martes, 13 de diciembre de 2011

Linza-Cubilar de Romo-Sobrante-Foya de los ingenieros

El pasado mayo se celebraron las primeras fiestas de Linza. Ana y Patxi estaban entusiasmadas con el reto y lo transmitían. Toda la organización supone un gran esfuerzo, y al comentarme si podría preparar una salida al monte les dije que sí, cualquier cosa para ayudar a la gente que te trata tan bien y que te tiene en cuenta para ayudar.
Para mi también era un reto, quería que saliera bien. Había que tener muchas cosas en cuenta, y además me apetecía hacer algo diferente a una pateada sin más. Entre otras cosas, se trataba de entretener por el monte a un grupo que se predecía dispar, podía haber gente mayor, niños, jóvenes que, evidentemente estaban de fiestas, no se trataba de hacer una machacada, tampoco de hacer un rollo educativo que durmiera al personal y aburriera a los más pequeños,...
En realidad había que hacer un cóctel que gustara a todo el mundo y eso no era fácil.
Comencé preparando un pequeño panfleto, para que la gente que estaba el fin de semana en el refugio supiera en que iba a consistir la salida al monte.




Este panfleto nos serviría de guión para no divagar demasiado, ante la cantidad de posibilidades que nos ofrece la zona, con respecto a sus recursos naturales, y además nos permitiría salirnos de la rutina habitual de cualquier visita guiada que ofrezca cualquier empresa con objetivos medioambientales educativos.
Se trataba de plantear una serie de cuestiones e intentar aprender "todos de todos", teniendo el guión como moderador.

Más tarde que pronto nos pusimos a caminar, entrando por la trocha de la parte de atrás del refugio. Serían cerca de las once de la mañana, no había prisa y el sábado noche pesaba en parte de la expedición.


Después de cruzar un barranco y alcanzar un pequeño claro aterrazado, el Cubilar de Romo, hicimos la primera parada. Cogimos el guión que había preparado y empezamos a aprender todos.


Descubrimos que aquellas terrazas, en su día habían tenido un fin. Se creó un huerto semillero, del que, aprovechando su definición literal, descubrimos el porqué de su ubicación en ese lugar y no otro. Todo esto lo comentamos a la sombra de unas espectaculares hayas que rodean el cubilar.
También aprovechamos para ver la realidad de una señalización de madera para su aprovechamiento en la antigua serrería de Ansó. La no ejecución de la marcación nos permite ver los criterios seguidos, para la realización de los distintos tipos de aprovechamientos selvícolas, que se pueden hacer en un bosque.


Tras esta parada, nos ponemos en marcha hasta la caseta del sobrante de Linza, donde los que no salieron la noche anterior, ya piensan en reponer fuerzas.



Aquí, comentamos el descuido general de las casetas del monte, y el poco interés institucional de mantenerlas, así como el acoso vandálico que sufren.
También hablamos de la transformación del paisaje, como consecuencia de la disminución de la carga ganadera. Comentamos la disminución de las praderas, el aumento de los bosques y el embastecimiento del pasto.
Después de cruzar la ladera del Sobrante, bajamos hasta la foya de los ingenieros buscando la sombra, ya que el día era espectacular y el calor apretaba.


En esta sombra comentamos temas geomorfológicos, y debatimos sobre el origen de las "foyas", tan abundantes por la zona, haciendo hincapié en el paisaje kárstico que tanto nos rodea e influye.



Como último tema del día debatimos sobre los tejos bajo un ejemplar que preside la Foya de los Ingenieros, de sus poderes mágicos, de su longevidad, de su toxicidad,....


Al final, y con el aliciente que había creado la conversación del tejo nos animamos a descubrir unos tejos que hay cerca de la Foya de los ingenieros, que están catalogados por el Gobierno de Aragón, precisamente por su longevidad. Tras introducirnos en una zona en total regeneración y con una gran espesura, llegamos a los tremendos tejos catalogados, donde seguimos con una animada conversación.


A partir de allí, la bajada hacia el refugio fue sosegada, después de la intensidad del paseo. En el refugio nos esperaban las alubias, todos teníamos buena gana, ya que eran aproximadamente las dos de la tarde cuando empezábamos a comer.
Los comentarios que recibí fueron de lo más agradables. En ellos predominaba la sorpresa, ya que no se esperaban algo así, lo habían encontrado entretenido y diferente,...OBJETIVO CUMPLIDO!!!
Yo estaba contento, y aunque no hiciera falta, quería trasladar la felicidad al refugio de Linza por haber conseguido un éxito en sus primeras fiestas, y en especial a Ana y Patxi por el tesón en su realización.
Después de comer asistimos entretenidos a una espectacular tómbola que alargó la sobremesa hasta la tarde.
¡Esperamos que las fiestas del año que viene sean todavía mejores!, no sin antes agradecer a Kasilda de casa Alejos de Fago su apoyo, y el haberse convertido en reportera gráfica de la excursión, prestándonos todas sus fotos para ésta crónica.