jueves, 21 de enero de 2021

Circular con raquetas desde Linza, Ansó. Achar del Caballo y Paso del Oso

El pasado martes 12 de enero y segundo día sin escuela en Ansó por la nieve caída en Zaragoza, decidimos aprovechar e ir a disfrutar de la nieve de Ansó a Linza. Así, Elia, Elena y yo, decidimos dar un paseo con raquetas por los alrededores del Refugio de Linza.




A las diez de la mañana aún no entra el sol en el aparcamiento de Linza en estas fechas, así que se dejaba notar, y bien, la baja temperatura del día. Sin perder mucho tiempo nos calzamos las raquetas y, aún con las manos frías, empezamos a entrar en calor con la subida directa al Achar del Caballo.




Los rayos de sol que entraban entre las hayas permitían, junto con el esfuerzo de la ascensión, que las manos y el cuerpo entrase en calor, eliminando la sensación de frío inicial.




Pronto, esa sensación se tradujo en realidad y empezó a estorbar algo de ropa. El abrigo del bosque permitía eso, además de que Elia estaba contentísima de enseñar a su madre por dónde había bajado con los esquís el día anterior, al tropezarnos con alguna de las huellas de sus giros.




Al salir del bosque las vistas se ampliaban notablemente y el contraste de estar como encerrado a salir al exterior se dejaba notar, y decidimos volver a abrigarnos para disfrutar del panorama.




Aunque el viento no era fuerte donde nos encontrábamos, las formas de las nubes nos indicaban que por las alturas éste seguía siendo fuerte. Además, de vez en cuando seguíamos viendo, aunque menos que el día anterior, como la nieve seguía levantándose arrastrada por el viento en los perfiles de las cumbres.




En la bajada, el sol y la orientación adecuada, volvió a permitirnos quitar ropa, incluso la nieve comenzaba a transformar y provocaba hasta algún patinazo.




La nieve, dentro del bosque seguía manteniéndose suelta, la menor incidencia de los rayos del sol y la menor afección del trabajo del viento permitían esta situación.



Elia explicaba a Elena lo aprendido el día anterior con respecto a las placas de viento, incluso intentando realizar test rápidos con el bastón como habíamos hecho el día anterior.




En las partes bajas encontramos huella hecha, lo cual se dejaba notar y favorecía un avance mucho más cómodo.
 



Al llegar al Achar del Caballo de nuevo, una vez dado el paseo, solo quedaba bajar hasta el Plano de la Casa. Elia observó desde arriba que alguno de sus amigos de la escuela también habían decidido aprovechar el día sin escuela en Linza y echó a correr desapareciendo para juntarse con ellos.


Con Elena bajamos más relajados disfrutando de una mañana espectacular en el entorno de Linza. Casi se había hecho la hora de comer, y también se había hecho buena gana de comer, así que perdiendo el tiempo justo, decidimos bajar a casa para solucionarlo.









domingo, 17 de enero de 2021

Circular con esquis desde la Fuente de los Clérigos, Ansó. Paso del Oso-Achar del Caballo

El pasado lunes 11 de enero y aprovechando la sorprendente (al menos en los pueblos del Pirineo) suspensión de clases, decretada por el Gobierno de Aragón y motivada porque nevó en Zaragoza, nos fuimos con Elia a esquiar.




Como últimamente, salió un día despejado y frío, y aunque en el fondo de valle no se notaba apenas el viento, se intuía que en las alturas éste estaba bien presente. La nieve estaba fría y seca pero se notaba que ese viento había hecho cierto trabajo.




Elia estaba encantada con este extraño día sin escuela, no obstante de todo se aprende y hoy no iba a ser diferente. Observábamos con atención el trabajo del viento sobre el manto nivoso y como modificaba las condiciones de éste en cuestión de horas.




También observábamos el sonido de la nieve al pasar con los esquís, al clavar el bastón y la huella que dejábamos según pasábamos por zonas de nieve endurecida por acción del viento o por zonas de nieve suelta, ¡toda una escuela en el monte!.




También probábamos las alzas para superar pendientes más pronunciadas y las consecuencias que tienen en la comodidad de la progresión y en el beneficio para nuestro cuerpo minimizando la hiperextesión muscular y articular en las piernas principalmente.




Algún que otro test rápido para observar como son y como se pueden comportar las placas de viento que se iban formando en el manto también llamaban la atención de Elia que observaba con curiosidad.




Unas cuantas vueltas marías que le encanta hacer, nos colocaron en la parte más alta de la excursión. Allí el viento se dejaba notar, así que perdimos poco tiempo e incluso buscamos el resguardo del bosque para quitar las pieles.




En el bosque la nieve se mantenía muy bien. Elia nunca había esquiado antes por un bosque así, y al principio lo cogió con prudencia girando en cuña y bajando lentamente. Tenía cierto reparo por "tragarse un haya", me comentaba.




Poco duraron los miramientos y enseguida vio que la nieve le permitía dominar la bajada y soltó el freno disfrutando del esquí por el bosque. "¡Me encanta!", repetía una y otra vez.




Pese a la mañana intensa en disfrute y aprendizaje a Elia se le hizo corto. No solo la bajada sino también la entretenida y provechosa subida, ...¡me ha gustado todo!, decía.


Una mañana entretenida por el monte, en un día y con una nieve buenísima, de diversión, formación y disfrute en plena naturaleza, suplieron un raro día sin escuela.
En Ansó (y en todo el Pirineo) ha habido y habrá días mucho más difíciles para asistir a las clases, se entiende que pueda ser complicado detectarlo desde la sede del Gobierno de Aragón, pero hay mecanismos para conocerlo siempre que haya interés en ello.