lunes, 27 de marzo de 2023

Argüis-Peña Gratal

 El pasado 13 de febrero me bajé hasta Argüis sin prisa, con la intención de subir a pernoctar en la punta de la Peña Gratal. Salí de Ansó hacia el mediodía y comí en la presa del pantano con tranquilidad para llegar con buena hora a la punta y no tener mucho más que hacer excepto echar alguna foto del atardecer.




El tiempo era frío y sano, lo que permitía que en la umbría por donde sube el camino la nieve apenas hubiese trasformado. 




Al principio, y nada más cruzar la presa del pantano, entra el camino que más bien es una pista forestal. Después hay que seguir la linea del gas y posteriormente entras en un tramo de bosque bien majo donde se mezclaban los pinos, las hayas, los robles y algún tejo suelto que aparecía entre la espesura de los bojes bien frondosos.




Remonté muy tranquilo, llevaba peso en la mochila y tenía tiempo de sobras. Paré a echar un buen trago de agua en la Fuente Gratal. Solo en este altiplano con vistas a la cima, la nieve dejaba de ser continua y también allí había trasformado algo.




En el ascenso final a la punta la nieve volvía a ser continua. Era una nieve fría que, pese a que el fin de semana el sendero había sido utilizado como tobogán, me permitía sujetarme con la suela de las botas. Tenía la tranquilidad de que llevaba crampones, pero no llegué a utilizarlos por el estado comentado.




Pese a ir muy despacio, llegué con tiempo suficiente para preparar todo. Busque un sitio para dormir, monté el trípode y la cámara. y me entretuve echando fotos. 



 
Después de un rato, preferí cenar con luz, para así cuando terminara con las fotos meterme en el saco sin perder tiempo, ya que el viento en la punta no era suave y se dejaba notar.




Conforme iba bajando el sol las cosas se veían de distinta manera y disfrutaba con lo que tenía delante. Estaba tan atento a como se escondía el sol, que solo notaba el frío de la mano derecha cuando me quitaba el guante para tocar la cámara.  




Iba oscureciendo y aquello aún era más majo. ¡Que gozada!





Cuando todo quedó oscuro, y viendo el reflejo de Huesca allí abajo, recogí y me metí en el saco con la intención de disfrutar a la mañana siguiente con el amanecer...

...continuará



Track del recorrido

martes, 21 de febrero de 2023

Petrachema con esquís. Valle de Ansó

 El pasado 11 de febrero quedamos Pablo, Pep, Nieves, Alba, Ibón, Elia y yo para ir a Petrachema. Elia estaba muy ilusionada, era la primera vez que subía con esquís a Petrachema y además era también la primera vez que iba en grupo.




Hasta ahora siempre que habíamos ido de travesía, habíamos ido los dos solos y eso de estar con más gente le motivaba mucho y estaba super contenta.




Pep se dio la media vuelta un poco antes de llegar al Collado de Linza al ver que su dolor en los pies no mejoraba.




En el Collado de Linza paramos a echar un pequeño tentempié y Alba también decidió volver a Linza. A partir de allí nos quedamos Pablo, Ibón, Nieves, Elia y yo y nos pusimos rumbo a la arista de Petrachema con la intención, si se podía, de bajar esquiando la pala de Petrachema y completar así una clásica circular de la zona.




Al llegar a la base de la arista de Petrachema necesitábamos poner crampones ya que la nieve escaseaba por todo el filo y no podíamos subir con los esquís calzados.




Perdimos algo de tiempo, pero pasamos uno de los mejores ratos de la mañana. Los problemas en ajustarse los crampones en los pies y los esquís en la mochila nueva de Ibón, acompañado con su habitual "chispa", hicieron que nos doliera la tripa de tanto reírnos. 




Recuperados de la risa arrancamos hacia la cima de Petrachema. Elia estaba contenta de verse arriba ...y con esquís.




En la punta no perdimos mucho tiempo pero aún nos dio para que uno de los muchos que allí había nos hiciera una foto. Maja estampa de tres ansotanos y dos chesos compartiendo la cima de Petrachema.



La bajada por la pala no fue de las mejores. La nieve, sobre todo en su parte más alta, escaseaba y no dejaba disfrutar de su buena pendiente. A partir de la mitad de la pala y toda la bajada por el Barcal de Linza compensó con creces la deficiencia del inicio del descenso, completando una jornada de monte, esquí, risas y compañía difícil de superar.
Unos huevos fritos en el Refugio de Linza con el resto del equipo pusieron la guinda a un día bien majo.