domingo, 22 de mayo de 2016

Circular en BTT desde Fago: Fórcala-Villareal de la Canal-Gabarre-Val d´as Fuens

Ayer sábado me fui a dar una vuelta con la bici. Para ello me trasladé a Fago desde donde inicié una interesante circular por la pista de Fórcala. No cabe duda que para realizar recorridos de BTT, partir de esta localidad es un lugar ideal que permite enlazar el monte de Ansó con la Canal de Berdún e incluso la zona Navarra.




Las posibilidades de avanzar por la cantidad de pistas que hay en la zona permiten multitud de combinaciones para disfrutar de lo lindo y alucinar con los contrastes que se pueden observar al movernos entre un perfil altitudinal que oscila entre los más de 1300 metros de la Sierra de Fórcala y los escasos 600 de la Canal de Berdún.




Desde el Plano de la Sierra echo un vistazo a los picos que mantienen una gran cantidad de nieve para esquiar. Una pequeña inflamación en la tibia no me permite colocarme las botas de esquiar en unos días con lo que ya doy por terminada la temporada. Ante el fastidio que me produce esta situación, no hay más que buscar alternativas como la del paseo que estoy describiendo.




Tras cruzar la Collada Cornaval me enfrenté a una vertiginosa bajada hacia los terrenos agrícolas de la Canal de Berdún. Hace un par de años que se arregló este tramo de pista permitiendo circular a todo-terrenos que antes no lo podían hacer, al menos de manera normal, y recorrerlo con la bici también permite avanzar de forma más cómoda.




Una vez en la parte baja tomé el itinerario ecuestre en dirección a Majones para dirigirme hacia Villareal de la Canal. Una motoniveladora había estado trabajando recientemente y había dejado la pista planchada. A cambio, una gran cantidad de polvo se ponía en la cadena y los pies.





Siguiendo las recomendaciones de Pablo me dirigí hacia Villareal de la Canal donde tomé una pista que me llevaría hacia Lorbés. Después de mojarme los pies cruzando el Barranco de Majones la cadena parece que eliminó gran parte del polvo acumulado en el tramo recién arreglado.




Al tomar la pista desde Villareal de la Canal en dirección a Lorbés y pasar junto a una explotación ganadera salió a recibirme un mastín como suelen hacerlo ellos. Realmente acojonan. Decidí bajarme de la bici y tratar de hacerme amigo suyo ya que aún tenía que acercarme más hasta la puerta de la explotación para seguir mi camino. Con unas cuantas caricias la cosa mejoró bastante y caminando con la bici de la oreja y sin dejar de acariciar al perrito fuimos avanzando poco a poco. Cuando ya parecía que aquello se acababa, un segundo mastín salió sin haberse enterado de que nos habíamos echo amigos con su compañero (en realidad descubrí que era compañera y que además estaba criando). No me costó hacerme amigo suyo también, y cuando ambos decidieron que no era una amenaza para su explotación, me dejaron de escoltar y pude montarme tranquilamente en la bici y continuar mi camino.




El tramo recomendado por Pablo resultó majísimo. Después de remontar un poco, hay que descender por otro ramal en busca del barranco del Sacal y tras cruzarlo, unos tramos escondidos te sacan hasta la carretera de Lorbés. Sin subir al pueblo descendí por asfalto poco más de un kilómetro para buscar el la entrada de la pista de Gabarre.





Acercándome de nuevo al término ansotano tras adentrarme un rato por la pista, comienzan las rampas de Valletrevoz. Impresionante paco donde un fresco hayedo ayuda para la remontada.




Desde la Borda Morico me despedí de las vistas de la Canal y tras dos cruces más de pistas con descenso y remontada posteriores me planté en la frescura de Val d´as Fuens. Después, la Peña Zelún me indicó que la vuelta llegaba a su fin.




Una de las muchas posibilidades que ofrece la zona para disfrutar de la bici combinando pistas y que permiten pasar un buen rato disfrutando de una gran diversidad de paisajes. 










lunes, 16 de mayo de 2016

Pico Tempestades con esquís de travesía. Benasque.

Para ayer domingo había unas muy buenas previsiones meteorológicas. No fuimos pocos los que quisimos aprovecharnos de esa predicción, a tenor de la cantidad de gente que había en el refugio de pescadores de Vallibierna. La mañana amaneció despejada, aunque se veían nubes agarradas en las puntas, pero como la previsión era la que era, lo normal era que poco a poco fueran desapareciendo. Así que colocamos los esquís en la mochila y arrancamos hacia nuestro objetivo.




Mientras llegábamos a la nieve, por encima de la Pleta de Llosás, veíamos las coladas de nieve del día anterior y la "meteo" en lugar de mejorar lo que hacía era empeorar y empezaba a nevar.




A ratos se aclaraba y a ratos se tapaba, pero las puntas se mantenían tapadas y los copos seguían cayendo, unas veces con más intensidad y otras con menos.




Pasado el Ibón de Llosás, remontamos las primeras y más fuertes rampas de los aproximadamente 900 metros de desnivel directos que restan hasta la cima. Mientras, los ratos que parecía que quería despejar nos permitía al menos ver el Russell.




Cuando la cosa se animaba y permitía casi ver el pico Tempestades, los claros hacia el sur eran muy grandes y las vistas hacia el pico Vallibierna resultaban espectaculares. Pero poco duró esta situación, volviéndose a cerrar y poniéndose a nevar más en serio. Donde deberíamos haber visto una muy buena imagen del Aneto solo veíamos nubes y niebla.




Al llegar a los últimos metros nos juntamos con más gente, entre ellos Chemary de MasPirineo y todos compartimos las nulas vistas que allí había, una lástima.




Esta vez la foto de cima nos la hizo Chemary y por una vez salimos de cuerpo entero justo cuando observamos que parecía que quería despejar. No nos lo pensamos dos veces y fuimos rápidamente a por los esquís ante la posibilidad de esquiar con visibilidad. Nosotros habíamos dejado los esquís un poco más abajo pensando que no podíamos salir con ellos puestos desde la cima pero Chemary nos demostró que si hay posibilidad, ...¡y muy buena!.




La esquiada resultó muy buena, con una visibilidad más que aceptable y una nieve espectacular. Al final, trampeando, pudimos llegar hasta el puente de madera de la Pleta de Llosás, con los esquís puestos.




La porteada hasta el coche resultó entretenida comentando las mejores jugadas de la jornada y veíamos como al final el tiempo se iba acercando a las previsiones, aunque las cimas, como durante toda la mañana, permanecían ocultas hacia el norte. Una muy buena jornada de esquí con encuentros agradables en una avanzada temporada.