domingo, 17 de enero de 2021

Circular con esquis desde la Fuente de los Clérigos, Ansó. Paso del Oso-Achar del Caballo

El pasado lunes 11 de enero y aprovechando la sorprendente (al menos en los pueblos del Pirineo) suspensión de clases, decretada por el Gobierno de Aragón y motivada porque nevó en Zaragoza, nos fuimos con Elia a esquiar.




Como últimamente, salió un día despejado y frío, y aunque en el fondo de valle no se notaba apenas el viento, se intuía que en las alturas éste estaba bien presente. La nieve estaba fría y seca pero se notaba que ese viento había hecho cierto trabajo.




Elia estaba encantada con este extraño día sin escuela, no obstante de todo se aprende y hoy no iba a ser diferente. Observábamos con atención el trabajo del viento sobre el manto nivoso y como modificaba las condiciones de éste en cuestión de horas.




También observábamos el sonido de la nieve al pasar con los esquís, al clavar el bastón y la huella que dejábamos según pasábamos por zonas de nieve endurecida por acción del viento o por zonas de nieve suelta, ¡toda una escuela en el monte!.




También probábamos las alzas para superar pendientes más pronunciadas y las consecuencias que tienen en la comodidad de la progresión y en el beneficio para nuestro cuerpo minimizando la hiperextesión muscular y articular en las piernas principalmente.




Algún que otro test rápido para observar como son y como se pueden comportar las placas de viento que se iban formando en el manto también llamaban la atención de Elia que observaba con curiosidad.




Unas cuantas vueltas marías que le encanta hacer, nos colocaron en la parte más alta de la excursión. Allí el viento se dejaba notar, así que perdimos poco tiempo e incluso buscamos el resguardo del bosque para quitar las pieles.




En el bosque la nieve se mantenía muy bien. Elia nunca había esquiado antes por un bosque así, y al principio lo cogió con prudencia girando en cuña y bajando lentamente. Tenía cierto reparo por "tragarse un haya", me comentaba.




Poco duraron los miramientos y enseguida vio que la nieve le permitía dominar la bajada y soltó el freno disfrutando del esquí por el bosque. "¡Me encanta!", repetía una y otra vez.




Pese a la mañana intensa en disfrute y aprendizaje a Elia se le hizo corto. No solo la bajada sino también la entretenida y provechosa subida, ...¡me ha gustado todo!, decía.


Una mañana entretenida por el monte, en un día y con una nieve buenísima, de diversión, formación y disfrute en plena naturaleza, suplieron un raro día sin escuela.
En Ansó (y en todo el Pirineo) ha habido y habrá días mucho más difíciles para asistir a las clases, se entiende que pueda ser complicado detectarlo desde la sede del Gobierno de Aragón, pero hay mecanismos para conocerlo siempre que haya interés en ello.