domingo, 27 de mayo de 2012

Socalá-Loma Chunillas en BTT

El miércoles pasado decidí probar la bici nueva. Ya le ha llegado la hora de la retirada para estas aventuras a la bautizada por Pablo como la "arcaica".
Entre el trabajo, la lluvia, las huertas y los usones no hay demasiado tiempo para la actividad, pero ya no aguantaba más y no podía pasar un día más sin probar la bicicleta nueva. Tampoco disponía de mucho tiempo ya que tenía que ir a buscar a Elia a Fago al final de la tarde, así que decidí dar una pequeña vuelta para quitar el gusanillo.
Salí desde casa y tomé la carretera en dirección a Zuriza. El río Veral, como corresponde al mes en el que estamos, bajaba mayenco y el tramo de carretera que hay hasta coger la pista de Picoya, poco antes de la Borda Nadal, se hacía entretenido al ir echándole miradas continuamente.



Rápidamente cojo altura, esto es debido a que las rampas más duras de la pista están al principo. Esto da pie a observar unas muy buenas vistas del valle con la Peña Ezcaurri al fondo, y las ovejas pastando en los mejores campos de San Tomés.




Rápido llego a la barrera que indica la limitación para circular con vehículos sin autorización por la pista, y pasados unos 150 metros aproximadamente, tomo el desvío por la pista de Socalá, ahora en deshuso.



La pista va en ascenso continuado con una suave pendiente. Paso por un pozo de agua de uso ganadero y después mantengo la compañía de la manguera que lo abastece, durante el trayecto hasta el barranco. La manguera puede dar algún susto, sobre todo si fuéramos bajando, ya que hace derrapar las ruedas de forma inesperada al cruzarla.



La vegetación hace que la pista casi se convierta en camino, lo cual no es desagradable. La manguera, la sigo teniendo de compañera hasta que cruzo el barranco y, una vez pasado éste, me meto en la parte de umbría conocida como Paco Bicharuelo. 



En este trozo las dificultades aumentan. A la caída de algún pino, hay que añadir las huellas profundas en el barro, producidas por las numerosas vacas que han pasado por allí. Bien es verdad que si las vacas no hicieran este recorrido nosotros tampoco podríamos pasar, ya que ellas, junto con los ganaderos que desbrozan lo suficiente para que ellas pasen, son los auténticos mantenedores de estos tramos de pista.



El deterioro de la pista viene provocado por una trocha de saca de madera que la cruza, impidiendo el paso para vehículos. Esta extracción maderera se realizó hace menos de diez años. Parece mentira que en estos tiempos pueda pasar algo así. Llama la atención la permisividad en unas acciones y la intransigencia en otras. Mientras se observan beneficios particulares con dinero público en unas trochas, se ven negligencias como esta, en una pista que podría dar muchas y muy buenas soluciones en caso de incendio (hipótesis con un grado considerable de probabilidad) en la zona.



Pasado el corte de la trocha, vuelvo a disfrutar de la suave pendiente de la pista, y del entretenimiento que produce el traqueteo provocado por la irregularidad del barro endurecido en parte. Pronto salgo a la Loma de Chunillas donde los ojos se recrean con las vistas primaverales.




Después de echar un pequeño trago de agua, emprendo la vertiginosa bajada hasta la carretera. Allí me da para probar los frenos y el amortiguador. Todo funciona a la perfección lo que permite un mejor disfrute.



Salgo a la carretera a escasos 500 metros de Ansó, llego a tiempo para ir a buscar a Elia y en una hora he probado la bici nueva y he disfrutado de un buen rato saliendo desde la puerta de casa, ¡que más se puede pedir!...




... ya estoy pensando en volver a probar la bici por algún otro rincón del valle.





martes, 15 de mayo de 2012

I Jornadas de iniciación a la ornitología. Ansó

Este fin de semana pasado el Camping Valle de Ansó organizó las primeras jornadas de iniciación a la ornitología. Se hicieron varias actividades a lo largo de todo el fin de semana.
Todo empezó el viernes con una extraordinaria exposición de fotografías de Josu Antón que adornaba la estancia donde se realizaban las charlas, conferencias y vídeos. En las fotografías que componían la exposición no solo había aves, sino que también había sentimientos, paisaje, luz y tradición.
El sábado por la mañana bajamos con Elia para disfrutar de las jornadas, y lo conseguimos. Mientras esperábamos el comienzo de las actividades, observamos la exposición de fotografías y también una colección de plumas de aves muy completa y que llamaba mucho la atención.





El sábado todo comenzó con unas nociones básicas de ornitología a través de un taller de identificación de aves del entorno. Pedro y los más pequeños fueron los auténticos protagonistas, bien guiados por buenos especialistas y donde todos aprendimos de todos.
La mañana se completó con un taller de cajas nido. Andreas trajo la materia prima perfectamente preparada y tras unos momentos de improvisación, para solucionar pequeños contratiempos como ocurre en todo gran evento, todos nos pusimos manos a la obra para montar las piezas.




Conforme pasaba el tiempo todo funcionaba muy bien, tecnología alemana. Las tablas casaban a la perfección, los clavos entraban en la madera a base de martillazos perfectos,... salvo algún pequeño roce en algún dedo, en fin, todo iba tomando forma y las cajas nido se iban completando.


Cuando nos fuimos a comer a casa, Elia estaba con unas ganas locas de enseñarle su casa para pájaros a todo el que pillaba por la calle. Además había puesto su nombre y la había decorado.

Por la tarde llegaba el plato fuerte de las jornadas. Arrancó con una mesa redonda sobre: "¿turismo ornitológico en la Jacetania una realidad?."
¡Que bien colocados estaban los interrogantes!.
Que contento me vi de observar que personas con muchísima experiencia en turismo rural ornitológico retrataran la realidad de este turismo, que para nada tiene que ver con la que nos ha transmitido la comarca a las personas dedicadas al turismo rural.


El representante de la comarca hizo su papel de político hablando de inversiones y de dinero, poco más podía hacer ante el huracán que le envolvió a base de valores para la conservación que solo se consiguen con educación y respeto.

El segundo plato de la tarde venía de la mano de Fernado Carmena, con él dimos un repaso a las especies del entorno. ¡Parecía magia!, con lo pesado que puede llegar a ser repasar todas las especies de una guía y escuchándole, la cosa se pasó en un pis pas... ¡que bueno es que las personas que saben, además, sepan transmitir!




Para postre, otra trasmisión de energía y entusiasmo a cargo de Manuel Aguilera, hablándonos y enseñándonos cosas sobre las aves necrófagas.


Vimos imágenes espectaculares rodadas en los muladares. También nos enseñó a diferenciar entre un muladar de verdad y lo que nos vende la administración como tales.

Quedó clara la nefasta gestión medioambiental de la administración, por un lado la comarcal con respecto al turismo ornitológico, realizando acciones con elevados costes, pero mal dirigidas e incluso innecesarias y sin planificación, y por otro la autonómica, en la gestión de los cadáveres de las explotaciones ganaderas, que no satisface ni a conservacionistas ni a ganaderos.

Al día siguiente la cosa fué mucho más distendida y relajada disfrutando de un paseo matutino por las riberas del Veral. Se dieron los correspondientes minutos de cortesía, y salimos hacia la presa vieja y la chopera cercana donde se ubicaba el antiguo molino de Ansó.




La mañana fue dando de si y la observación e identificación de aves se hacía una realidad. Vimos mirlos, taravillas, pinzones, un alcón abejero, cornejas, un alimoche, presenciamos la pelea en vuelo de un milano real y una corneja, aviones, carboneros,.... 





Todos aprendíamos unos de otros, bien es verdad que había gente que sabía mucho y ayudaban a los que sabían menos.
Había tiempo para todo, como siempre las piedras y los palos son un buen recurso para entretenerse.


Después, y con la colaboración de Jaime que tenía controlados unos nidos de buitre, nos trasladamos hasta el Achar de Ornat y al Fraile y la Monja donde, con ayuda de unos catalejos, todos pudimos ver pollos de buitre en los nidos con sus padres.

 



También vimos alimoches bien plantados en las rocas, y los palos y las piedras dejaron de ser el principal entretenimiento.




Luego volvimos hacia el Camping, unos andando, otros con coche, y otros con bici ( "la arcaica" aún sirve para estos paseos después de reparada). Ya se había pasado la mañana y el hambre apretaba.
Ante el rancho que había preparado Pedro no me pude resistir y con la compañia de Elena y Elia comimos con unos cuantos pajareros.



Las primeras jornadas de iniciación a la ornitología terminaron con éxito, no podía ser de otra manera con un buena organización, buena gente, buen ambiente y un precioso cartel que se queda para recordar un buen fin de semana en Ansó.

 


 

martes, 1 de mayo de 2012

Por el Vedau de Ansó en BTT

La tarde del viernes 27, aprovechando una tregua en la continua lluvia de estos días, cogimos las bicis Pablo, Marco y yo y decidimos ir al Vedau para bajar desde la Borda Cheso, por el camino de la Punta del Raso. Su reciente limpieza nos hacía pensar en que la bajada podría ser buena.



Partimos desde casa y vamos por la carretera en busca de la muga entre Ansó y Hecho por donde entra la pista del Vedau.
Subiendo el puerto "la arcaica" empieza a tener problemas con el cambio. Como por arte de magia, y cuando menos falta hace, la cadena salta hasta el piñón más pequeño. Intento corregirlo pero hasta que le pillo un pequeño truco no consigo remontar la cadena a donde corresponde para la subida del puerto. El cachondeito también va con la pobre bici, ...¡si no puede ser!, ¿dónde vas con ese penco?... esa es la linea de los comentarios, más o menos.



Cuando dejamos la carretera y entramos en la pista, en un par de rampas serias que hay al principio, el problemilla con el cambio continúa y hace que tenga que subir con la bici de la oreja,... de nuevo me caen todas...
Tras esas primeras rampas, la pista llanea cruzando toda la sierra del Vedau. Se convierte en un paseo agradable por el clima y divertido por el barro acumulado durante estos días de lluvia. Solo estropeado por el ruido de carracla de mi cadena subiendo y bajando por la corona de piñones como si estuviera poseída.




Cuando llegamos al final de la pista (Borda Cheso) dos mojones de piedra señalan la entrada del camino. Paramos lo justo para echar un trago, ponernos una camiseta y casco y nos lanzamos camino abajo.



Las primeras sensaciones son buenísimas, y pese a que el problemilla del cambio parece que ya no tiene solución, la bajada hace que pase a un segundo plano.



El camino sin piedras, hace que puedas tener una buena continuidad en la bajada, e incluso permite envalentonarse y coger una velocidad considerable. Lástima que me vea obligado a parar de vez en cuando para fotografiar cosas curiosas que se ven, como la espelunga (cueva en ansotano) de Sulibarra.




El propio camino también hace que me pare para fotografiarlo, e incluso permite tirar alguna foto sobre la marcha.







Mientras yo voy parando, Pablo y Marco disfrutan de la bajada y me esperan antes de pasar la zingla que tras cruzarla nos brinda la vista del pueblo.



Retomamos la marcha los tres, pero me vuelve a tentar y paro otra vez para fotografiar lo que veo, ¡que gozada!, parece que vayamos a saltar sobre los tejados. Cuando ya parece que no podía pasar nada más, arranco y me doy cuenta que he pinchado la rueda trasera. Pablo y Marco ya han llegado al pueblo y como estoy tan cerca no reparo el pinchazo y bajo caminando los últimos metros de los 16,5 kilómetros realizados. Cuando llego, las bromas continúan,... es un día propicio.




El camino ha quedado espectacular, tanto para caminar como para ir con la bici. Solo me quedan ganas de volver para hacer el recorrido sin problemas mecánicos y poder bajar sin pensar en parar para hacer fotos.