viernes, 28 de diciembre de 2018

Circular desde Gabardito. La Cuta-Gabás-Foratón

No quiere nevar y los días van pasando, pero las opciones siguen siendo múltiples. Los días soleados y suaves permiten disfrutar de las alturas de forma diferente a como debería ser para la época del año en la que estamos.




Esta mañana he decidido acercarme al vecino Valle de Hecho para dar una vuelta. Ya hace un tiempo que tenía metido en la cabeza el subir a La Cuta. Bien es verdad que lo de recorrer el cordal hasta el Puntal Alto de Lo Foratón lo tenía pensado hacer con esquís, pero la opción de ir a dar un paseo con el tiempo que hace tampoco está mal.




La remontada desde Gabardito hasta la Punta de La Cuta resulta entretenida. En el bosque te puedes encontrar con corzos y jabalíes como me ha pasado a mí y si miras al cielo no será raro observar el quebrantahuesos.




Mientras me iba acercando a la Punta de La Cuta, el sol iluminaba poco a poco las espectaculares Fajas de Agüerri y lo Caznarez y la altura me permitía tener unas muy buenas vistas de las Agujas de Ansabere.




Una vez montado en la Punta de La Cuta y situado en el largo cordal de la Sierra de Dios Te Salve hasta el Pico La Cuta, todo resulta fácil en un día soleado y despejado. Solo es cuestión de dejarse llevar.




Vistas espectaculares hacia todos los lados me permiten seguir avanzando sin darme cuenta. Al llegar al Pico de La Cuta, decidí alargar la excursión y acercarme hasta el Puntal Alto de Lo Foratón recorriendo la Sierra de Gabás en lugar de bajarme hacia Plandániz desde allí como tenía pensado. El día lo merecía.




Dicen que las piedras de la Sierra de Gabás son las mejores para afilar, pero parece que para la construcción tampoco van mal. En cualquier caso no he bajado ninguna, aunque no habrá sido por no mirar si había alguna de tamaño y forma adecuada. El problema era tener la vista en el suelo con todo lo que tenía alrededor.





Echando la vista atrás aparece buena parte del cordal recorrido y por donde tenía pensado bajar. Pero ya estaba en el Puntal Alto de Lo Foratón y la cosa no tenía remedio, no obstante, aún podría llegar a casa a comer si no me entretenía mucho.




El descenso hacia Plandániz lo hice retrocediendo un poco para buscar el camino que baja desde la Punta de Gabás.




Las charcas a medio helar y el agua corriendo por los barrancos no hacen pensar que estamos a fin de año, parece la inocentada si no fuera por que no solo es este día en el que está ocurriendo esta situación en los último días.




Poco me entretuve y al final llegué a comer a casa a la hora. Día espectacular en el que el disfrute fue total por las vistas, por los animales que me encontré por el camino, por el recorrido y por tener tan a mano semejantes maravillas.














domingo, 23 de diciembre de 2018

Primeros metros y giros de la temporada. Arette-La Pierre Saint Martin

Ayer por fin pude quedar con Pablo y Aro para ir a esquiar. Mientras que ellos llevan acumulados unos cuantos miles de metros yo no había podido estrenarme en esta temporada todavía. Muchas faenas, formación y estudio durante los últimos dos meses han tenido una pequeña tregua en estos días y eso había que aprovecharlo.




El día no salió muy bueno, encapotado en la base de la estación de Arette-La Pierre Saint Martin y con temperatura bastante suave. Pablo y Aro pese a haber estado el día anterior, estaban sorprendidos de la situación que se veía. La temperatura suave había hecho que aparecieran muchas calvas por la base de la estación. 




Conforme íbamos subiendo la niebla se hacía cada vez más espesa y el chirimiri empezaba a mojar, pero para mí estaba todo muy bien. Las ganas que tenía de salir al monte me hacían disfrutar como si estuviera esquiando sobre nieve polvo en un día espectacular.




Poco tiempo perdimos en la parte alta de la estación. El tiempo no favorecía pero las ganas que tenía de dar los primeros giros si. No me había llevado las gafas de ventisca y al final, probando, decidí bajar sin gafas, ...total para lo que había que ver. Pero aún así y aunque Pablo y Aro comparaban la nieve y el día con el anterior, y en la comparación la cosa no salía nada a favor del día, para mi seguía siendo buenísimo.




Por la mañana no tenía claro que pudiera dar un par de vueltas en el tiempo previsto ya que tenía comida familiar, y mi estado de forma no sabía como iba a responder, pero al llegar a la parte más baja de la estación me vi con ganas de más. Así que volvimos a poner las pieles y remontamos para arriba de nuevo.





Otra vez, al ganar cota, la niebla se hacía cada vez más espesa, pero la sensación de foquear, y además cómodo por el ritmo suave que pusieron Pablo y Aro, hacían que estuviera disfrutando como un crío con zapatos nuevos. Incluso les conté que mi felicidad podría ser comparable a cuando Elia en su primer viaje en coche en el asiento delantero me aseguró que era el día más feliz de su vida.




Un descenso hasta el coche sin pérdida de tiempo y hasta con algún pequeño y divertido pique, nos permitió celebrar el día con una cerveza artesana en El Ferial, y aún pude llegar con tiempo sobrado a la posterior comida familiar que formaron parte de un buen día. La nieve húmeda y algo justa, la niebla y el chirimiri no pudieron con las ganas que tenía de pasar un día por el monte disfrutando como pocas veces. ¡Muy contento!