tiempo para entrar a ver las Gorgas de San Julián. Además la niebla se había disipado y me permitía situarme sin dudas.




La pequeña ermita tiene su encanto, pero lo que de verdad me gustó fue el estrechamiento del Barranco de San Julián formando las gorgas. A la entrada hay un belén, que casi asusta y no me pareció acorde con lo demás, pero todo lo compensa como siempre la naturaleza.




De vuelta al coche, las luces del corto día preinvernal, completaron una buena jornada por la Sierra de Gratal en la que había cumplido los objetivos previstos.



Un buen bocado al llegar al coche mientras se ponía el sol por La Sotonera, con bota de vino y todo, completaron un día redondo donde se quedaron cosas pendientes por la niebla que me frenó en la aventura. ¡Habrá que volver!.