domingo, 28 de julio de 2019

Escalada en Ansó. Vía "Hablando con las montañas", Pared de las buitreras, Tresveral

El pasado sábado nos fuimos con Pablo a escalar. El día anterior habíamos quedado pero teníamos nuestras limitaciones, yo madrugaba para dar desayunos y Pablo tenía que volver al mediodía por una comida familiar. Sin saber muy bien a donde acudir, aparecimos en el circo de Tresveral para hacer una vía corta que se ajustara a las exigencias del momento.




La vía elegida fue "Hablando con las montañas" que Picazo, uno de sus aperturistas junto con Sergio Sancho, la sitúan en "La pared de las Buitreras", dentro del circo de Tresveral.




Dejamos el coche en unos pequeños ensanches que hay junto al río Veral antes de la Cleta de Zuriza, aproximadamente a la altura de la Vía Mapi. Cruzamos el río saltando de piedra en piedra sin mojarnos y cogimos el camino que une Zuriza con Zabalcoch en dirección a este último. Tras caminar unos setenta u ochenta metros nos desviamos a la izquierda por una pedreguera donde comienzan los hitos de la aproximación. Un resalte rocoso con una cuerda fija nos confirma que vamos por el buen camino, tras este paso un flanqueo nos va llevando hacia la base de la pared donde la vía inicia con una flecha marcada en el suelo.




Eran aproximadamente las once de la mañana cuando iniciamos la escalada y según calculamos tendríamos unas dos horas de sombra hasta que nos pillara el sol, así que con los calores reinantes no había tiempo que perder y nos pusimos manos a la obra.




Tras un arranque un poco descompuesto, yo ya veía un paso previo a la reunión que me daba que iba a empezar a hacer trampas a la primera de cambio. Pero una vez allí se supera más fácil de lo que parecía en un principio y sin trampas.




El segundo largo lo vi como un mero trámite, muy corto y sin nada reseñable salvo quizá el flanqueo inicial a la derecha para localizar una fisura que nos permite ascender cómodos.




Para arrancar con el tercer largo hay una pequeña cueva donde esta instalada la reunión. Resulta el largo clave donde una placa lisa (V+/A1) me obligó a hacer la única trampa del día.




Previo a la placa, hay una fisura que se puede asegurar bastante bien y que resulta fácil y entretenida.




El cuarto largo es el más entretenido para mi. Tras una salida asegurada con dos parabolts para alcanzar una laja que en algún trozo sonaba a tambores de guerra, Pablo disfrutó cacharreando hasta la última reunión por unos tramos de lo más agradecidos.




Justo nos llegó el sol al final de la vía con lo que habíamos cumplido los objetivos de que no nos apretara subiendo. Unas siemprevivas frondosas nos recibieron arriba para poner la guinda a la vía, junto con las vistas del entorno que nos rodeaba.






Para bajar hay que buscar una canal con vegetación que se puede caminar o si se prefiere rapelar desde árboles. Nosotros bajamos andando y utilizamos la primera reunión de la Vía Macondo para hacer un rapel de unos 50 metros.





Cumplimos las espectativas y Pablo llegó a la hora a comer, habiendo pasado una mañana a la sombra y escalando una vía bien maja. He sacado una foto de la reseña de la "Guía de escalada en roca Valle de Ansó" de Antonio García Picazo para dar una idea de lo que allí hay.




Otro día de disfrute por el monte, esta vez sin salir del valle. ¡Toda una gozada tener todo esto en la puerta de casa!






sábado, 20 de julio de 2019

Circular al Ibón de Estanés desde Sansanet

El pasado sábado 13 de Julio nos fuimos con Elia a buscar la frescura de los bosques franceses para ir al Ibón de Estanés. Salimos temprano de Ansó con la idea de llevar una buena hora y disfrutar de la excursión sin pasar demasiado calor.




A la hora de partir desde el aparcamiento de Sansanet salimos con ropa, pues la mañana estaba fresca e incluso tuvimos un poco de "boira", que aunque tan habitual por esa zona no dejó de sorprender a Elia. Incluso llegó a comentar que igual no se bañaba en el ibón.




Poco duró lo de la "boira" y pronto nos quitamos la ropa que hasta salir del bosque habíamos llevado. A la altura de la Cabane d´Escouret nos pusimos crema para afrontar la subida por tasca hacia el Ibón de Estanés.




Poco rato costó llegar a la muga y entrar en los pastos ansotanos, donde Elia jugaba a poner un pie en cada país. Al poco nos encontramos con Marta y su acompañante y con ellos compartimos el ascenso hasta el ibón en entretenida conversación.




La lámina de agua estaba espectacular y tras rellenar las cantimploras en la Fuente del Ibón, nos despedimos de los acompañantes y nos fuimos directos a echar un refrescante chapuzón.




Después del baño nos echamos un buen almuerzo y emprendimos la marcha hacia el desagüe del charco para descender hacia la Espelunguera.




La bajada, aunque sencilla, requiere un poco de atención y estas situaciones a Elia le encantan. Con buenas vistas hacia el Paso de Escalé fuimos perdiendo altura poco a poco y adentrándonos de nuevo en Francia.




A Elia le sorprendió ver el tubo del agua que recoge la central de Les Forges d´Abel y que baja directo desde Estanés, y también la escalera para descender un tramo escarpado.




La orientación y el bosque nos permitían mantenernos a la sombra y disfrutar del ambiente fresco. Tanto es así, que el bañador que llevaba colgando Elia de la mochila tardó en secarse un buen rato.




A Elia le gustaba todo, y se planteaba la posibilidad de quedarse a vivir en una caseta de las que vimos para siempre. También al pasar por las cabañas de la parte baja del valle, nos acordamos de Pedro, el pastor de la Espelunguera, fallecido esta pasada primavera y que tan bien trataba a Elia y a todo el que por allí pasara.




Una parada obligada para comprar queso en la Cabane d´Escouret y buena y fácil conversación con Jean Louis completaron la circular y un día más que nos escaqueamos del calor en una ruta bien fresca.




Una parada en el Albergue Aísa del Somport para ver a Perico y Nieves pusieron la guinda a una mañana redonda, donde los frescos bosques franceses, el baño en el ibón y el queso de Jean Louis fueron los protagonistas.