jueves, 28 de febrero de 2019

Napazal y Mesola desde Lizara con esquís

Sigue el anticiclón y aunque para hoy no había convencido a nadie para ir a esquiar, ayer decidí ir solo. Ante el corte de carretera por obras, que hay entre Ansó y Zuriza y que me acordaba de las laderas que bajan de Napazal hacia el Valle de Aísa y que nunca las esquiamos porque vamos a otros sitios, decidí ir a Lizara para esquiarlas tranquilamente.




Esta mañana, como ya estamos acostumbrados en esta primavera adelantada, la nieve estaba dura y aunque en el llano de Lizara se podía foquear, al llegar al Barranco de Articuso tocó portear un poco. Veía huellas de bajada por el barranco, pero no quise arriesgar a subir por él por si no estaban todos sus resaltes cubiertos. Eso me hubiera resultado incómodo con la nieve tan dura y pretendía dar un paseo cómodo y sin complicaciones.




En las últimas rampas al Collado del Bozo me ha tocado poner cuchillas para subir mejor. Una vez en el collado se abría el abanico de posibilidades.




Eran alrededor de las diez de la mañana y aún podía dejar pasar el rato para que la nieve transformara a la conocida "crema pirenaica" (como dice Miguel) y disfrutarla de lo lindo.




Así que me he montado sobre el cordal que una la Punta Napazal, Petrito y Mesola y me he puesto a mirar las posibles bajadas. 




¡Que jaleo!, todas las posibles bajadas me parecían buenas, ...y eran buenas. Ante tal incertidumbre, y que me encontraba tan a gusto por el cordal he decidido seguir por el con la vista puesta en el Pico Mesola. Aunque no era el objetivo del día poco a poco iba entrando en las posibilidades.




Una vez alcanzado Petrito, la decisión estaba tomada. El Mesola iba a caer. He dejado los esquís al poco de salir de Petrito ya que la subida al Mesola estaba algo justa y con el piolet en la mano y buscando la nieve más transformada me he encaramado a él sin problemas.




Ya había ganas de coger las laderas y además la "crema pirenaica" estaba en su punto. Así que después de mirar y mirar laderas de bajada, en la Punta de Petrito he quitado las pieles y me he echado para abajo. ¡Menos mal que todas las bajadas eran buenas!





La bajada, espectacular. Solamente, para llegar al fondo de valle, he tenido que prestar un poco de atención y elegir bien por que barranco bajar para no meterme en algún "fregao", por lo demás descenso a placer por cualquier sitio.




Abajo, un tentempié, colocar pieles y remontar hasta el Collado del Bozo. En el primer tramo de la remontada, para salvar el circo del valle, la nieve estaba bastante podrida y el agua se oía correr por debajo, lo cual no me gustaba mucho y no he perdido mucho tiempo en pasarlo, lo que me ha costado una buena sudada.





Cuando he llegado al Collado del Bozo, la nieve que por la mañana estaba dura, había transformado también a "crema pirenaica". Todo perfecto para disfrutar de otra buena bajada hasta el Refugio de Lizara.




En el descenso he ido a buscar el Barranco de Articuso, esta vez desde más arriba que otras veces y he comprobado que todos sus resaltes siguen cubiertos lo que me ha permitido eliminar, casi por completo, la porteada de la mañana. Una buena jarra de cerveza en el refugio han completado la jornada matutina de hoy.

Hacía tiempo que no me pasaba, pero al descargar el track me ha dado un error, así que el track lo he trazado manualmente sobre mapa.






(Creado sobre mapa)





domingo, 17 de febrero de 2019

Circular desde Oza con esquís de travesía. Collada Anzotiello-Quimboa Alto-Collada Petraficha

"Hoy domingo se ha encontrado un móvil en la zona de Estriviella, bajo el tubo de descenso  entre Lenito y Peñaforca. Su estado no es bueno, pero las tarjetas quizá puedan recuperarse. Os podéis poner en contacto con nosotros para recuperarlo"


Ayer sábado nos juntamos Pablo, Jaime y el que escribe para dar una vuelta con los esquís. Pablo ya se ha recorrido todo los rincones por la cabecera de nuestro valle, así que decidimos pasar a Oza e iniciar un paseo desde allí.




Cuando llegamos a Oza ya quedaba poco sitio para aparcar, pero nada que ver con lo que vimos al volver. Está claro que, tras un invierno que le ha costado llegar, la gente tiene ganas de nieve y más con un tiempo como el que está haciendo.




Después de pasar la fría umbría del tramo de carretera que une Oza con Guarrinza, el sol que nos daba en las rampas del Sabucar nos fue calentando poco a poco.




El monte está espectacular y aunque vimos a gente, pocos eran los que llevaban nuestra trayectoria. Un par de esquiadores nos juntamos con la intención de hacer la misma vuelta que nosotros, justo en donde tuvimos que negociar el paso de una de las barranqueras que baja de Petraficha.




Adentrándonos por el extenso Valle de Lacherito, poco a poco fuimos entrando hacia Anzotiello por grandes vaguadas repletas de nieve.




En estos tramos volvimos a coincidir con los que llevaban la misma ruta que nosotros. Poco a poco íbamos avanzando hacia la Collada de Anzotiello, encontrando en estos tramos una nieve polvo alucinante.




Pasando la Collada de Anzotiello buscamos la cara mas amable para subir a Quimboa Alto. El cerro estaba bastante pelado, incluso en un tramo nos vimos obligados a descalzar los esquís y luego cada uno de los tres optó por subir como quiso.





En la parte más alta, la nieve permitía volver a calzar los esquís sin las cuchillas que habíamos utilizado para un corto tramo de subida y las vistas cada vez eran más y mejores.




Tras la foto de rigor y de echar algo de fruta y chocolate al cuerpo, fuimos en busca de la Collada Petraficha teniendo cuidado de no pasarnos el punto desde donde trazar una diagonal y no perder altura, de forma que no se hiciera necesario poner pieles para remontar.




A partir de allí solo quedaba dejarse caer. Pero con la intención de esquiar la ladera del Sabucar completa, fuimos trazando unas diagonales altas que incluso en algún caso nos hizo remontar en escalera alguna que otra barranquera y como resultado obtuvimos una buena recompensa.




Casi cuatrocientos metros de palas al sol con nieve primavera que se dejaba esquiar aunque no se supiera. Todo un festín de giros y sonrisas que bien merecieron las largas diagonales y las pequeñas remontadas que hicimos en los tramos anteriores.




Toda una gozada en buena compañía, con un buen día y muy buena nieve...



...¿que más se puede pedir?