sábado, 23 de junio de 2018

VI Jornadas de Medicina Natural y encuentros con la Naturaleza. Ansó

El fin de semana pasado, 16 y 17 de junio, disfrutamos con las VI Jornadas de Medicina Natural y encuentros con la Naturaleza en Ansó. Este año, además, tras muchos días de lluvias intensas tuvimos un tiempo primaveral espectacular.





Esta vez, por las comentadas lluvias, la preparación del herbario durante la semana previa no fue nada fácil, pero la experiencia de Constancio y el empeño en que todo salga bien permitió alcanzar las 130 especies expuestas y correctamente clasificadas como ya es habitual.




Con el herbario preparado el viernes por la tarde, el sábado por la mañana, con un día espectacular,  unas 25 personas nos dispusimos a aprovechar las jornadas de este año.




Antes de realizar el recorrido habitual dimos una pequeña vuelta por el Camping de Ansó mientras se añadía algún rezagado.




Las plantas se iban acumulando, al igual que sus usos y aplicaciones. Unos optaban por tomar notas y otros intentaban quedarse con lo que les interesaba. En cualquier caso, todos dispuestos a aprender de una fuente de sabiduría inagotable como es todo lo que transmite Constancio.






Había gente nueva y gente que repetía. Los que ya conocíamos las jornadas jugábamos con ventaja en el sentido en que no nos sorprendía la cantidad de información y el entusiasmo con que la trasmite nuestro ponente y los que venían por primera vez se lamentaban de no haberse enterado antes de la existencia de estas jornadas.






Tras el intenso paseo matutino y antes del taller de galio preparado por Pedro, unas veinte personas decidimos quedarnos a probar el menú vegetariano preparado para la ocasión en el restaurante del Camping de Ansó. Después del taller una sesión de diapositivas pusieron fin a un intenso día en el que la gente se fue contenta con su obsequio en forma de muestra de crema de galio para utilizar en cualquier momento.




El domingo por la mañana amaneció despejado y fresco. La gente vino animada para disfrutar de una mañana espectacular en la que no faltaban preguntas y curiosidades que Constancio resolvía con naturalidad y solvencia.





El recorrido habitual por los alrededores de Ansó resultó, como siempre, entretenido. La habilidad de Constancio para introducir pequeñas charlas de la relación del hombre con la naturaleza desde la época primitiva hasta nuestros días permite que la mañana se pase sin darnos cuenta.





El empeño de Constancio en transmitir que la sabiduría popular, a través del uso continuado de elementos que aporta la naturaleza, por semejanzas o incluso por la fe, ha creado ciencia, es algo que me llama mucho la atención y más cuando la ciencia actual ha demostrado que existen pruebas que demuestran que esos usos son correctos.





Otro año mas, hemos disfrutado de unas jornadas espectaculares, donde el tiempo ha acompañado. Desde el herbario natural, las salidas al monte para identificación de especies, el taller de galio con la información correspondiente, obsequio con la muestra, algún extra con utilidades del propóleo, las charlas de Constancio no solo de plantas sino de creencias y relaciones ancestrales entre el hombre y la naturaleza, hasta la proyección de diapositivas distribuidas en bloques de plantas tóxicas, de usos veterinarios y usos mágicos entre otros, han completado las actividades de las jornadas de este año.






jueves, 14 de junio de 2018

Circular desde Zuriza, Ansó. Cubilar de Pinaré-Paco Las Eras-La Contienda.

El pasado domingo, 10 de junio, salimos con Elia a dar una vuelta. El tiempo era el de todos los días, lluvia. Y la predicción también decía lo de todos los días, lluvia.




Salimos desde Zuriza asumiendo el empapón aunque en ese momento parecía que daba una tregua. Habíamos dejado ropa seca en el coche para cambiarnos al llegar y comenzamos a caminar bajo un debilísimo chirimiri.




Al salir del bosque y llegar al Cubilar de Pinaré ya empezó a arreciar un poco pero pronto volvió a mantenerse la tregua. 




Envueltos entre la niebla pudimos coger unos pocos usones. Elia disfrutaba de lo lindo encontrando uno detrás del otro entre la hierba mientras comentaba "esto si que es una aventura... además con esta niebla no nos ve nadie cogerlos".




Aunque le gustaba llevar la bolsa con los usones, antes de meternos a bajar por el Paco de las Eras me pidió que la llevara yo ya que empezaba a pesarle. 




Allí seguía la aventura, además de que a tramos diera la sensación de hacerse de noche por la espesura del hayedo, nos encontramos con una lombriz gigante que estaba siendo devorada por varias babosas. Es lo que tiene disfrutar del Bosque de Las Eras por los recorridos del Circuito de Raquetas fuera de la temporada invernal.




Antes de pasar el río para dirigirnos hacia La Contienda también vimos un sapo y una salamandra. Elia se lo pasaba en grande y yo también. Además el tiempo iba aguantando contra todo pronóstico y nos permitía seguir con el paseo previsto.





Mientras nos emborrachábamos de verde primaveral, jugueteábamos con la divisoria de navarra, en busca del camino que nos devolviera a Zuriza, ahora convertido en un tramo de GR que une Zuriza y Linza.




De nuevo en el bosque la oscuridad era cada vez mayor. Hasta el punto que aunque no nos mojábamos supimos que empezó a llover por el ruido del agua sobre las hojas de la masa forestal. Elia hacía acertijos sobre el paraguas natural bajo el que estábamos, mientras yo esperaba que no arreciara para mantenernos medio secos antes de llegar al coche.





Aguantó mientras estuvimos bajo las hojas. Justo al salir del bosque y a apenas 50 o 60 metros del coche empezó a arreciar de tal forma que, aunque corrimos como poseídos, nos mojamos. Eso si, una vez dentro del coche cayó la del pulpo, así que ninguno de los dos salimos para coger la ropa seca del maletero y nos bajamos a casa sin cambiarnos.



Una vez en casa todos nos limpiamos, incluidos los usones que habíamos cogido y con los que Elia posó contenta. Pese a mojarnos a última hora, la mañana nos permitió pasar un buen rato, aprender y disfrutar del monte como siempre y dejarnos con ganas de volver para seguir viviendo "aventuras".