martes, 21 de febrero de 2023

Petrachema con esquís. Valle de Ansó

 El pasado 11 de febrero quedamos Pablo, Pep, Nieves, Alba, Ibón, Elia y yo para ir a Petrachema. Elia estaba muy ilusionada, era la primera vez que subía con esquís a Petrachema y además era también la primera vez que iba en grupo.




Hasta ahora siempre que habíamos ido de travesía, habíamos ido los dos solos y eso de estar con más gente le motivaba mucho y estaba super contenta.




Pep se dio la media vuelta un poco antes de llegar al Collado de Linza al ver que su dolor en los pies no mejoraba.




En el Collado de Linza paramos a echar un pequeño tentempié y Alba también decidió volver a Linza. A partir de allí nos quedamos Pablo, Ibón, Nieves, Elia y yo y nos pusimos rumbo a la arista de Petrachema con la intención, si se podía, de bajar esquiando la pala de Petrachema y completar así una clásica circular de la zona.




Al llegar a la base de la arista de Petrachema necesitábamos poner crampones ya que la nieve escaseaba por todo el filo y no podíamos subir con los esquís calzados.




Perdimos algo de tiempo, pero pasamos uno de los mejores ratos de la mañana. Los problemas en ajustarse los crampones en los pies y los esquís en la mochila nueva de Ibón, acompañado con su habitual "chispa", hicieron que nos doliera la tripa de tanto reírnos. 




Recuperados de la risa arrancamos hacia la cima de Petrachema. Elia estaba contenta de verse arriba ...y con esquís.




En la punta no perdimos mucho tiempo pero aún nos dio para que uno de los muchos que allí había nos hiciera una foto. Maja estampa de tres ansotanos y dos chesos compartiendo la cima de Petrachema.



La bajada por la pala no fue de las mejores. La nieve, sobre todo en su parte más alta, escaseaba y no dejaba disfrutar de su buena pendiente. A partir de la mitad de la pala y toda la bajada por el Barcal de Linza compensó con creces la deficiencia del inicio del descenso, completando una jornada de monte, esquí, risas y compañía difícil de superar.
Unos huevos fritos en el Refugio de Linza con el resto del equipo pusieron la guinda a un día bien majo.











martes, 17 de enero de 2023

Ruta de las escaleretas de Lecina y abrigos de Barfaluy

 El pasado sábado 14 de enero nos bajamos con Elia hasta Lecina. Queríamos conocer la ruta de las escaleretas por el cañón del Río Vero




La idea era hacer una circular bajando hasta el lecho del río por el antiguo Molino de Lecina y remontar por "las escaleretas" hasta el mismo pueblo de donde habíamos partido.




También sabíamos que teníamos que cruzar el río en dos ocasiones pero como no sabíamos que cantidad de caudal bajaba nos llevamos calzado para poder mojar y una toalla para secarnos. Fue un acierto porque aunque la cantidad de agua que bajaba no era grande, si que era lo suficiente para que no sobresaliera ninguna piedra por donde pasar sin mojarnos. 




La escarcha que había en la orilla no invitaba a descalzarse y menos aún a mojarse, pero lo hicimos sin pensarlo mucho. Cruzamos rápido y luego nos cambiamos también rápido obteniendo una muy buena sensación con los pies calientes dentro de las botas secas.




Enseguida que empezamos a remontar, nos dio el sol y la temperatura empezó a resultar de lo más agradable. El resguardo de las paredes resultaba muy efectivo.




También nos habíamos llevado el casco y los arneses por si acaso. Mientras que los arneses no los utilizamos, si que nos pusimos el casco. No había nadie por la zona para que nos pudiera mover alguna piedra, pero los buitres que asustábamos nos hicieron pensar que al despegar sobre nosotros podrían echarnos alguna encima.




La ruta, aunque aérea, resulta sencilla y además entretenida, descubriendo abrigos continuamente y buscando las pinturas rupestres que en ellos hay.




Después de remontar las paredes vimos que podíamos acercarnos hasta otros abrigos cercanos. Los Abrigos de Barfaluy merecen la pena. Tienen unas vistas espectaculares y además de las abundantes pinturas rupestres hay una colección de antiguas colmenas  en el "arnal" de Barfaluy donde se explica el aprovechamiento de la miel de forma artesanal.
 



Una vez localizadas unas cuantas pinturas y de haber disfrutado de la zona, cogimos el camino de retorno hacia Lecina.




Después de echar un buen bocado al llegar al coche nos acercamos hasta la Carrasca de Lecina. Ésta merece una visita, motivos tiene para haber sido declarada como "Árbol europeo del año 2021". Las dimensiones y el porte de esta carrasca milenaria resultan espectaculares.




Un paseo por el pueblo de Lecina dio por terminado un día primaveral de enero de lo más entretenido. Solo faltaba volver a casa y observar la llegada de la nieve prevista con ganas.