martes, 22 de marzo de 2016

Budoguía y La Paquiza con esquis de travesía. Ansó

El viernes 18 daban buen tiempo y además amenazaba lluvia para el sábado. Entre semejante amenaza y que tal y como ha ido el invierno las oportunidades no están para desaprovecharlas quedamos Pablo, Jaime, Alberto y yo para ir a donde fuera. En el coche decidimos ir hacia Budoguía,... y hasta Linza que fuimos para calzarnos los esquís desde el aparcamiento.





Fría mañana que permitía disfrutar de una nieve espectacular. Había una huella que duró hasta el collado de Linza y que parecía que hubiera pasado todo un regimiento, pero cierto es que resultó cómoda.




Una vez pasado el collado de Linza solo quedaba una huella de dos personas a pie. Pablo empezó a disfrutar trazando y conforme nos acercábamos al objetivo miraba y remiraba el corredor sur de Budoguía. 




Cierto es que estaba tentador y en una decisión rápida, antes de que le entrara demasiado el sol a la cornisa que había arriba nos pusimos manos a la obra.




Allí nos encontramos con Ruben y Unai que eran los trazadores de la huella a pie que seguíamos desde el collado de Linza. Con ellos compartimos la subida por el corredor, y una vez arriba ellos continuaron su camino.




Mientras Alberto y Jaime nos esperaban en la salida del corredor, Pablo y yo decidimos tocar cima y cada uno por su lado, como si hubiéramos reñido, subimos al mazacote donde las vistas eran alucinantes. Foto de cima con la Mesa de fondo y a reunirnos con Alberto y Jaime para quitar pieles y empezar la bajada.




Había ganas de pillar la bajada y de buscar algo de nieve polvo que aún quedaba por esos agujeros, huyendo de la costra que también campaba por allí.




Tras un arranque de nieve muy dura, pronto vimos que la posibilidad de esquiar en nieve polvo estaba allí, solo había que buscar bien. Localizada en las vaguadas orientadas al norte pudimos disfrutar se unos buenos giros hasta la Olla del Portillo.




Mientras avanzábamos en suave remontada hacia La Paquiza por su cara norte, el tiempo iba empeorando y se cubría, incluso comenzaba a escaparse algún copo. Mientras desde La Paquiza veíamos nuestro itinerario de subida y de bajada a Budoguía, ya solo pensábamos en la bajada directa que nos quedaba hasta Linza.




Aunque la nieve se había humedecido bastante y estaba algo lenta, la buena pendiente de la pala sirvió para terminar de buena manera una muy buena jornada de esquí por los montes de casa. Un buen bocado en el Camping de Zuriza con una entretenida sobremesa pusieron la guinda al día.