sábado, 9 de febrero de 2019

Circular desde Linza con esquís de travesía, Ansó. "Sobrante de Linza"

Esta mañana ha salido un día espectacular y con la cantidad de nieve que tenemos por la zona no era cuestión de quedarse en casa, hay que aprovecharla. Ayer le comenté a Elia que si le apetecía subir a Linza para probar sus esquís nuevos en el monte, su respuesta fuer rápida y contundente ...¡SI!.




Para lo que tenía pensado hacer no era cuestión de pegarnos un madrugón, ya que la nieve estaría dura por la mañana y yo quería que la encontrase algo transformada. Así que a cambio, no hemos podido aparcar en el aparcamiento del refugio de Linza y hemos tenido que dejar el coche un poco más abajo.




No nos ha importado mucho, unos metros más con los esquís puestos. Una vez que hemos podido saltar los murallones de nieve que hay junto a la carretera y tras pasar el bosque en un plis-plas pronto nos hemos plantado por encima de la Foya  de los Ingenieros.




Elia tenía prisa por probar eso de las alzas, y rápidamente le ha pillado el tranquillo para ponerlas y quitarlas con el bastón. Ha comprobado la comodidad de la herramienta para avanzar en pendiente y no paraba de decir "¡esto funciona!".




"Anda, con las alzas puestas también se puede hacer la vuelta maría"... poco a poco iba descubriendo cosas y todo era novedoso. Eso de las alzas ha sido una de las cosas que más le ha gustado y también ha querido probar la más alta. Eso si, para hacerlo y que viera su efectividad ha habido que buscar una buena pendiente después de un buen trago de agua.




"Ostras como aguantan las pieles, no me escurrooo....¡ahora sí!". También ha comprobado el límite de adherencia de sus pieles de la mejor manera que se podía hacer.




Ella notaba que sus esquís nuevos le van un poco grandes, y ha decidido probarlos para bajar antes de seguir subiendo. Tenía sus dudas pero pronto ha visto y descubierto que sus nuevos esquís "giran muy bien".




Tantas ganas había de probar los esquís en bajada que se nos había olvidado ponernos el casco y tras unos cuantos metros de bajada hemos reaccionado y nos los hemos colocado rápidamente.


Al llegar a Linza, Elia miraba contenta todo el tramo por el que había bajado en un día espectacular, con una nieve buenísima, con unos esquís que funcionan muy bien, con la ilusión de la primera travesía y con unas ganas locas de repetir.
Un poco de juego con el DVA terminó de darnos la gana de comer, que saciamos en el Refugio de Linza, bien a gusto como es costumbre.